¿En qué consiste esta propuesta?

Vuelve la “mochila austriaca”

El Banco de España propone financiarla con 8.600 millones de los fondos europeos

Ante las exigencias de Bruselas para que se profundice la reforma laboral y la reforma de las pensiones, la llamada “mochila austriaca” se ha vuelto a colar entre las propuestas para reformar el mercado laboral. Esta vez ha sido el Banco de España quien la ha puesto sobre la mesa en su informe anual. ¿En qué consiste esta mochila y qué propone el Banco de España?

La “mochila austriaca” debe su nombre a un sistema de indemnización por despido implantado por primera vez en Austria en 2003. Consiste en la creación de un fondo que las empresas realizan a nombre de cada uno de sus trabajadores con aportaciones periódicas. Estas aportaciones son un porcentaje por determinar del salario bruto de cada trabajador.

El trabajador tiene acceso a ese fondo si es despedido y por fin de contrato. O cuando se jubile, siempre que no lo haya consumido antes. En caso de baja voluntaria del puesto de trabajo, se lo lleva de “mochila” a su nuevo trabajo en otra empresa.

Como contraprestación a las contribuciones de la empresa la indemnización por despido se reduce; en la propuesta del Banco de España, a la mitad.

Y los fondos de capitalización son gestionados por la banca y fondos privados privados de inversión, por lo que la mochila estaría sometida a los vaivenes del mercado, con riesgo grave de pérdidas especialmente en los periodos de crisis.

La “mochila austriaca” a la española

Según Hernández de Cos, el gobernador del Banco de España, la “mochila austriaca” es el mejor instrumento para acabar con la “dualidad” del mercado laboral y con la desigualdad entre unos contratos fijos sobreprotegidos y los temporales.

El BE propone, en primer lugar, un periodo de transición mixto en el que, por un lado, se constituyan los fondos de la mochila con la aportación por parte de la empresa del equivalente a 6 días de salario por año trabajado. Y por otro, se reduzca al 50% la indemnización a los trabajadores en caso de despido. De 33 días por año a 16,5 días en caso de despido improcedente; de 20 días a 10 por despido objetivo y de 12 días a 6 para los contratos temporales. (*Ver gráfico)

En segundo lugar, que este periodo de transición lo financie el Estado asumiendo durante cuatro años los costes por despido de las empresas, que el Banco calcula en 8.600 millones de euros, utilizando parte de los Fondos Europeos “Next Generation UE”.

La “mochila austriaca” abarata el despido y no sirve para fortalecer el sistema de pensiones, porque la inmensa mayoría de trabajadores llegarían con la mochila vacía… o casi

A partir del periodo de transición se acaba con la famosa “dualidad” pero a costa de que todos los contratos serían formalmente indefinidos y enrasados por debajo: la indemnización por despido quedaría eliminada y reducida en los hechos a los 6 días por año trabajado acumulados en la “mochila austriaca”. Y en definitiva la principal consecuencia de esta mochila es abaratar aún más el despido, no ya para los trabajadores con contratos precarios, temporales, también para los fijos.

El propio BE reconoce que su propuesta, al reducir el coste del despido para todos los trabajadores, podría llevar a un aumento generalizado de despidos ya que el coste del despido de cualquier trabajador no sería ningún freno.

¿Qué dicen los sindicatos?

Según un estudio publicado por UGT hace una par de años “supondría un cambio de calado sobre el modelo de protección al empleo en España, con seguras consecuencias negativas y muy dudosos y débiles resultados positivos”, ya que no ataca “las verdaderas causas de la elevada temporalidad en nuestro país, que no tienen que ver con los costes del despido, sino con un elevado fraude en la contratación. Rebajaría las indemnizaciones que perciben las personas trabajadoras que pierdan su empleo”.

Además uno de los efectos perversos del modelo es el riesgo de provocar “un aumento del número de despidos y de la rotación laboral, al eliminar todo efecto disuasorio de la indemnización”.

Y terminaba por desmontar uno de los principales argumentos con los que nos tratan de vender la mochila: “No sirve para fortalecer el sistema de pensiones, porque la inmensa mayoría de las trabajadoras y los trabajadores suelen hacer uso del fondo antes de llegar a la jubilación, cuando son despedidos”. Una conclusión más que evidente, sobre todo para los trabajadores con empleos precarios, ya que el fondo acumulado en la mochila sería mínimo; y porque lo consumirían cada vez que entraran en el paro llegando a la jubilación con la mochila vacía o casi.

Una propuesta polémica

Desde la crisis anterior la “mochila austriaca” aparece sobre la mesa reclamada en repetidas ocasiones a España por el FMI y la UE. La propuso el gobierno de Zapatero en 2010 y la vicepresidenta de economía, Nadia Calviño, la incluyó en 2019 como una de sus propuestas en la Agenda del Cambio.

La diferencia con las anteriores es que ahora se propone en el marco de las exigencias de Bruselas para implantar reformas en el mercado laboral y las pensiones como condición para acceder a los 140.000 millones de euros de los fondos europeos.

Por eso, la propuesta del Banco de España, que además quiere que se financien los despidos con 8.600 millones de los fondos europeos es especialmente peligrosa. Y aunque la ministra de Trabajo Yolanda Díaz ha dicho que está en contra y no aceptará que se abarate el despido, la propuesta tiene dentro del gobierno, y sobre todo en Bruselas, valedores.

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