Selección de prensa nacional

UPyD se abre hueco

Que el periódico de referencia del Grupo Prisa -convencido en su inagotable sectarismo de poseer el don de dictar lo que existe y lo que no- te dedique un reportaje a toda página, y en su edición más leí­da, la de los domingos, es señal inequí­voca de que ya no pueden obviarte por más tiempo. Pese a que ningún gran medio de comunicación nacional haya valorado en su dimensión a lo largo de la semana el éxito de UPyD el pasado 7-J, la sola aparición este domingo en El Paí­s de un amplio reportaje dedicado a advertir a PP y PSOE del peligro que representa la dinámica electoral de UPyD vale más que mil análisis.

La sola resencia del reportaje en estas condiciones, es el reconocimiento tácito por parte de El País de la existencia de un nuevo jugador en el tablero político español, al que ya no pueden obviar ni seguir ninguneando como hasta ahora. Ante esta nueva realidad de un jugador emergente las tácticas han de cambiar necesariamente. Y a partir de ahora habremos de acostumbrarnos, con bastante probabilidad, a ver sustituido el vacío, por una sucesión de ataques, insidias y mentiras. Al tiempo. El reportaje de Fernando Garea, sin entrar a analizar siquiera el porqué del éxito de UPyD frente al resto de partidos (pese a reconocer que es “el único partido que ha crecido en número de votos desde las elecciones generales de 2008”), se centra en la preocupación que tanto en PSOE como PP ha levantado este resultado. Tras las generales de 2008, la primera línea de ataque contra UPyD fue que todos sus votos provenían del PP, tratando de presentarlo algo así como el “pepito grillo” de la derecha española. Los resultados del 7-J han echado por tierra esta especulación. Tras ellos, la dirección del PSOE se ha visto obligado a reconocer públicamente el peligro electoral que UPyD representa para ellos. Sobre todo con la perspectiva de la siguiente gran cita electoral, las elecciones municipales y autonómicas. Donde sólo con que UPyD repitiera los resultados del pasado domingo (no digamos ya si su avance continúa siendo tan espectacular como el 46,7% del 2009 con respecto a 2008) se convertiría en numerosas ciudades –los lugares donde se concentra mayoritariamente su voto– y en comunidades autónomas en una fuerza clave para decidir la formación de gobiernos. Y con esta perspectiva, al parecer, es con la que ya está trabajando el PSOE, según se desprende del análisis de un miembro de la ejecutiva que el reportaje recoge: si el punto débil de UPyD es la extensión de su voto en comparación con su organización, necesitará reclutar a miles de candidatos para presentarse a las municipales. Candidatos “con pasado, con contradicciones ideológicas y con más posibilidades de presentar flancos abiertos a la crítica”. Los intentos de desembarco de un aluvión de “submarinos”, de todo pelaje y condición y procedentes de todos los ámbitos, parece que va a ser uno de los próximos retos de UPyD. Reportaje. El País UPyD SE ABRE HUECO CON VOTOS A DIESTRA Y SINIESTRA Fernando Garea Con menos de dos años de vida, Unión Progreso y Democracia (UPyD) ha empezado a ser motivo de preocupación para el PSOE y el PP. El único partido que ha crecido en número de votos desde las elecciones generales de 2008 -de 306.000 votos que obtuvo entonces ha pasado a 450.000 en las europeas del pasado domingo- es ya tercera fuerza política en 32 capitales de provincia. Al menos lo ha sido en estos comicios, y, sea ese resultado un dato puntual o una tendencia, socialistas y populares se lo han tomado en serio. Hasta hace una semana, el PSOE estaba convencido de que tres de cada cuatro votos recibidos por el partido de la ex dirigente socialista vasca Rosa Díez procedían del PP. Sin embargo, y a falta de un estudio más pormenorizado, Antonio Hernando, miembro de la Ejecutiva del PSOE, admite que en las europeas UPyD recibió votos a partes iguales de izquierda y derecha. En esa izquierda incluye Hernando a su partido y también a ex