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Un verano funesto acaba en un septiembre aún más negro. Con los recientes crímenes machistas perpetrados en Murcia y la Comunidad Valenciana, un mes de septiembre que aún no ha concluido eleva la cifra de feminicidios a 7, y el cómputo de víctimas mortales en el tercer trimestre del año a 47, solo dos mujeres menos que en todo 2022. Es el peor registro en 13 años.
Después de tres años en los que las víctimas mortales de violencia de género habían ido descendiendo hasta límites históricos, en 2023 estas cifras han escalado hasta los números que se registraban a principios de la década de 2000.
La temporada veraniega -como el resto de los periodos vacacionales- siempre es un momento de peligro para las mujeres víctimas de violencia machista. «Es posible observar cómo la violencia machista se incrementa en los períodos vacacionales. Durante estos meses, la convivencia, debido a las vacaciones, es mayor, lo que puede generar una percepción mayor de control del agresor sobre la víctima, lo que incrementa la escalada de la violencia», explica Silvia Iglesias, psicóloga de la Asociación Por Ti Mujer. «Julio suele ser siempre el mes en el que más asesinatos por violencia de género se producen», dice, lamentando que en este año no haya sido una excepción. «Ocurre también durante las vacaciones de navidad», advierte.
Este verano se ha cumplido este trágico patrón. En julio, ocho mujeres murieron asesinadas por violencia de género. En agosto fueron siete. Las dos primeras semanas de septiembre dejaron cuatro víctimas del machismo más, pero todavía iba a empeorar. El 14 de septiembre desapareció una mujer en Cieza, Murcia, cuyo cadáver fue encontrado en un pozo el sábado. Y al día siguiente fueron asesinadas dos mujeres más, una de ellas en Orihuela (Alicante) y otra en Castellón.
La concatenación de crímenes machistas -con tres feminicidios en menos de 24 horas- eleva el cómputo de víctimas mortales del machismo en 2023 a 47, dejándonos a sólo dos muertes de todas las víctimas de 2022. Hasta el 18 de septiembre del año pasado se habían producido 31 crímenes, 16 menos que en lo que llevamos de año. Es un aumento brutal, del 51%.
Esta lamentable oleada ha conmocionado a la sociedad española y ha despertado la alarma de las autoridades. La delegada del Gobierno contra la violencia machista, Victoria Rosell, lo ha atribuido al auge de «los discursos negacionistas» hacia la violencia de género que promueve la extrema derecha. «Es difícil transmitir seguridad a las mujeres si hay un sector de la sociedad que dice que la violencia de género no existe», ha señalado en referencia implícita a Vox.
Este auge de la violencia machista se produce paradójicamente cuando España acaba de vivir dos victorias incontestables del movimiento feminista: el triunfo deportivo, la Copa del Mundo de la Selección femenina, junto con otros éxitos deportivos de mujeres -el doble oro de María Perez en atletismo-; y el movimiento #SeAcabó -levantado en denuncia del beso no consentido (la agresión) de Luis Rubiales a Jenni Hermoso – de enorme trascendencia social e internacional.
El machismo y el patriarcado reaccionan ante los avances ideológicos y sociales del movimiento feminista, que cuenta con el apoyo de la mayoría social progresista española. «Los asesinatos no son más que la punta del iceberg de esta grave problemática que atraviesa a las mujeres; por debajo se hallan insultos, menosprecio, vejaciones, agresiones, control, celos, aislamiento y, en definitiva, una violencia psicológica y, en ocasiones física, que vulnera por completo los derechos de las mujeres», incide Silvia Iglesias.
«La Violencia de Género es un problema estructural, perpetrado por el sistema patriarcal que impera en la sociedad actual y que continúa tiñendo de negro las vidas de muchas familias», remarca la psicóloga. de la Asociación Por Ti Mujer.
Efectivamente, la violencia machista no consiste en «sucesos», no son «casos aislados». Es terriblemente estructural.
Es preciso unir y movilizar a toda la sociedad en la tarea de erradicar la lacra de la violencia de género, algo inseparable de la tarea de arrinconar y combatir a las diferentes manifestaciones de machismo, y de actuar sobre las bases materiales que dan sustento y reproducen al patriarcado.
Desde estas páginas queremos mostrar nuestro compromiso con el movimiento feminista y con la lucha contra la lacra de la violencia de género. El futuro es feminista. El futuro es de la igualdad.