Zapatero tiene la última palabra

«Que dos pilares del Estado como son la patronal y las centrales sean incapaces de pactar sobre una cuestión tan básica no sólo no es una buena noticia, sino que proyecta más sombras sobre los mercados internacionales y sobre quienes, desde las plazas ocupadas o desde su clara falta de horizontes, muestran su indignación.»

La elota ha quedado irremisiblemente en el tejado del Gobierno. Quedarse en un acuerdo de mínimos no logrará lanzar un mensaje de confianza. Si el presidente Zapatero quiere demostrar que su apuesta por agotar la legislatura está motivada por la necesidad de las reformas por acometer, deberá tener el coraje que se echa en falta a la patronal y a las centrales. El presidente se encuentra ante un momento crucial. O acomete una reforma que relance la esperanza de creación de empleo y de reforzar la productividad o entierra políticamente y de forma definitiva a su partido en la tumba de la profunda crisis económica en que lo ha hundido. Zapatero tiene la última palabra. (LA VANGUARDIA) EL MUNDO.- Grecia consiguió ayer el visto bueno de las autoridades internacionales para desbloquear 12.000 millones de las ayudas ya concedidas y obtener otro paquete de 60.000 millones para cubrir gastos adicionales en 2012 y 2013, ya que el país no podrá acudir a los mercados a refinanciarse debido a los intereses prohibitivos que exigen los inversores para comprar bonos griegos. A cambio, el Gobierno de Papandreu se compromete a reducir el gasto público pero, sobre todo, se ve obligado a un auténtico desmantelamiento del Estado, al tener que privatizar servicios públicos como correos, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, o negocios como los casinos y las frecuencias radioeléctricas. En total, debe recaudar 78.000 millones de euros hasta 2015 para reducir el déficit del 10,5% al 3% del PIB en tres años. ¿Bastará con esto o será sólo el segundo escalón de una escalera que conduce al abismo? EL PAÍS.- El Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha instado a Gobiernos autonómicos y locales a no retrasar más las decisiones "enérgicas" de reducción del gasto para lograr que España puede recortar su déficit y ha pedido sanciones "más automáticas" para los países que incumplan los objetivos. En su intervención en la XXVII Reunión Anual del Círculo de Economía, el gobernador ha reconocido que no es tarea fácil, pero ha urgido a que todos los niveles de gobierno cumplan este año "rigurosamente" sus compromisos de ajuste para hacer posible el logro del objetivo de 6% del déficit para todas las administraciones públicas. Editorial. La Vanguardia Zapatero tiene la última palabra EL fracaso en la negociación entre la patronal y los sindicatos sobre la reforma de los convenios colectivos es un fuerte varapalo para las expectativas de salida de la crisis económica y la creación de empleo en España, y obliga al Gobierno a resolver la cuestión con un decreto, que se aprobará el próximo viernes. En todo caso, que dos pilares del Estado como son la patronal y las centrales sean incapaces de pactar sobre una cuestión tan básica no sólo no es una buena noticia, sino que proyecta más sombras sobre los mercados internacionales y sobre quienes, desde las plazas ocupadas o desde su clara falta de horizontes, muestran su indignación. La falta de valentía y determinación de los representantes de los trabajadores y el tacticismo de alargar la cuestión a la espera de una hipotética pero previsible mayoría absoluta del PP –la presión de la patronal madrileña así lo insinúa– han supuesto el fracaso de la negociación, lo que indica que han prevalecido los intereses más inmediatos a las necesidades de un país que está en una situación más que difícil. Tampoco es nuevo. Desde la segunda mitad del siglo XIX, la clase dirigente española ha dado variados ejemplos de que el interés común no es su objetivo, sino el de preservar sus intereses legítimos y sus privilegios. El caso de la pérdida de Cuba y las colonias, en 1898, es uno de los hitos de esta forma de proceder gallinácea que toma el nombre de España como excusa de su falta de patriotismo. La falta de visión a largo plazo ha prevalecido en estas negociaciones, que poco antes de las municipales el presidente del Gobierno daba por ultimadas. Tampoco es la primera vez que un anuncio le salta inmediatamente por los