votantes de Izquierda Unida. Ana Mato, responsable de Organización del PP, coincide con ese análisis y muestra inquietud por el ascenso de UPyD en detrimento de su partido en determinadas zonas. Por ejemplo, asegura que es evidente que en Valladolid el partido de Rosa Díez sube gracias a la izquierda, pero en el barrio de Salamanca de Madrid saca más de 5.000 votos a costa del PP. En la reunión restringida del comité de dirección del PP del pasado lunes, Javier Arenas restó importancia al ascenso de UPyD recordando que el empresario José María Ruiz-Mateos logró dos diputados cuando se presentó a unas elecciones europeas; un análisis que no coincide con el de otros dirigentes de su partido que sí ven el avance del nuevo partido como una amenaza. La dirección de UPyD ha hecho su propio estudio de los resultados, que Díez resume así: "Crecemos por ejemplo en Murcia, territorio del PP, y en Asturias, territorio del PSOE. Nos consolidamos como opción para gente de diverso origen. Pero en estas elecciones creemos que la mayoría de los votos ha venido de la izquierda: hay muchísimas mesas electorales donde el descenso del PSOE coincide matemáticamente con nuestro ascenso. Ocurre en Asturias, Andalucía, en las capitales de Castilla y León, en Valencia, en Madrid… Esto nos reafirma en nuestra línea política: la defensa de la igualdad, de un Estado fuerte y del laicismo ha sido un acierto. Y vamos a seguir con esa línea". Si se extrapolaran los resultados del domingo a unas elecciones generales, UPyD superaría, sobre el papel, en 15 provincias el 3% exigible para obtener representación: Asturias, Ávila, Burgos, Cantabria, Ceuta, Guadalajara, Huesca, La Rioja, Madrid, Melilla, Salamanca, Segovia, Sevilla, Valladolid y Zaragoza. No obstante, tiene pocas posibilidades de crecer a corto plazo en el Congreso: sus 450.000 votos podrían darle quizá otro escaño en Madrid; pero seguramente ninguno más, porque la Ley Electoral castiga a este partido -igual que lo hace con IU- y evita que todos sus votos se traduzcan en escaños. Sin embargo, el ascenso de UPyD sí le haría entrar en 2011 en algunos parlamentos autónomos y grandes ayuntamientos; en varios de ellos, incluso con posibilidades de convertirse en bisagra. Y ahí es donde estará la piedra de toque del nuevo partido: con la perspectiva de lograr fácilmente cargo y sueldo público, oportunistas de diversa extracción pueden hacer sus cálculos y ofrecerse para engrosar las listas de UPyD en las municipales de 2011. "Somos conscientes de ese peligro, y vamos a ser muy cuidadosos", adelanta Díez. "Seguramente fijaremos el criterio de no presentar candidatura allí donde no tengamos estructura asentada al menos un año antes de los comicios. Para que quienes se afilien tengan que demostrar quiénes son y para qué vienen", añade. De hecho, lo del oportunismo no es nuevo. La diputada asegura que, desde que en las encuestas empezó a hablarse del avance del nuevo partido, "cargos del PP, del PSOE y de partidos locales independientes con problemas en sus partidos" llamaron a la puerta de UPyD. "Les exigimos que renuncien al cargo público como requisito indispensable para afiliarse. Ninguno lo hizo", cuenta Díez. En el ámbito autonómico, UPyD ya logró un diputado en el Parlamento vasco en los comicios del pasado 1 de marzo; en Galicia fracasó -creció mucho en votos frente a 2008, pero no logró escaño-. Ahora, con los resultados de las europeas, podría entrar en las Cámaras de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid; en este último caso, hasta con siete diputados. Otro cantar es lo que ocurre en comunidades con fuerte presencia nacionalista, donde el discurso de UPyD encuentra escasísimo eco. En Cataluña, el partido de Díez podría buscar el espacio ideológico que ocupa ahora Ciutadans-Partido de la Ciudadanía. Sin embargo, según el PSOE, los resultados del domingo demuestran que UPyD provoca rechazo en Cataluña: sólo obtuvo allí 15.649 votos, el 0,8% del total. En el País Vasco, el balance es