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Según los informes del Eurostat (Oficina Europea de Estadística) el 43 % de los jóvenes españoles no encuentra trabajo. España encabeza en la Unión Europea el desempleo juvenil, el doble de la media europea situada en el 20,6 %.
En el último año más de medio millón de jóvenes trabajadores han asado al paro. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) 562.000 jóvenes, con edades comprendidas entre los 20 y 29 años, son jóvenes “inactivos” que, la mayoría, declara “no tener un proyecto de futuro que les ilusione”.Los hechos demuestran que no estamos tanto ante un problema “sociológico” (“son hijos de diez años de crecimiento y bienestar”, nos dicen) como lo presentan los medios de comunicación sino ante un problema de clase, de explotación. El capital monopolista ejerce una super-explotación y presión sobre determinados sectores de la fuerza de trabajo -jóvenes, inmigrantes, mujeres- que se acentúa en épocas de crisis. Durante “las vacas gordas” han sido la base de la precariedad, el empleo temporal y el mileurismo. Ahora son uno de los componentes fundamentales del desempleo. Su “falta de futuro” no viene determinada por una “falta de esfuerzo” sino por la condena a formar parte del paro como “ejército de reserva” del capital monopolista.