aires. ¿Qué sacrificio se puede pedir a la ciudadanía si los responsables económicos y sociales son incapaces de ello? ¿Qué altura de miras se le puede pedir a una sociedad que ve cómo sus representantes vuelan a ras de tierra y rompen la baraja incapaces de ceder un milímetro sus posiciones? ¿Qué mensaje se está enviando a unos jóvenes que temen convertirse en la generación perdida ante la evidente falta de expectativas? Más allá de quien se haya mostrado más intransigente en la negociación, lo cierto es que a ojos de los españoles ni unos ni otros han estado a la altura de sus responsabilidades. Además, ¿qué mensaje se ha mandado a los acreedores europeos y a los mercados internacionales después de este fracaso? ¿Qué crédito merece España ante la incapacidad de sus dirigentes para asumir el coste de una crisis que mantiene el desempleo en niveles históricos? La pelota ha quedado irremisiblemente en el tejado del Gobierno central, que en una semana tendrá que tomar una decisión muy difícil. Quedarse en un acuerdo de mínimos no logrará lanzar un mensaje de confianza al mundo ni a los atribulados españoles. Si el presidente Zapatero quiere demostrar que su apuesta por agotar la legislatura está motivada por la necesidad de las reformas por acometer, deberá tener el coraje que se echa en falta a la patronal y a las centrales. El presidente se encuentra ante un momento crucial de su legado histórico. O acomete una reforma que relance la esperanza de creación de empleo y de reforzar la productividad o entierra políticamente y de forma definitiva a su partido en la tumba de la profunda crisis económica en que lo ha hundido. Zapatero tiene la última palabra. LA VANGUARDIA. 4-6-2011 Editorial. El Mundo Lección griega: si no reformas te reformarán «Grecia ha aplicado durante decenios una mala política económica y ha vivido por encima de sus posibilidades. Un giro de 180 grados es inevitable y doloroso». Son palabras del economista jefe del BCE, Jürgen Stark, que resumen perfectamente el actual estado económico del país. Cuando siete de cada diez profesionales no pagan impuestos habitualmente quizá haga falta una generación para revertir la situación. Pretender que cambie toda una forma de ser en apenas un año es prácticamente imposible. Y eso es lo que están exigiendo a Grecia la Unión Europea, el BCE y el FMI. Así se explica que tras unas ayudas de 110.000 millones de euros el Estado heleno esté prácticamente en la quiebra y tenga necesidad de un segundo rescate con el fin de evitar la suspensión de pagos. Grecia consiguió ayer el visto bueno de las autoridades internacionales para desbloquear 12.000 millones de las ayudas ya concedidas y obtener otro paquete de 60.000 millones para cubrir gastos adicionales en 2012 y 2013, ya que el país no podrá acudir a los mercados a refinanciarse debido a los intereses prohibitivos que exigen los inversores para comprar bonos griegos. A cambio, el Gobierno de Papandreu se compromete a reducir el gasto público pero, sobre todo, se ve obligado a un auténtico desmantelamiento del Estado, al tener que privatizar servicios públicos como correos, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, o negocios como los casinos y las frecuencias radioeléctricas. En total, debe recaudar 78.000 millones de euros hasta 2015 para reducir el déficit del 10,5% al 3% del PIB en tres años. ¿Bastará con esto o será sólo el segundo escalón de una escalera que conduce al abismo? El premio Nobel Joseph Stiglitz afirmó ayer durante su intervención en las jornadas del Círculo de Economía que los rescates son contraproducentes: «Se traspasa la deuda del sector privado al Gobierno, que tiene que responder con recortes que se trasladan a los ciudadanos. Esa austeridad provoca una caída general de salarios, de consumo y de impuestos que no hace sino empeorar las cosas». Los disturbios de estos días en Atenas, con agresiones a parlamentarios incluidas, prueban que en este caso tiene razón, porque el país vive un clima de tensión que puede desembocar en un estallido social. Por eso, cabe plantearse si tras la experiencia fallida del primer rescate, no hubiera sido más conveniente permitir a Grecia una reestructuración de su deuda. Muchos expertos consideran que una quita aliviaría la pesada carga financiera que soporta la economía, por lo que podría estimular la inversión y el consumo públicos