un poco mejor, pero igualmente insuficiente: 10.818 votos, el 1,4%. "Es cierto que en esas comunidades nos costará más tiempo, pero incluso allí hemos crecido desde 2008. En cualquier caso no vamos a hacer un discurso franquicia: decir una cosa en cada sitio según convenga", subraya Díez. Socialistas y populares están de acuerdo en que es en los grandes municipios donde UPyD tiene más capacidad potencial de crecer y convertirse en bisagra que decida gobiernos. Creen que se concentrará en municipios de más de 70.000 habitantes, porque su voto es claramente urbano. De hecho, en los comicios europeos ha sido tercera fuerza en 32 capitales de provincia, mientras que IU -que sigue siendo la tercera fuerza a escala nacional- sólo lo ha sido en seis capitales. En ese crecimiento diseminado es donde, según Antonio Hernando, puede estar el punto débil del partido: para concurrir a las municipales necesitará reclutar a miles de candidatos con pasado, con contradicciones ideológicas y con más posibilidades de presentar flancos abiertos a la crítica una vez aterricen de lleno en la arena de la batalla electoral. EL PAÍS. 14-6-2009 Opinión. Estrella Digital LA RESACA ELECTORAL José Oneto Hasta este fin de semana va a durar la resaca electoral y van a proseguir los análisis sobre los resultados del pasado domingo 7 de junio de unos comicios europeos que los dos principales partidos han querido interpretar en clave exclusivamente de política doméstica. Para el Partido Popular, según el análisis que ha hecho el sociólogo que más influye en Rajoy, Pedro Arriola, el PP hubiera ganado el 7-J unas elecciones generales con veinte diputados de diferencia: 169 frente a 149 del PSOE, lo que significa que en ninguna circunstancia hubiese podido formar Gobierno.Por su parte, José Blanco, número dos del PSOE y experto en campañas electorales, cometido que ha heredado la nueva y criticada secretaria de Organización, Leire Pajín, aduce que el domingo hubiera ganado, con una participación similar a la que hubo en las elecciones de marzo del año pasado (en torno al 75 por ciento), el Partido Socialista, que además hubiera sacado entre un punto y medio y dos al Partido Popular, algo -ha añadido Blanco- que le tiene que hacer reflexionar a Rajoy.Cosa que probablemente ha hecho el dirigente popular, según se deduce de su discurso pronunciado ante el Comité Ejecutivo Nacional, donde intentó, por todos los medios, contener la euforia de muchos y en el que insistió en el largo camino que queda por recorrer hasta las elecciones generales.Con un discurso moderado (nada que ver con el que perdió en el debate sobre el estado de la nación), Rajoy, que cree que su liderazgo está definitivamente asentado y que será el cabeza de cartel de las próximas generales, dirigió todos sus mensajes hacia esa estrategia que se marcó en el congreso de Valencia de entenderse con los nacionalistas vascos y catalanes, pensando en una futura pero difícil victoria.Una estrategia que ha provocado muchos enfrentamientos dentro del partido y, sobre todo, la grave crisis que vivieron los populares en el País Vasco con la dimisión de María San Gil, bien vista por Jaime Mayor Oreja, que ahora, recuperado por el "marianismo", la avala, aunque insista que quien ganó el domingo fue el PP de siempre, y de ahí su reivindicación de Aznar y de Rodrigo Rato.Bien asumida la victoria (que tampoco es para tanto) en el Partido Popular, la derrota ha sido mal dirigida sin embargo por el Partido Socialista. No sólo mal digerida, sino mal interpretada, mal analizada y nulamente autocriticada.La culpa ha sido de otros. De los votantes socialistas que se han quedado en casa. De muchos ciudadanos que no han comprendido algunos de los disparatados mensajes electorales. De la propia oposición, que ha conseguido convertir los casos de corrupción últimos en una maniobra política del Gobierno utilizando a la judicatura y a la Fiscalía Anticorrupción.Salvo algunos diputados del grupo parlamentario socialista que, por