SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Viaje con mapas imprecisos

Si nos atenemos a la primera declaración del año del president Mas, en este 2014 vamos a vivir acontecimientos importantes. Habrá consulta legal y crecerá el empleo. Las dos promesas están revestidas del voluntarismo que ha caracterizado los dos mandatos de Artur Mas, corto el primero y posiblemente igual de breve el segundo.

Me cuesta entender los escenarios que dibuja el president que nos reta a “casi un milagro”. No habla con claridad en el sentido de que ya sabemos todos que Rajoy impedirá la consulta y, por lo tanto, será muy difícil que pueda celebrarse legalmente. Pero la convicción de Mas es de tal contundencia que su promesa de votar el 9 de noviembre puede convertirse en unas elecciones anticipadas, plebiscitarias o no, para pedir al pueblo de Catalunya el respaldo para legitimar una futura declaración de independencia que sería presentada como legítima aunque al margen de la legalidad constitucional. Las elecciones europeas de mayo serán un indicador de la unidad del independentismo en las urnas.

El catalanismo no ha sido nunca uniforme, excepto cuando las emociones y las ilusiones han pasado por encima de los intereses y las ideas de los catalanes, que son tan diversas como se expresan cada vez que se abren las urnas. Las cuatro corrientes que formaron el catalanismo político siguen vigentes aunque con nombres, conceptos y protagonistas distintos. Tiene su fundamento en el proteccionismo económico, el federalismo, el tradicionalismo y el renacimiento cultural basado en la lengua y en el sentido de pertenencia a una nación.

En la identidad y defensa de la lengua hay una unanimidad casi total. El proteccionismo económico lo ejercen hoy los intereses empresariales y financieros. El federalismo lo defienden los socialistas y el tradicionalismo es compartido con distintas aproximaciones por CiU, que alberga las clases medias, y ERC, que tiene un claro acento republicano, de izquierdas y hoy independentista. No sabría situar a los herederos del PSUC que tanta influencia tienen y han tenido en el campo de las ideas políticas en la Catalunya del último medio siglo. Las formaciones de Ciutadans y la CUP son fenómenos nuevos que se apartan de la tradición del catalanismo político pero que no hay que infravalorar.

Artur Mas leyó mal la manifestación del 11 de septiembre del 2012 y puede equivocarse nuevamente si convoca anticipadamente elecciones para lo que está facultado. Cuenta Amadeu Hurtado que “cuando Companys se decidió a hacer el gesto espectacular de la noche del 6 de Octubre se dio cuenta enseguida que había abierto una de aquellas crisis emocionales que estimulan a nuestras multitudes a sentir el gusto de la agitación por los problemas permanentes de nuestra vida pública”. Parece que Mas abrirá las urnas en el 2014 y que se creará empleo. Un viaje con mapas imprecisos.

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