El gran capital extranjero y la gran banca española exigen un "duro plan de ajuste"

Un programa para otro «plan de ajuste»

La agudización de la crisis financiera internacional ha puesto de manifiesto con total crudeza el auténtico cáncer de la economí­a española: cuatro grandes dependencias -dependencia de la financiación exterior, dependencia de unos pocos mercados, dependencia energética y dependencia de las cuotas impuestas por Bruselas que limitan nuestra producción- que agudizan la crisis en nuestro paí­s, retrasan nuestra salida y, sobre todo, están en la base del draconiano plan de ajuste que quieren imponernos. De ellas, la dependencia de la financiación exterior es la determinante. La crisis ha hecho explotar la burbuja española, «el milagro español» de crecimiento no se asentaba en bases firmes sino en los pies de barro del endeudamiento y la financiación exterior, haciéndonos especialmente dependientes de un pequeño grupo de cuatro grandes potencias de la Unión Europea, que concentran el 72% de la financiación, y sobretodo de los grandes bancos alemanes (29,1%) y franceses (18,8%) que son dueños de casi el 50% de nuestra deuda exterior. La oligarquí­a española, con la complicidad de los gobiernos «socialistas» y «populares» de los últimos 15 años, nos ha convertido en el paí­s con mayor deuda «per cápita» del mundo y el segundo más endeudado, sólo por detrás de EEUU.

La oligarquía esañola capitaneada por el gran patrón de la banca, Emilio Botín, no ha utilizado el endeudamiento para desarrollar una economía productiva que nos hiciera más fuertes y competitivos en los mercados internacionales, sino para inflar el “modelo del ladrillo”, obtener fabulosas ganancias y para que dos bancos (Santander y BBVA) y un grupo de cinco o seis monopolios escalaran posiciones en las finanzas mundiales.La deuda global exterior española (la suma de pública y privada) supera el 150% del PIB nacional, pero son ellos, la gran banca, quienes concentran la mayor parte. Deben 800.000 millones de euros.Las grandes potencias imperialistas, y en especial los grandes patronos europeos, Alemania y Francia, quieren ahora, llevados por las urgencias de la crisis, degradar a España hasta la tercera división europea (junto con Grecia, Irlanda y Portugal) cobrándose la deuda con sus intereses, lo que puede llegar a significar hasta un 20, 30 ó 40 por ciento de la pérdida de riqueza y bienestar para nuestro país. Y para eso exigen un draconiano plan de ajuste.Botín y la oligarquía, con la complicidad del gobierno, pretenden trasladar al conjunto de la población ese plan de ajuste y el pago de la factura más los intereses en forma de rebajas salariales, recortes de las pensiones y subida de impuestos. Pretenden hacernos creer que no es posible una salida a la crisis que no pase por este ajuste duro. Pero SÍ es posible una salida a la crisis que no se someta a los dictados del gran capital extranjero y de la gran banca española. SÍ hay otra alternativa favorable al país y al conjunto de las clases populares. SÍ hay un programa que responda punto por punto a sus proyectos, que rompa con las dependencias e inicie un desarrollo basada en la economía productiva y en la creación de riqueza y empleo.1 Acabar con las cuatro grandes dependencias y poner coto al endeudamiento exterior de España -Devolución del dinero de los planes de rescate -Reducción de un 20% de los gastos del Estado -Multiplicar la inversión en I+D+i -Acabar con la dependencia de unos pocos mercados y con las cuotas de BruselasHan hipotecado nuestro país para los próximos 10, 15 o 20 años y llevado el déficit público hasta un insostenible 11,4%. Sus recetas para tapar este gigantesco agujero negro son las subidas de impuestos, los recortes laborales, las rebajas de las pensiones y los recortes sociales.Frente a ellas el conjunto de medidas contra la crisis han de ir a recortar radicalmente el endeudamiento y reducir la dependencia financiera; pero no a costa de cargar los costes obre los ciudadanos sino sobre los responsables directos: la gran banca y la oligarquía y las castas políticas que nos gobiernan.No es cierto que Zapatero nos haya endeudado para hacer frente a los gastos sociales. Nos ha endeudado principalmente para poner al servicio de los rescates bancarios 310.000 millones de euros.No es cierto que sólo subiendo impuestos se puedan aumentar los recursos del Estado para rebajar el déficit público.Y no es necesario que la rebaja del déficit tenga que ser a costa de reducir las inversiones en sectores tan fundamentales como las infraestructuras, la inversión en I+D+i o los recortes sociales.Por eso es necesario: – La devolución inmediata del dinero de los planes de rescate, para dar un tajo y cortar de raíz la principal vía de endeudamiento público. La banca ha declarado casi 30.000 millones de euros de beneficios en 2009, ¿por qué no devuelven el dinero público que Zapatero les ha entregado?