El Observatorio

Zapatero, «avisado»

Parece algo más que un runrún, aunque todaví­a no sea una melodí­a concertada. Pero en los últimos diez dí­as, desde una serie de «centros neurálgicos» del poder en España llegan mensajes -directos o indirectos, filtrados o inducidos- que coinciden en cuestionar a Zapatero como el hombre adecuado para la difí­cil coyuntura que vive el paí­s y para tomar las decisiones que hay que tomar para salir de la crisis. No hablamos de las lógicas e inevitables crí­ticas a Zapatero desde las filas del PP (máxime en campaña electoral), o de los medios de comunicación afines a Rajoy y su partido, sino de un cuestionamiento por parte de los verdaderos centros de poder.

Y ara que el lector se haga inmediatamente una idea de lo que estamos realmente hablando, comenzaremos por traer aquí unas declaraciones del Rey que Jesús Cacho incluía el pasado domingo en su artículo de cabecera de "El Confidencial". Citando "literalmente" a un "visitante nocturno" de la Zarzuela, con quien el Rey debatía sobre la "gravedad" de la crisis actual, el monarca afirmó, refiriéndose a Zapatero: "Hace tiempo que le vengo diciendo que hay que tener cuidado, que esto viene mal, que la situación del sistema financiero es muy apurada, sobre todo la de las cajas, pero este optimista ignorante me replica que ni hablar, Señor, que exageran, que no es para tanto, y que no me preocupe…".Esta frase y este calificativo no pasarían de ser pura anécdota si no fuera porque, en esta misma semana, Zapatero ha recibido descalificaciones de la misma o similar envergadura desde otros centros de poder también muy cualitativos. Así, el editorial de El País (el cañón Bertha del Grupo Prisa), a propósito del "galimatías" creado por Zapatero con las medidas propuestas en el debate sobre el estado de la nación y cuya concreción y realización es aún una incógnita, criticaba acerbamente la improvisación y el oportunismo con que aquél parece actuar constantemente, y concluía afirmando tajantemente que "así no se puede gobernar".Simultáneamente a estas palabras, el ex presidente del gobierno y verdadero "lobby" andante, Felipe González, cabeza visible de la vieja guardia socialista, todavía muy bien situada y con grandes cotas de poder (recordemos a Almunia y Solana, en Bruselas, o a Rubalcaba, en el propio gobierno…), declaraba sin ambages que él cree que el gobierno no está haciendo lo suficiente contra la crisis, "que se podría y se debería hacer más".Desde otro ámbito distinto, pero no de menos peso, la CEOE, que hasta hace muy poco había mantenido un tono exquisito y aparentemente neutral ante el gobierno, se formulaba, por boca de su recién reelegido presidente, Díaz Merchán, una descalificación absoluta de Zapatero a quien calificaba "de causa principal de la crisis" en España.No sé si todo esto, ya lo he dicho, es un runrún inicial o constituye ya una melodía concertada, si estamos ante focos dispersos de malestar o ante un avanzado convencimiento de que Zapatero no es el hombre "adecuado" para la situación actual. En todo caso, el lector más avezado se preguntará a estas alturas que en esta "salsa" falta un ingrediente esencial: ¿qué piensa Botín? El hombre que capitanea al sector más influyente de la clase dominante y que ha respaldado personalmente a Zapatero estos últimos cinco años, hasta en los momentos más difíciles, ¿estaría dispuesto a deshacerse de una pieza que le permite un control exhaustivo y directo de la política económica en España?Estamos entrando en un período en el que la crisis económica, y sus devastadoras consecuencias sobre nuestro país, comienzan a anunciar una crisis política inevitable. Seguiremos hablando.

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