Reportaje especial: Zapatero en "Tengo una pregunta para usted"

Zapatero ante la indignación nacional

Jesús Cerdán, que saltó a la fama al preguntar a Zapatero cuanto costaba un café, ha declarado que hoy exigirí­a al presidente una respuesta sobre por qué cuando llega la crisis económica, «los ricos no caen» y la factura la acaban pagando los trabajadores. La joven que hace dos años dudaba sobre si Zapatero habí­a cumplido su compromiso de «no fallar» a los votantes, ahora serí­a más contundente y preguntarí­a por qué el gobierno ayuda a los bancos y no lo hace con las familias y las pymes. Este es un termómetro del estado de indignación ante la «polí­tica anticrisis» de Zapatero.

El escandaloso lan de rescate para la banca, en contraposición a la situación de desamparo que sufren parados, trabajadores o pymes, centró la práctica totalidad de las preguntas. Enfrente, un Zapatero que intentó justificar su negación de la crisis, y ocultar su responsabilidad en el mantenimiento de un modelo económico que ha permitido a bancos, monopolios y grandes constructoras hacer su agosto, y que ahora aboca al país y a los trabajadores a un brutal ajuste de consecuencias imprevisibles. La realidad de España se coló en el horario de máxima audiencia sin filtro, a través de la indignación y malestar de sus protagonistas: los 3,2 millones de parados, las 800.000 familias con todos sus miembros en el paro, el millón de parados que no cobran prestación alguna, las más de 80.000 familias que ya no pueden pagar la hipoteca, las pymes empujadas a la quiebra por la restricción del crédito… Y la realidad de un gobierno de Zapatero unido como uña y carne a la banca, para cuyo rescate destina centenares de miles de millones que luego niega a los parados, hipotecados o pequeñas empresas en dificultades, se evidenció como pocas veces. Zapatero mintió cuando afirmó que hace un año –cuando hablaba de una simple “desaceleración” y tildaba de “antipatriotas” a quien advertían de que España estaba abocada a una severa recesión- nadie podía prever la profundidad de la crisis. Desde que estalló el crack financiero hace año y medio, todo indicaba que estábamos ante una crisis estructural de profundas consecuencias. Y todo apuntaba hacia que iba a sufrir en mayor medida las consecuencias de la crisis. El presidente del gobierno retornó a la confusión y el engaño cuando, a pesar de que todos los organismos internacionales vaticinan para España una recesión que se prolongará durante varios años, se refirió a la crisis como “ese paréntesis duro y difícil, pero paréntesis”. Zapatero volvió a tergiversar la realidad cuando justificó el multimillonario plan de rescate para la gran banca, bajo la premisa de que era necesario “salvar el sistema financiero” para que el dinero “acabe llegando a las familias y las pymes”. El precio a pagar por un modelo económico que ha enriquecido a bancos, monopolios y grandes constructoras será un “ajuste estructural” que amenaza con empequeñecer las consecuencias de la reconversión industrial, que inundó de paro la España de los ochenta. Zapatero cosechó en el debate la indignación nacional levantada ante su política económica.

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