primera vez, se han atrevido a criticar abiertamente el tipo de campaña que se ha hecho y a quien la ha llevado a cabo (Leire Pajín), ni la dirección socialista ni su máximo representante, el secretario general del partido Rodríguez Zapatero, se han dignado explicarles a sus votantes y al ciudadano el significado de la derrota, las causas de la misma (al margen de la crisis económica) y cuáles son las medidas a tomar para recuperar la iniciativa política una vez descartada la cuestión de confianza y, teniendo en cuenta que el presidente del Gobierno ha rechazado por completo un adelanto electoral ya que, dice, sigue teniendo el apoyo de once millones de votantes para desarrollar y cumplir su programa. Un programa que, por otra parte, esta parcialmente paralizado por una notable debilidad parlamentaria que le impide presentar en el Congreso proyectos de leyes importantes por miedo a ser derrotado. ESTRELLA DIGITAL. 10-6-2009 Editorial. Expansión EL GOBIERNO LE QUITA LA CARETA A LA CRISIS ¿Qué ha cambiado desde las triunfalistas apreciaciones del Gobierno la semana pasada sobre los signos de mejoría en la economía hasta el ejercicio de realismo de ayer sobre la intensidad de la crisis y su duración? No hace falta ser un lince para ver que lo que media entre ambos diagnósticos son las elecciones europeas, que el Gobierno pretendió enmarcar en el espejismo de un punto de inflexión en la crisis a cuenta de la aparente mejoría del mercado laboral en mayo. Un engaño deliberado nuevamente con fines electoralistas, porque el Gobierno contempla ahora que España no saldrá de la recesión hasta 2011. Según sus previsiones, el PIB caerá este año un 3,6%, y el próximo, un 0,3%. Estas cifras son aún sensiblemente más favorables que las que manejan los analistas privados, pero suponen el primer reconocimiento oficial de la debacle económica. Se da la circunstancia de que se produce justo un día después de que el FMI mejorara sensiblemente sus previsiones de crecimiento para la economía mundial en 2010, desde un 1,9% a un 2,4%. Una evidencia más de que, como ha advertido la Comisión Europea, España será de los últimos países industrializados en salir de la crisis. No hay brotes verdes por ningún lado en este escenario de emergencia nacional, que testimonia el fracaso de las improvisaciones y ocurrencias del Gobierno desde que estalló la crisis con toda su crudeza. La situación exige un giro radical en la actitud contemporizadora mantenida hasta ahora. El presidente Zapatero ha venido preconizando una inmediata recuperación que sólo estaba en su imaginario, y que ha ido aplazando trimestre a trimestre mientras desangraba el presupuesto para contener el malestar social. El déficit público cerrará 2009 próximo al 10%, lo que deja sin margen para nuevas veleidades en el gasto. Para financiar su huida hacia adelante, el Gobierno ha provocado también un colosal endeudamiento que hipoteca a las generaciones futuras y, como nos temíamos, no han tardado en llegar las subidas de impuestos. De momento, suben los impuesto del tabaco y de los hidrocarburos. Este último, aprovechando el escenario deflacionista –¡cuidado, porque el petróleo se está encareciendo a buen ritmo!–, supone un castigo a las clases bajas y medias, pese a la insólita justificación de la vicepresidenta Salgado de que subir la gasolina sólo afecta a quienes tienen coche. ¿Por qué se ha esperado a después de las elecciones para admitir la gravedad de la crisis? ¿Por qué si tan necesarias eran estas subidas de impuestos no se han hecho antes? Probablemente la realidad sea aún más turbia de lo que pinta el Gobierno –niega que lleguemos a cinco millones de parados–, pero sus previsiones revisten la suficiente gravedad como para aparcar estériles partidismos y asumir, con pacto de Estado o sin él, la batería de reformas que necesita España, so pena de condenarnos a un largo periodo de paro y precariedad económica. EXPANSIÓN. 13-6-2009

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