¿Y el poder judicial?

Los grandes procesos contra la delincuencia financiera de esta década han concluido en archivo, sin necesidad de llegar a juicio, como el descomunal fraude fiscal atribuido al presidente y otros ejecutivos del Banco Santander, o en absoluciones, como las cuentas secretas del BBVA en la isla de Jersey -con el correspondiente fraude fiscal-, los fondos de pensiones contratados por los consejeros de esa entidad con cargo a dichos fondos, el tráfico de influencias en la Bolsa del actual presidente de Telefónica, y así­ sucesivamente

ESTRELLA DIGITAL.- Los eternos consiradores del PP -que tienen su base de operaciones políticas y mediáticas en el diario El Mundo y la Comunidad de Madrid, y sus puntos de apoyo estratégico en la teoría fallida de la conspiración del 11-M, en la Fundación FAES de Aznar y en la Conferencia Episcopal que lidera Rouco- han decidido poner en pista a Rodrigo Rato para sustituir a Rajoy. Jaleando el nombre del ex vicepresidente económico del Gobierno de Aznar, quien, desde una supuesta imparcialidad ajena a la política, se deja querer y empieza a jugar con la tentación de su regreso al liderazgo del PP, bien lanzándose a por todas contra Rajoy, bien escalando posiciones. EXPANSIÓN.- El sector inmobiliario sigue siendo la mayor grieta de la economía española. Casi dos años después del reventón de la burbuja, el mercado no ha logrado encontrar aún un suelo, a pesar del paulatino descenso del valor de la vivienda, que Tinsa cifra en una media del 13,7% desde los máximos de finales de 2007. Este abaratamiento no ha impedido que la compraventa de viviendas siga deslizándose por la pendiente, con una caída interanual hasta agosto del 31%. Opinión. El Periódico ¿Y el poder judicial? Carlos Jiménez Villarejo Ayer, después del paso o del paseo de Millet y Montull por el Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona, y del anuncio de su libertad provisional, muchos ciudadanos, asombrados, debieron constatar que ante determinada delincuencia de cuello blanco y de un elevado rango social y económico, los jueces casi siempre reaccionan igual: con benignidad y hasta con afabilidad. Como si, con relación a de estos delincuentes, no existiese ese Poder Judicial que caracteriza al Estado de derecho. Es muy grave y expresa una profunda crisis de la democracia. Pero los precedentes son muy abundantes. Los grandes procesos contra la delincuencia financiera de esta década han concluido en archivo, sin necesidad de llegar a juicio, como el descomunal fraude fiscal atribuido al presidente y otros ejecutivos del Banco Santander, o en absoluciones, como las cuentas secretas del BBVA en la isla de Jersey –con el correspondiente fraude fiscal–, los fondos de pensiones contratados por los consejeros de esa entidad con cargo a dichos fondos, el tráfico de influencias en la Bolsa del actual presidente de Telefónica, y así sucesivamente. El Tribunal Supremo llegó a justificar una de las muchas absoluciones invocando «la absoluta libertad de mercado». Esa ideología neoliberal está penetrando cada vez con mayor fuerza en la magistratura y los resultados están a la vista. Ante las gravísimas conductas atribuidas a Millet y sus colaboradores, la fiscalía ha obrado con el rigor y la coherencia que el caso exigía, solicitando la prisión provisional sin fianza, sobre todo cuando concurre un delito de malversación de caudales públicos, castigado con una pena que puede alcanzar los ocho años y, sobre todo, cuando pudiera no estar garantizada la conservación y custodia judicial de todas las fuentes de prueba de los hechos delictivos y de todas sus ramificaciones políticas, con inclusión de una posible financiación irregular de un partido político. Este enorme, vamos a llamarle presunto, enriquecimiento ilícito con fondos públicos y privados, tratado con tanta dulzura, contrasta con la preocupación por el incremento de los carteristas en Barcelona, además de las restricciones legales impuestas a los inmigrantes y la persecución de la prostitución que no puede recurrir a «espacios protegidos». ¿Será verdad que para ciertos jueces los imputados y acusados en estos procesos están, como se dice en acuerdos relevantes de la ONU, «por encima del alcance de la ley»? Si fuera cierto, como está acreditado en otros procesos, todos, pero especialmente los responsables políticos y judiciales, deberíamos estar muy preocupados por los límites y riesgos de nuestra democracia. EL PERIÓDICO. 20-10-2009 Opinión. Estrella Digital Rodrigo Rato, en el escaparate político Pablo Sebastián Que el Gobierno, el PSOE y los medios de comunicación socialistas se aprovechen del ‘caso Gürtel’ para dañar las expectativas electorales del PP y devaluar el liderazgo de Rajoy es algo que entra en la lógica de las luchas de poder, máxime cuando todos ellos saben que el PSOE y el prestigio de Zapatero cotizan a la baja en las encuestas electorales por culpa de la crisis económica. Pero, siendo esto así, llama mucho más la atención que sean dirigentes del PP y medios de comunicación oficialmente adscritos a la derecha los que, en connivencia, planificada o a su pesar, con el plan anti-Rajoy de Moncloa están colaborando de manera decisiva en la estrategia de utilizar el ‘caso Gürtel’ para abrir fisuras en la dirección del PP, al tiempo que han lanzado toda una campaña contra el liderazgo de Rajoy, a quien llaman perdedor y tachan de incapaz de tomar decisiones o ejercer la autoridad que le corresponde. No es la primera vez que el club de los conspiradores internos del PP intenta el asalto al poder del partido, porque llevan en ello desde que Rajoy perdió las elecciones del 2004, y aumentaron la presión desde la segunda derrota en el 2008, tras la que hicieron un amago de golpe al poder del PP, primero con Esperanza