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Aquellos maravillosos años

«Cuando Washington estornuda el mundo se constipa». Esta máxima es la que podrí­a aplicarse, aún hoy, al estallido de la crisis, no siendo la gripe la enfermedad más grave con la que poder comparar la situación de la economí­a, pues EEUU sigue teniendo (y así­ seguirá siendo durante un largo periodo) el control de los principales aparatos y redes del capital financiero a escala mundial. Pero el periodo de transición hacia un nuevo orden mundial en el que nos encontramos también recorre todos los ámbitos del planeta. Un buen ejemplo son las dificultades con las que está topando Google Books.

Los enanos, y no tan enanos, le crecen or todas partes al gigante de Internet. Primero fue el proceso de negociación con las editoriales norteamericanas y europeas, y las quejas y demandas de sectores que se han resistido al monopolio cultural del buque insignia de Silicon Valley. Incluso varias plataformas de internautas en defensa de las libertades en la red han denunciado los métodos utilizados por Google para radiografiar las costumbre y relaciones de los usuarios, así como los contratos firmados con el Departamento de Defensa, la CIA y otras agencias de seguridad.Ahora le ha tocado el turno a los escritores chinos. El mayor motor de búsqueda en Internet del mundo ha sido acusado de haber escaneado alrededor de 20.000 libros cuyos derechos de propiedad intelectual se encuentran bajo protección en China sin haber pedido permiso a los autores. La Sociedad de Derechos de Propiedad Intelectual de Obras Escritas de China (CWWCS, en sus siglas en inglés) asegura que la empresa estadounidense ha copiado digitalmente al menos 17.922 obras, pertenecientes a más de 570 escritores, y las ha incluido en su servicio Google Books, sin previo aviso ni compensación económica. El monopolio de búsquedas se defiende presentando la autorización de 50 editoriales chinas para escanear más de 30.000 obras con objeto de que puedan ser encontradas en Internet y vistas parcialmente. Pero la Sociedad China denuncia la copia de “al menos 20.000 obras cuentan aún con derechos de propiedad intelectual en China […] debe admitir su infracción y disculparse".Google ha digitalizado 10 millones de libros desde 2004, a través de acuerdos económicos con las editoriales y limitando su reproducción en Europa a libros de más de 150 años de antigüedad. Sin embargo el pasado 24 de diciembre el Tribunal de Gran Instancia de París ha prohibido que Google escanee libros sin autorización del editor, ni si quiera extractos de los mismos. Además le obliga a pagar 300 mil euros por daños y perjuicios, así como 10 mil euros por día que pase sin retirar dichos extractos. No debemos extrañarnos de que nuevas quejas salgan adelante.No hace mucho que el proyecto de Google hubiera avanzado sin mayores contratiempos y con oposición no especialmente significativa, aún siendo numerosa, para su desarrollo. Pero ahora la correlación de fuerzas es otra. Igual que Obama acudió a su cita en Beijing esperando obtener buenos frutos en la formación de su deseado G-2, con la consecuente aceptación política del gigante asiático de determinadas bases de coincidencia con la política internacional de EEUU, y con una buena partida de inversiones chinas en EEUU, y tuvo que volverse con el rabo entre las piernas… Igual que tras la Cumbre de Copenhague se ha puesto de manifiesto la imposibilidad de EEUU de imponer como antaño su política de “saqueo ecologista”… así se encuentra el monopolio más dinámico de la economía norteamericana, hundiéndose en las arenas movedizas de un orden mundial que está cambiando y en el que ya no pueden ejercer de gendarmes del mundo como en “aquellos maravillosos años” de Reagan, Clinton o Bush.

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