Con la expulsión de la línea Bush de la Casa Blanca las próximas elecciones en Colombia abren un panorama de cambio. Aunque es muy difícil expulsar a Álvaro Uribe -o su sucesor- del gobierno, la izquierda democrática colombiana puede dar un salto hacia adelante. En la contienda electoral El Polo Democrático Alternativo (*) puede consolidarse como la segunda fuerza política del país, algo impensable hace unos años cuando las FARC y las posiciones conciliadoras con la guerrilla dominaban el panorama político colombiano.
El residente del Polo Democrático, el ex magistrado Carlos Gaviria Díaz, es el candidato a las próximas presidenciales colombianas. En una interesante entrevista concedida al periódico El Público (23/03/2009) Gaviria deja clara la posición del Polo ante las FARC “La estrategia de la derecha es vincular a la izquierda democrática, nosotros, con las FARC y eso es algo que no ha dejado de hacer Uribe, que no los considera guerrilla, sino grupo terrorista. Si las FARC no existieran, estaríamos en muchas mejores condiciones de competir con Uribe. La gente se está desengañando de la promesa de Uribe de derrotar a las FARC por la vía militar. Uribe y las FARC se necesitan mutuamente, las FARC no serían nada sin Uribe y viceversa.” Efectivamente, las FARC se han convertido en la excusa perfecta para la represión del actual gobierno colombiano y la deslegitimación de otras fuerzas políticas de izquierda. El gobierno de Uribe, además del apoyo incondicional de Washington, también encuentra en el miedo y el rechazo a la guerrilla una base para alimentarse electoralmente y perpetuarse en el gobierno. Uribe y las FARC son las dos caras de una misma moneda. El periodista le pregunta “¿Cree que con Obama se acabará el apoyo incondicional de EEUU al presidente Uribe?” a lo que Gaviria contesta “Uno espera que la apertura que ha mostrado Obama en sus primeros días se aplique también en Colombia. Sería muy beneficioso para el país, ya que, con Uribe y Bush, Colombia se ha comportado como un súbdito de EEUU.” Fracasado el Plan Colombia de lucha con el narcotráfico, el congreso norteamericano discute estos días si continuar con esta “ayuda” y, en definitiva, discute qué línea de intervención continuar en Colombia. Uribe, muñeco diabólico de Bush, no es políticamente correcto. Los demócratas exigen al gobierno colombiano que lime las arista más agresivas de su régimen (desapariciones de sindicalistas, apoyo a los paramilitares, implicaciones con narcotráfico…). Sin embargo, a lo que Washington no está dispuesto –bajo ningún concepto- es a “soltar” este pilar estratégico –Colombia- para el control de la desatada Iberoamérica de Chávez, Evo, Correa, Lula… (*) El Polo Democrático Alternativo nace en el 2003 fruto de una alianza de diferentes fuerzas de izquierda y populares. Es el partido de izquierda que más logros electorales ha alcanzado en la historia de Colombia; cuenta con 18 congresistas, 10 en el Senado y 8 en la Cámara de Representantes. En 2007 alcanzó por segunda vez la alcaldía de Bogotá, ciudad donde cuenta con mayor respaldo popular. Una de las razones de sus triunfos está en el rechazo radical a las FARC y la condena a sus acciones violentas. El Polo Democrático se encuentra en este momento en una batalla interna que pone al partido al borde de una escisión. Esta fractura se ha ido gestando por la intervención, entre otras, de nuestro ex presidente Felipe González; actuando nuevamente como un agente del imperialismo, desde hace dos años trabaja en la escisión del Polo. Una ruptura que a lo único que beneficia es a Uribe y el dominio norteamericano sobre Colombia.