Cargando...
Los círculos más reaccionarios del independentismo utilizan la formulación de “un sol poble” como arma arrojadiza contra muchos catalanes. Difundiendo que quien se oponga a la independencia queda excluido del “poble català”, a pesar de que viva y trabaje en Cataluña. Y señalando y persiguiendo al diferente, al que no acata punto por punto el discurso oficial.
Pero lo que hemos visto en los últimos días está muy lejos de esta uniformidad forzosa. Lo que se ha exhibido son dos Cataluñas, que defienden caminos antagónicos.
Por un lado los médicos, maestros, funcionarios, bomberos, mossos… que se han manifestado contra los recortes. Porque, mientras el procés ocupaba todos los titulares, Cataluña se convertía en la comunidad donde más lejos han llegado los recortes en sanidad, en educación, en ayudas sociales…
Mientras todos estos sectores se movilizaban en Cataluña contra los recortes, Eduard Pujol, portavoz de JuntsxCataluña, la formación impulsada por Puigdemont, declaraba que “nos distraemos con cuestiones que no son las esenciales. Que si 85 días de listas de espera, que si tendrían que ser 82… Nos estamos peleando por las migajas”. Afirmando que lo único “esencial” es la independencia de Cataluña.«Para las élites del independentismo, los catalanes que rechazan los recortes que ellos han ejecutado no parece que tengan ningún “derecho a decidir”»
Para las élites del independentismo, los catalanes que rechazan los recortes que ellos han ejecutado no parece que tengan ningún “derecho a decidir”. Y la salud, o la vida, de los catalanes, las que dependen de que aumenten o disminuyan las listas de espera son para los líderes del procés “migajas”.
Hace pocos días una paciente de 84 años moría en un hospital de Girona tras haber esperado en urgencias siete horas sin ser atendida. Los recortes en sanidad literalmente matan. O determinan que en los barrios más pobres de Barcelona se vivan entre ocho y diez años menos que en los más ricos.
¿Son esto “migajas”, señor Pujol?