Según informaciones aparecidas ayer en la prensa, la Reina, que se encontraba en Santander con motivo de la celebración del día de las Fuerzas Armadas, utilizó un avión de una compañía aérea de bajo coste para, parece ser, poder visitar a su hermano Constantino de Grecia en Londres, donde se recupera de una operación. Según esas mismas informaciones, y citando fuentes de la Casa Real, sería normal ya sus miembros usan «habitualmente vuelos de línea regular» para sus desplazamientos privados. Como estamos convencidos que nadie va a poner en duda las garantías de máxima seguridad de todos los desplazamientos de la Familia Real, nos queda claro también que el uso de aviones militares Falcon para que Zapatero y otros miembros del Gobierno acudan a los mítines electorales del PSOE no es debido a razones de seguridad.
Puede arecer anecdótico que el billete, que muchos otros pasajeros del vuelo desde Santander a Londres adquirieron, costara unos 15 euros; y que aterrizara en Stansted, en las afueras de la capital londinense, y no en Heathrow, el más cercano al centro de Londres. Pero no lo es. Destaca simbólicamente que el uso de tales aviones militares para los desplazamientos ajenos a sus funciones como miembros del Gobierno no es un problema de viajar seguro, sino de viajar más cómodo, de forma caprichosa y suntuosa, a costa del contribuyente. Ellos son una casta privilegiada. Y los ciudadanos de a pie son simples pagadores de impuestos.