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Inspirado en las cualidades naturales de una chopera, el pabellón de España de la Expo de Zaragoza construido por el Arquitecto navarro Patxi Mangado, logra, además de un óptimo funcionamiento energético y el simbolismo necesario para una exposición internacional, la máxima calidad arquitectónica con los mínimos recursos económicos, tan necesarios en tiempos de crisis. El Consejo Superior de Arquitectos de España se ha percatado de ello y le ha otorgado el Premio de Arquitectura Española 2009.
Calidad y resupuestos ajustados van de la mano en la obra del navarro, que como plantea críticamente, los arquitectos deberían tener “un compromiso extraordinario para conseguir el máximo con el mínimo de recursos”.El Pabellón de España de la Expo de Zaragoza está compuesto por 750 pilares que soportan una cubierta horizontal, de la que cuelgan varios volúmenes de vidrio en su interior. La verticalidad de los pilares revestidos de cerámica recrean el bosque dotando a la construcción del simbolismo que es necesario para un pabellón de una exposición universal.Los pilares metálicos, forrados de piezas de barro cocido, emergen de una lámina de agua. Debido al contacto, las piezas cerámicas absorben el fluido, generando corrientes de aire que actúan como microclimas, mejorando así el comportamiento térmico de la construcción tanto en verano como en invierno.El jurado ha valorado la relación entre “la metáfora del claro del bosque y el empleo innovador de los materiales cerámicos” junto a la combinación de la “tecnología constructiva de la belleza termodinámica”.Calidad, mucha calidad aporta Patxi Mangado a sus obras pero además lo hace comprendiendo la función social del arquitecto y criticando duramente el despilfarro:“Estoy harto de la arquitectura de nuevos ricos cuyo valor es la falta de ideología”. “El pabellón de España costó 16 millones de euros. Exactamente ocho veces menos que otro con la misma superficie. ¿Es el otro ocho veces mejor? ¿Sirve ocho veces más?”.