Una presencia incómoda

El Consejo Político de EB celebrado en Bilbao, ha decidido crear el cargo de residente de la formación de izquierdas y ha elegido para desempeñarlo a su anterior coordinador general, Javier Madrazo. La dirección de Ezker Batua ha señalado que este cargo de nueva creación, ha sido instituido con el fin de "poder seguir contando con la experiencia y capacidad de trabajo de Javier Madrazo dentro de la organización, y respetar, de paso, su deseo de abandonar la primera línea de la actividad política". Una decisión que persiste en mantener tendido un hilo de continuidad con la negra herencia de Madrazo. El ex coordinador general de EB no “decidió abandonar la primera línea de la actividad política”. Fue jubilado por los votantes, que rechazaron rotundamente su indignante respaldo a los gobiernos etnicistas de Ibarretxe. La voz de las bases de votantes de EB no pudo ser más clara, exigiendo la ruptura total con el apoyo al nacionalismo étnico que ha caracterizado la etapa de Madrazo. Crear un puesto directivo “ex profeso” para Madrazo, y además afirmar que se quiere “seguir contando con su experiencia” no es la mejor carta de presentación de la nueva etapa de EB. El problema no es un cambio de nombres en la dirección, sino una ruptura total, con una autocrítica por medio, con el apoyo al fascismo étnico que caracteriza la negra herencia de Madrazo.