y privados y hacer que el país volviera a crecer. El gran problema de la reestructuración es su repercusión en la banca europea, a la que ocasionaría grandes pérdidas. Sólo las entidades alemanas y francesas tienen comprometidos alrededor de 80.000 millones de euros en deuda helena. Una cantidad que los analistas estiman «manejable», pero que los gobiernos respectivos consideran muy peligrosa para los balances de las entidades. El Gobierno griego hubiera preferido la segunda solución, pero la UE ha optado por la menos gravosa para Europa y su banca, aunque sea la más perjudicial para los ciudadanos de aquel país. Unos ciudadanos, eso sí, malacostumbrados por gobiernos despilfarradores. Volvemos al principio. El caso griego es único en la UE y el plan de privatizaciones que se le exige sirve para comprobar que está muchísimo peor que cualquiera de sus socios. Pero no debemos olvidar que cada país sólo saldrá de la crisis cuando ponga en marcha los cambios estructurales que necesita su economía. Si no reformas, te van a reformar. Y dudamos de que el débil Gobierno español esté en condiciones de hacerlo. EL MUNDO. 4-6-2011 Economía. El País El Banco de España pide recortes ‘enérgicos’ de gastos Lluis Pellicer El Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha instado a Gobiernos autonómicos y locales a no retrasar más las decisiones "enérgicas" de reducción del gasto para lograr que España puede recortar su déficit y ha pedido sanciones "más automáticas" para los países que incumplan los objetivos. En su intervención en la XXVII Reunión Anual del Círculo de Economía, el gobernador ha reconocido que no es tarea fácil, pero ha urgido a que todos los niveles de gobierno cumplan este año "rigurosamente" sus compromisos de ajuste para hacer posible el logro del objetivo de 6% del déficit para todas las administraciones públicas. Ordóñez ha constatado que si España lleva a cabo estos recortes, junto a otras reformas de calado, podría aparecer el próximo año como un país de la zona euro que todavía tiene un déficit elevado, del 6% al final de 2011. Un porcentaje, que en su opinión, sería comparable con otros países grandes de la zona euro y con el nivel de deuda más bajo entre los países importantes de la zona. Fernández Ordóñez asegura que la crisis ha demostrado que "el modelo de gobernanza" de la UE no ha servido para asegurar "la consistencia de las políticas económicas" ni para "gestionar" los episodios de crisis de forma "ágil y efectiva". Para el Gobernador, "el área del euro es el epicentro de una crisis cuya resolución es clave para lo que suceda en la economía europea y mundial en las primeras décadas del siglo XXI. Si no resolvemos esta crisis podríamos entrar en un escenario de horror", ha agregado. Ordoñéz también se ha referido a una eventual reestructuración de la deuda griega. El gobernador ha rechazado tal posibilidad. "Si hay un pilar de la economía de mercado, este es que los deudores paguen sus deudas", ha asegurado Fernández Ordóñez, aunque, según dice, para ello haya que "privatizar medio país o bajar pensiones". El gobernador ha alentado a controlar el gasto de las autonomías ante un foro de empresarios que ayer avaló los recortes que la Generalitat ha llevado a cabo ya en sus cuentas del 2011. Las otras dos tareas pendientes son la reforma del sistema de cajas y "un cambio profundo -ha dicho- en el marco legal e institucional del empleo". En su discurso, Fernández Ordóñez ha contrapuesto lo avanzado del saneamiento de las cajas a lo pendiente que se encuentran tanto la reforma laboral como el ajuste del gasto. Por otra parte, Fernández Ordóñez ha defendido que no tiene sentido instaurar un esquema de protección de activos en las cajas: "Entiendo que si yo soy inversor, invierto más cómodamente si las pérdidas se las queda otro", ha reconocido, pero ha abogado por dejar actuar a los inversores. Así, ha insistido en que la Comisión Europea velará por que las ayudas del FROB sean en términos de mercado, cosa que obligará a las cajas a reducir costes para devolver ayudas para que no cueste dinero al contribuyente. Si finalmente fracasan, el gobernador ha recordado que no habría problema por ejecutar una asignación competitiva, porque se ya ha utilizado en el pasado, con "el caso de la Iglesia, con Cajasur". EL PAÍS. 3-6-2011

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