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Asistimos al boicot de todo avance, aunque sea limitado y parcial, que satisfaga demandas populares en salarios, pensiones, sanidad…
El gobierno de Sánchez ha tomado la decisión de romper las negociaciones con las fuerzas independentistas después de días de gran presión.
Es preciso denunciar que a lo que asistimos no es a una reacción ante unas inexistentes “cesiones al independentismo” del gobierno, sino a un nuevo intento por acabar a cualquier precio con el actual gobierno de Pedro Sánchez, incluso hurgando en un punto tan sensible como es Cataluña.
Los presupuestos fruto del acuerdo entre PSOE y Unidos Podemos están lejos de ser una alternativa real de redistribución de la riqueza. Pero a la vez es indudable que introducen una serie de mejoras en las condiciones de vida de la mayoría. Esto es lo que está en juego para la gente y de lo que no se quiere hablar. La crispación de la vida política coincide con el momento en el que desde algunas instituciones y centros de poder -nacionales e internacionales- se presentar la subida del salario mínimo recientemente aprobada, por ejemplo, como “un desastre para el empleo”.
Casado y Puigdemont, Abascal y Torra representan la división y el enfrentamiento, dos caras de la misma moneda
Al parecer, esos centros de poder no están dispuestos a permitir que, aunque sea limitada y parcialmente, un gobierno avance en satisfacer demandas populares en salarios, pensiones, sanidad…
Y en ese camino cuentan con la colaboración inestimable de Puigdemont y Torra, que ya intentaron, en su momento, evitar el triunfo de Pedro Sánchez en la moción de censura, apostando por la continuidad de Rajoy. Y ahora quieren imponer el rechazo a los Presupuestos, intentando crear una situación de conflicto y tensión, de la que extraer réditos políticos. Quienes apuestan por tensionar la vida política, desde Casado a Puigdemont, esconden preocupantes intenciones.
Lo que está en juego es sí se va a mantener una línea de subir progresivamente las pensiones después de años en los que se ha ido degradando su poder adquisitivo con el famoso “incremento” del 0,25% ; lo que está en juego es una subida para la dependencia de 830 millones de euros, partida tan necesaria para un sector de la población que la necesita con urgencia ; está en juego una partida para becas y ayuda al estudiante de 1700 millones de euros, también para ayudas contra la pobreza energética…
Mientras el PP de Casado se dedica a encabezar la crispación y el enfrentamiento, buscando desestabilizar y acabar con el Gobierno, y las fuerzas independentistas colaboran buscando obtener réditos, de lo que le interesa a la mayoría no se dice nada. Recortes Cero sin embargo consideramos que es lo que importa.
Solo desde alternativas progresistas, contra los recortes y por la redistribución de la riqueza, puede defenderse la unidad del pueblo de todas las nacionalidades y regiones de España de forma consecuente. Casado y Puigdemont, Abascal y Torra representan la división y el enfrentamiento, dos caras de la misma moneda, en definitiva la de Bannon y la alt-right norteamericana, la xenofobia, la agresión, los recortes y el boicot de una Europa unida y entre iguales.