Entrevista a Mauricio Funes, nuevo presidente de El Salvador

Una oportunidad de oro para Pulgarcito

Tras el fin de la guerra de 12 años la cúpula militar y oligárquica dominaba la vida polí­tica del paí­s agrupada en la candidatura del hoy derrotado partido de la derecha, Arena. ¿Qué consecuencias puede tener este cambio para El Salvador (el Pulgarcito de Centroamérica)? Significa una oportunidad de trasformación para el paí­s más pobre de Centroamérica y más violento del mundo (con la mayor tasa de homicidios del planeta).

El Salvador es fortaleza de una feroz oligarquía reaccionaria cuyo oder se basa en el apoyo histórico de Washington, la tenencia de la tierra y en la presencia asfixiante de militares y escuadrones de la muerte de la CIA. Asesinos y mercenarios que tras la guerra de 12 años –con 85 mil muertos- no pagaron sus delitos sino, todo lo contrario, se reconvirtieron en prósperos empresarios y políticos. ¿Qué consecuencias puede tener la elección de Funes para Centroamérica? Sirve enormemente a un cambio en la correlación de fuerzas, impensable hace unos años, en la dominada y troceada Centroamérica. Junto a Nicaragua, Guatemala y Honduras –también con recientes gobiernos de izquierdas- se configura otro mapa político para esta castigada zona de América. ¿De qué depende que se produzca este cambio? Dos puntos de apoyo fundamentales tiene Funes para su mandato. La fuerza de un pueblo que clama por una trasformación del país –su triunfo se impone a pesar de las amenazas de represalias de Washington para un país que tiene 2 de sus 5 millones de habitantes trabajando en los EEUU- y, por otra parte, otro punto de apoyo, es el avance del Frente Antihegemonista en Iberoamérica. La cercanía de Funes al presidente Lula nos dice por dónde pueden ir sus futuras alianzas. ¿Qué peligros entraña? Dos principales. Uno, los temibles mandos militares –en su mayoría auténticos agentes de la CIA- que siguen ostentando, tras la guerra, un poder omnívoro. Dos, el mayor reto de Funes es expulsar a los fantasmas que anidan dentro de la izquierda salvadoreña. Que llegó a mantener abyectas posiciones bajo la alargada sombra de la ex URSS. El Salvador y Guatemala tuvieron fuertes movimientos guerrilleros, poco después de la victoria Sandinista en Nicaragua, pero el gobierno de Reagan se encargó de organizar la contra nicaragüense y convertir la guerra sucia en toda la región en una norma sangrienta. La Guerra Fría, dejó tras de sí una estela de muerte y desolación, una profunda intervención norteamericana, una atomización entre países y una izquierda absolutamente desprestigiada. Esta es una oportunidad “de oro” que le regala el pueblo al Frente Farabundo Martí y no puede desaprovecharla. Debe trazar una línea de demarcación a fuego con los errores del pasado. Entrevista a Mauricio Funes El País 17-03-2009P. Ordaz "Si no se producía este cambio, el país se hundía" ¿Qué significa este cambio para El Salvador? Respuesta. Significa que se ha cerrado un ciclo histórico de Gobiernos excluyentes, autoritarios, que no han sabido resolver los grandes problemas del país. Cuando el partido Arena llegó al poder hace 20 años, dijo que iba a convertir El Salvador en una de las economías más dinámicas y competitivas del continente, que iba a acabar con la pobreza, reducir la desigualdad social, combatir la criminalidad. A la vuelta de 20 años, tenemos uno de los países más atrasados de América Latina, una de las economías con mayor debilidad estructural para enfrentar la crisis, una de las sociedades más pobres y, sobre todo, con los mayores niveles de exclusión y marginalidad social, agobiada por la delincuencia, secuestrada por la delincuencia. Somos el país con la tasa de homicidios más alta del continente. Ése es el gran desafío que tengo por delante. El cambio que hoy estamos iniciando cierra un ciclo histórico y abre la oportunidad para iniciar un Gobierno auténticamente democrático, que construya una sociedad justa y democrática, que es a lo que aspiramos los salvadoreños. ¿Necesitaba el país este cambio para dejar definitivamente en la historia el eco de la guerra? R. Si no se daba este giro, el país se hundía. Si no se daba este cambio, esta alternancia, el país iba rumbo al descalabro y a profundizar la polarización. Nosotros tenemos la posibilidad de despolarizar el país en la medida en que se va a despolarizar social y económicamente. La polarización política no es un asunto de voluntad de los actores políticos, es el reflejo de la polarización social y económica que vive El Salvador. ¿Cuál va a ser la primera medida de gobierno? R. Hacer un Gobierno diferente con un ejercicio público diferente. Y resolver el problema del grave deterioro de la situación fiscal del país. Tenemos que convocar un pacto fiscal para hacerle llegar más recursos al Estado, y a través de ese pacto fiscal, financiar nuestra política social, nuestra política de apoyo a los sectores productivos nacionales? ¿Con su victoria se disipa la campaña del miedo, el fantasma de Hugo Chávez? R. Con esta victoria lo que se demuestra es que se acabó el miedo al cambio, al cambio seguro, al cambio con estabilidad y con gobernabilidad democrática que es al que le hemos estado apostando nosotros.

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