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Asalto a los pensionistas actuales

Poco a poco todos los sectores más vulnerables del país van cayendo en la factoría de agravios, recortes y desprecio por parte de la maquinaria política del PP. Todos los días se recuerda desde el ejecutivo que todos estos colectivos han sido votantes del Gobierno actual, y por tanto les dieron la legitimidad durante cuatro años para hacer y deshacer lo que ellos consideren oportuno, al margen de a quién perjudican.

El Gobierno ha entrado sin complejos a romper todos los consensos alcanzados en las últimas décadas, ahora toca las pensiones

Tras romper las barreras, consensos básicos y derechos en materia laboral, dependencia, educación, igualdad, aborto, religión, y sanidad, estamos ante uno de los temas más sensibles, las pensiones.

Curiosamente, el PP nada de forma mayoritaria en los caladeros de votos de los mayores y jubilados, lo cual choca contra cualquier estrategia lógica. Pero la explicación hay que buscarla en que la influencia de los lobbys de las compañías de seguros privados es muy superior al miedo a perder apoyos electorales. Estas empresas, representadas por UNESA en el supuesto comité de expertos, aunque con la inestimable ayuda de los expertos académicos de FEDEA que llevan mucho tiempo abogando por una reforma que nos lleve al modelo chileno de capitalización pura.

Los grandes lobbies, UNESA, FAES y FEDEA han diseñado este nuevo recorte para las pensiones medias

La prisa por finalizar el dictamen, que parece contará con el voto en contra de las comparsas que representan a los sindicatos y personas supuestamente afines al PSOE, refleja el ansia por cambiar drásticamente el status quo que difícilmente alcanzará un acuerdo de mínimos. No hay que olvidar que el lema de esta legislatura es actuar sin complejos, como le achaca al Presidente Rajoy un conocido locutor de radio en las ondas más conservadoras. Este supuesto complejo re referiría a que hay temas que deberían ser consensuadas con los agentes sociales, y no con los lobbies que prestan su apoyo mediático y económico.

Lo que se pretende con la llamada reforma, que no es más una reducción de la pensión media, es empobrecer aún más a los pensionistas, que algunos como el director general de FEDEA piensan que viven muy bien en España. Esta reducción se justifica, desde una óptica teórica, porque si la pensión media supera al salario medio, estamos ante nulo incentivo para seguir activo por parte de los colectivos cercanos a la jubilación. Esto ha llegado porque también en el mercado laboral se ha impuesto la tesis de los lobbies empresariales y académicos cercanos al Gobierno, FAES y FEDEA, que aconsejan que reducir los salarios es la mejor forma para salir de la profunda sima en la que ha entrado la economía española. Por tanto, la táctica es que los pensionistas no puedan tener ingresos superiores a los activos, porque eso puede suponer la quiebra del sistema. El problema es que en lugar de elevar las rentas de los activos, que mejoraría las cuentas de la Seguridad Social, y tratar de lograr la empleabilidad de los parados por encima de 50 años.

La pensión media ahora es superior al salario medio, por lo que tras la caída del salario, ahora tratarán de reducir las pensiones

El gran fracaso de la política activa de empleo, no solo entre los más jóvenes, sino entre los que han perdido el empleo a partir del umbral crítico de los 50 años, está afectando de forma muy significativa a las cuentas de la Seguridad Social.

El dictamen de los expertos prevé tomar una serie de medidas a corto y medio plazo que reducirá la pensión media, en un porcentaje no inferior al 15%. La primera medida será la desindexación de la revalorización de las pensiones utilizando el IPC, medida lógica para medir el poder adquisitivo de los pensionistas. La medida que se piensa utilizar es otro índice ad hoc, en el que se tengan en cuenta los ingresos de la Seguridad Social, como si los pensionistas tuvieran algo que ver con la política de empleo, cotizaciones a la Seguridad Social, etc. Si además, se está pensando en reducir las cotizaciones a la Seguridad Social, por mandato también de los lobbys que asesoran al Gobierno y la CEOE, estamos ante el inicio de un proceso de deflación significativo en los ingresos de los pensionistas presentes y futuros.

La no revalorización de las pensiones con el IPC, incluyendo, entre otras, los ingresos de la Seguridad Social supondrá una pérdida de poder adquisitivo no inferior al 15%

Otro elemento que se tendrá en cuenta a partir de ahora es la esperanza de vida. Esta medida, que choca contra el concepto de equidad, se incorporará como una variable para calcular la pensión futura de los que nos jubilaremos a futuro. La gran pregunta es si la esperanza de vida es igual para hombres y mujeres, o para percentiles de renta bajos o altos.

Sin políticas activas de empleo entre los mayores de 50 años e introduciendo la esperanza de vida, se rompe la equidad en el acceso a la misma pensión

Estas son algunas de las píldoras que han introducido los supuestos garantes de la sostenibilidad del sistema. Ante la reducción futura, los percentiles de renta medios y más altos aumentarán las aportaciones a planes privados de pensiones, dejando a una gran parte del colectivo de pensionistas presentes y futuros en una situación manifiestamente peor. Los argumentos claramente son de parte, puesto que no se trata de paliar las causas de los problemas financieros de la Seguridad Social. Si hubiese una política de aportaciones y cotizaciones sostenibles, una política activa de empleo para los colectivos próximos a la jubilación y una política de rentas tendentes a elevar la demanda efectiva, podríamos paliar sin perjudicar a los más débiles.

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