-Reducir un 20% los gastos del Estado. Zapatero anuncia acuciado por la situación recortes presupuestarios, pero a costa de las infraestructuras, del ministerio de Ciencia o de recortes sociales. Pero sin tocar el sistema de privilegios de las castas políticas y altos cargos del Estado, de despilfarro y derroche generalizado en las administraciones central, autonómica y municipal. Ni siquiera en plena crisis dejan de saltar los escándalos de corrupción y despilfarro en todos los niveles de las administraciones, auténticos agujeros negros por los que se traspasan ríos de millones de dinero público a las cuentas de las castas políticas y su entorno de familiares, amigos y empresas vinculadas. Los propios presupuestos del Estado aprobados para este año destinan 6.000 millones de euros a partidas tales como: 39 millones de euros para gastos de oficina de los diputados y senadores, 2,9 millones a subvencionar carreras de caballos o los más de 90 millones de euros que destinan varios ministerios a las fundaciones de los partidos políticos…; por no hablar de los abusos del coche público, de la proliferación de consejeros con sueldos millonarios, de las financiaciones encubiertas bajo la forma de “informes” y otras corruptelas.Hay que dar un tajo (y el 20% aún es poco) al despilfarro de las castas políticas en gastos innecesarios, superfluos, suntuosos y simplificar las administraciones a todos los niveles.Sin tocar los fondos verdaderamente sociales (pensiones, desempleo, educación, sanidad, dependencia…) esta medida podría generar un ahorro de más de 36.000 millones de euros al año en las cuentas del Estado central (72.000 millones de euros en el conjunto de las administraciones). Zapatero apenas quiere recortar 5.000 millones este año y además quitarlos de inversiones en infraestructuras o investigación.Frente a eso un auténtico plan de ahorro nacional del 20%, no sólo haría innecesario seguir emitiendo deuda pública sino que permitiría al Estado disponer de recursos para destinarlos al desarrollo de la economía productiva, la I+D+i y las mejoras sociales como educación, sanidad o las pensiones.-Multiplicar la inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación, al servicio del cambio del modelo productivo y de acabar con la dependencia energética de nuestro país.En un manifiesto encabezado por varios de los investigadores españoles de más prestigio, como Margarita Salas, los científicos españoles han sido los primeros en denunciar a un gobierno que no para de hablar de “la creación de un nuevo modelo de desarrollo… basado en la innovación” pero que reduce el presupuesto del ministerio de Ciencia e Innovación un 15%, un tijeretazo de 362 millones de euros.Como dicen nuestros investigadores, multiplicar la inversión en I+D+i es imprescindible para la transformación del modelo productivo, la estimulación de los sectores estratégicos, su modernización, competitividad y empleo de calidad. Pero sobre todo la inversión en el desarrollo y uso de nuevas energías y energías renovables es fundamental para poner para empezar a poner fin a la dependencia energética, un auténtico lastre histórico que deja a nuestro país a merced de los vaivenes de los precios de la energía en los mercados internacionales. La dependencia absoluta de las fuentes de energía externas, del petróleo, el gas y la energía nuclear francesa, son una auténtica sangría para el país.Ampliación y diversificación de los mercados exteriores. Frente a las inmensas posibilidades que abre un mundo globalizado, España sigue siendo un país cautivo de unos pocos mercados, principalmente de la Unión Europea, doblemente dependiente. El 75% de nuestras exportaciones se destina a países de la UE, producimos lo que los mercados de las grandes potencias exigen. Y, al mismo tiempo, esa producción está en manos de las grandes multinacionales alemanas, francesas, inglesas o italianas. Y ahí están las consecuencias: somos los primeros en sufrir recortes de producción, los ERE y despidos, y estamos sometidos al chantaje, dinero público para mantener las sucursales multinacionales o el cierre.El Estado ha de poner todos los medios para acabar con esta dependencia cautiva. Es un sinsentido que 3/4 partes de nuestras exportaciones se dirigen a 4 o 5 mercados europeos, que apenas representan el 5% del mercado global, mientras apenas estamos presentes en los mercados con más proyección de las potencias emergentes en Asia, Oriente Medio o Iberoamérica.2 Frente al recorte de las pensiones y el alargamiento de la edad de jubilación a los 67 años Reforma redistributiva del sistema de pensiones. Subida general de las pensiones empezando por las mínimas para que nadie cobre una pensión menor de 1.000 euros.No es cierto que el futuro de las