SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Valencia es el laboratorio en el que se ‘refundará’ la España regional

(…) Tres meses de ambigüedad sobre los recortes en el gasto social (consecuencia directa de la Operación Andalucía) y el aplazamiento del problema Bankia -junto con otros factores, como el baile de cifras sobre el déficit en Bruselas- han debilitado la posición española en un momento de especial nerviosismo en el Directorio Europeas, por las inciertas consecuencias de las presidenciales francesas. Ahora se abre un trepidante ciclo electoral de otros quince meses en Occidente (Francia, Grecia, Holanda, Estados Unidos, Italia y Alemania). Ese podría ser el dibujo del torbellino en el que se halla la nave España dos años después del choque en el Mar del Norte, torbellino acelerado la semana pasada por la inesperada coalición de los peronistas argentinos con los elefantes de Botsuana.

El Gobierno ha querido reaccionar enviando mensajes de fortaleza al exterior. Mayoría absoluta sin cortapisas en la votación del presupuesto y mano dura con las autonomías, el chivo expiatorio preferido, por ser las terminales del gasto social y haber acumulado bajo sus alfombras unos bultos muy sospechosos para los analistas financieros. Ello explica que en las dos últimas semanas haya circulado intensamente por Madrid el rumor de una inminente intervención de la Comunidad Valenciana, administración regional con graves dificultades financieras y con una estructura política debilitada por el vendaval del caso Gürtel. En estos momentos no hay ni un valenciano en el Consejo de Ministros y en el elenco de los secretarios de Estado. Hipótesis: una señal fuerte al exterior y un aviso al interior, sin riesgo de grave polémica por ser una comunidad gobernada por el PP. Precio: una incierta erosión de la gran hegemonía del centroderecha en Levante.

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