Victoria electoral de la socialdemocracia griega

El Sur del Norte

Un «respiro» para la «izquierda europea». Así­ han calificado algunos medios la victoria en las urnas de Grecia del Movimiento Socialista PASOK, que se suma al más escueto triunfo de los socialistas portugueses. Ante una avalancha de giros a la derecha en la mayor parte de los paí­ses de la UE -con la debacle socialdemócrata en Alemania coronando el escenario- el antiguo «vientre blando de Europa» parece nadar a contracorriente. ¿Por qué?

Mientras que la victoria en Portugal del socialista Sócrates fue ajustada y dibuja un anorama incierto, el triunfo del candidato socialista Papandreu –nieto e hijo de primeros ministros- fue contundente, por mayoría absoluta.El Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) obtuvo el 43,9% de los votos y un total de 160 diputados de un Parlamento de 300. La otra cara de la moneda, el peor resultado electoral para el pilar de centroderecha del sistema político heleno: Nueva Democracia (ND), con el 33,9% de los sufragios y 93 parlamentarios. Su líder y primer ministro saliente, Kostas Karamanlis –miembro de otra dinastía política griega- compareció ante los medios para dimitir como cabeza de la oposición y convocar un Congreso extraordinario. Grecia queda conformada por un parlamento dominado por cinco grandes partidos, los mismos que hace cuatro años, pero en distinta correlación de fuerzas. Además del socialdemócrata PASOK y de los conservadores de ND, ha accedido al Parlamento el Partido Comunista (KKE), con el 7,4% de los votos y 20 escaños; el ultraderechista Laos, 5,5% de los votos y 15 representantes en el Parlamento, y, en último lugar, la coalición de izquierda radical Syriza, con el 4,5% de los sufragios y 12 parlamentarios. La ultraderecha gana puestos, absorviendo votantes de ND, pero la izquierda en su conjunto supone un 56% de los votos. En efecto “Greece is different”.¿Porqué los vientos dominantes en Europa cambian de dirección al llegar al Sur?. El giro a la derecha que viene teniendo lugar en la mayor parte de los países de la UE se explica por una combinación de dos vectores, agudizados por el estallido de la crisis. Uno: la necesidad de las burguesías monopolistas más poderosas de Europa de desmantelar los restos del Estado del Bienestar, tan necesario como muro de contención soviético en la Guerra Fría, pero un pesado lastre para la competitividad y el máximo beneficio. Dos: el giro atlantista, hacia Washington que esas clases dominantes de las principales potencias europeas están dando, ante una emergencia de las potencias asiáticas y la amenaza que supone para su posición de potencias de segunda clase. Tanto para una cosa como para la otra la derecha conservadora, de tintes liberales o demócrata-cristianos es mucho más idónea que los partidos socialdemócratas. Naturalmente, eso no quiere decir que la izquierda socialdemócrata y reformista europea no esté profundamente intervenida por fidelidades norteamericanas. Los socialistas españoles o los laboristas ingleses han dado sobradas y convincentes muestras de ello. Sin embargo las oligarquías europeas necesitan “gobernar por la derecha” y aplicar programas sociales de ajustes duros y rápidos que desgastarían severamente en las urnas –quizá de forma irreversible- a cualquier gobierno “progresista”. Pero las formaciones sociales del Sur de Europa son diferentes, y Grecia seguramente es el mejor ejemplo de ello. El país enfrenta un astronómico endeudamiento de 25.000€ por habitante, tasas de paro impensables en los países del norte de la UE, y sueldos paupérrimos (¿les suena?). Las violentas revueltas juveniles que han sacudido Atenas estos meses tienen su caldo de cultivo en una juventud denominada “la generación de los 700” (setecientoseuristas), sin futuro laboral ni expectativas de mejora. El programa de “austeridad social” de Karamanlis, combinado con casos de corrupción –convenientemente aireados- ha hecho más por la victoria del PASOK que ningún mitin de Papandreu. Contradicciones no muy diferentes podemos encontrar en aquellos países donde parece que la opción de la oligarquía nacional es “dominar por la izquierda”, Portugal o España entre ellos.Las altas temperaturas y la presión atmosférica pueden cambiar la dirección y la intensidad de los vientos. Esto es válido para la forma de dominar: han de tener en cuenta las condiciones “meteorológicas” de la calle. Y ya se sabe que el mercurio sube cuanto más al Sur.

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