pensiones sea inviable si no se rebajan y se alarga la edad de jubilación; sobre todo cuando la pensión media de un trabajador apenas llega a los 675 euros al mes.El sistema público de pensiones es viable aplicando una reforma redistributiva. ¿Cómo es posible que un solo banquero, como el vicepresidente del Santander Alfredo Sáenz, tenga un fondo de más de 80 millones de euros, más de 13.300 millones de pesetas; y que la pensión media de los consejeros del BBVA sea de 250.000 euros al mes? ¿O que un ex ministro, como se destapó cuando Solbes, pueda llegar a cobrar tres pensiones?Sí, hay que reformar el sistema de pensiones de los banqueros, altos ejecutivos de los monopolios y grandes empresas, y las pensiones de los políticos (ministros, presidentes, alcaldes de grandes ciudades, vicepresidentes, consejeros…) y altos cargos de la administración. ¿Porqué no fijarles una pensión máxima de 10.000 euros al mes? Y con los miles de millones ahorrados aquí incrementar el fondo de pensiones de la Seguridad Social. Y si es preciso garantizar desde los presupuestos del Estado el conjunto de las pensiones. 3 Frente a la reforma laboral “a la alemana” para rebajar los salarios y contratos con despido más barato (sobre todo para jóvenes) Redistribución salarial: establecer un sistema de diez escalas salariales, del 1 al 10, que redistribuyan las rentas. Que nadie cobre un sueldo menor de 1.000 euros mensuales y tampoco nadie más de 10.000.Igual que con las pensiones las cúpulas de la gran banca, los grandes grupos monopolistas, y las cúpulas de altos cargos políticos cobran sueldos y gratificaciones multimillonarias. F. González, el presidente del BBVA gana casi 20 millones de euros al año; el presidente de Iberdrola se embolsó en 2008 16,6 millones de euros; los 187 directivos de Inditex (Zara) se embolsaron 11.000 millones de pesetas sólo en gratificaciones, casi 60 millones por cabeza; son sólo algunos ejemplos.Sólo aplicando la escala de los 10.000 euros como salario máximo a los 40.000 ultra privilegiados de las grandes empresas y del Estado que, según la Agencia Tributaria, declaran una media de 329.729 euros anuales, se podrían complementar hasta los 1.000 euros/mes los sueldos de 2,5 millones de trabajadores con un salario medio de 838 euros, y crear otros 274.000 empleos de 1.000 euros/mes. 4 Frente a la subida de impuestos Reforma fiscal que redistribuya la riqueza: que pague más quien más gana. Diez niveles de impuestos sobre las rentas individuales y sobre los beneficios empresariales.Es indignante que las SICAV, instrumentos financieros de las grandes fortunas del país, tributen sólo un 1% a Hacienda mientras un trabajador medio con 2.000 euros de sueldo pague el 15%; que los grandes monopolios y la banca apenas tributen el 21% de sus beneficios mientras las pymes pagan más del 31%; o que se aplique una subida general de impuestos (el IVA hasta el 18% y el IRPF) para cubrir el agujero de las cuentas públicas dejado por los planes de rescate bancario, que castiga sobremanera a trabajadores, parados o pensionistas.Es preciso una reforma fiscal redistributiva basada en una escala de 0 a 10: desde el 0% de impuestos para trabajadores con rentas mínimas y autónomos, y pymes con beneficios bajos, hasta el 90% de fiscalidad para las grandes fortunas y los beneficios de bancos y monopolios. 4 Frente al plan de rescate bancario Poner los recursos del sistema financiero al servicio de la inversión productiva y de la creación de riqueza y empleo. ¡NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA YA!La gran banca (tres bancos y 2 cajas) controlan la inmensa mayoría de los recursos financieros de toda España, además de los 310.000 millones de euros que el gobierno ha puesto a su disposición con los planes de rescate. Los recursos del país entregados para que ellos mantengan su nivel y sus beneficios a pesar de la crisis.Es preciso poner esos recursos al servicio de la inversión productiva para crear riqueza y empleo. La devolución inmediata del dinero de los planes de rescate para invertir en la economía productiva, la investigación y en sectores estratégicos (como el de las energías alternativas) y para convertirlos en créditos a bajo interés para pymes, autónomos y familias.La transformación de las Cajas de Ahorro y del ICO para convertirlos en un instrumento financiero público de tipo confederal, centralizado por el gobierno y controlado y supervisado por los impositores. Un auténtico banco público que gestione los ahorros del Estado y que aborde un plan de choque por el empleo con las PYMES de toda España.Y la nacionalización de la banca, como medio imprescindible para poder reorientar sus inmensos recursos financieros, acumulados con el trabajo y el ahorro de todo el país, al servicio de la economía nacional.

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