Aguirre y luego con Juan Costa, pero finalmente desistieron ante el cierre de filas con Rajoy que lideraron Javier Arenas y Francisco Camps. Pero cuando los conspiradores internos del PP parecían resignarse y batirse en retirada tras el congreso del PP de Valencia, la victoria de los populares en las elecciones europeas y el ascenso en la encuestas electorales del PP por encima del PSOE, el ‘caso Gürtel’ se ha convertido en su última oportunidad para derrocar a Rajoy en connivencia buscada con los ataques del Gobierno y del aparato de propaganda del PSOE. Así, los eternos conspiradores del PP -que tienen su base de operaciones políticas y mediáticas en el diario El Mundo y la Comunidad de Madrid, y sus puntos de apoyo estratégico en la teoría fallida de la conspiración del 11-M, en la Fundación FAES de Aznar y en la Conferencia Episcopal que lidera Rouco- han decidido poner en pista a Rodrigo Rato para sustituir a Rajoy. Jaleando el nombre del ex vicepresidente económico del Gobierno de Aznar, quien, desde una supuesta imparcialidad ajena a la política, se deja querer y empieza a jugar con la tentación de su regreso al liderazgo del PP, bien lanzándose a por todas contra Rajoy, bien escalando posiciones, por ejemplo, a través de la presidencia de Caja Madrid, el cuarto banco de España, convertido así en pieza maestra de las luchas intestinas del PP (…) Naturalmente, las campañas contra Rajoy que emanan de los medios afines a la derecha española causan al líder del PP más daño que los ataques que le lanzan desde el Gobierno y los medios del PSOE. Y esperando están los conspiradores internos del PP a que se produzca un vuelco en las encuestas o una sonada derrota del PP en las elecciones catalanas -donde Nebrera ha puesto en marcha una escisión-, para lanzar el asalto final contra Rajoy con la pancarta de Rato como enseña, siempre y cuando esta operación reciba las bendiciones de José María Aznar, que el sábado reapareció en Madrid con motivo de la manifestación contra la ley del aborto. En cuanto a Rato, político al que le adorna la experiencia y la capacidad para hacer frente desde el Gobierno a una crisis económica, todo apunta a que tiene ganas de volver, aunque sólo sea a Caja Madrid y a pesar de su cómoda situación personal con la pensión que le dejó su irresponsable salida del FMI y las asesorías de varios bancos. Sin embargo convendría saber si han "prescrito" los motivos por los que Aznar no lo quiso nombrar su sucesor al frente del PP. Motivos que podrían tener su anclaje en los problemas económicos familiares de los Rato de los pasados años y en los sorprendentes "atajos" que utilizó el que entonces era el vicepresidente económico del Gobierno para solucionarlos. Un techo acristalado que, dicen, aprovechó el desaparecido Jesús Polanco para conseguir la fusión de las plataformas digitales, a pesar de la enorme repugnancia que semejante pacto le produjo a Aznar. Es verdad que Rajoy es experto en flotar en aguas turbulentas, pero aunque domina el aparato del partido y frente a los conspiradores internos presume de no aceptar presiones de nadie, dentro del PP cada día que pasa es mayor su soledad. ESTRELLA DIGITAL. 19-10-2009 Editorial. Expansión Banca y lastre inmobiliario El sector inmobiliario sigue siendo la mayor grieta de la economía española. Casi dos años después del reventón de la burbuja, el mercado no ha logrado encontrar aún un suelo, a pesar del paulatino descenso del valor de la vivienda, que Tinsa cifra en una media del 13,7% desde los máximos de finales de 2007. Este abaratamiento no ha impedido que la compraventa de viviendas siga deslizándose por la pendiente, con una caída interanual hasta agosto del 31%. Pero la grave situación del sector, abocado a la parálisis en tanto no absorba su enorme stock de viviendas –alrededor de un millón–, no es la única amenaza para la economía. El mercado aún debe purgar los excesos del pasado, que dejaron una factura superior a los 300.000 millones en forma de créditos al sector promotor. Su crecida exposición al negocio inmobiliario es, precisamente, el principal quebradero de cabeza de la banca. Sin las ventas de pisos, las fuentes de ingresos de las inmobiliarias continúan secas, haciendo imposible que puedan hacer frente a sus multimillonarios compromisos crediticios. La refinanciación de deuda promotora y la permuta de créditos por inmuebles han permitido a las entidades mantener razonablemente a raya la morosidad, pero ese trasvase de activos no es inocuo. Aproximadamente una de cada diez casas en venta es propiedad de la banca, lo que inevitablemente distorsiona el mercado inmobiliario. Primero, porque poseer y enajenar inmuebles no forma parte del negocio bancario; y segundo, porque el objetivo de la banca es, lógicamente, desprenderse de esos activos y recuperar sus créditos cuanto antes, aun a costa de rebajar precios más allá de lo que parecen dispuestos los promotores. El principal inconveniente de esta fórmula es que puede derivar en un peligroso círculo. Ante los mejores precios de la banca, las inmobiliarias corren el riesgo de seguir sin encontrar compradores, con las consiguientes dificultades para generar ingresos, abonar sus deudas, asimilar las existencias y promover viviendas nuevas que reactiven el negocio y vuelvan a generar empleo. Ni a la banca le interesa seguir ejerciendo de gran agencia inmobiliaria, ni al sector promotor canjear sus activos para ganar tiempo. Pero, por desgracia, romper ese bucle no resultará fácil en tanto el Gobierno se niegue a acometer las reformas estructurales que se precisan para generar esperanza entre los agentes económicos y sociales, hacer fluir el crédito, detener la hemorragia del mercado laboral y reanimar la actividad y el consumo. EXPANSIÓN. 19-10-2009

Deja una respuesta