Tras el éxito de la huelga en la enseñanza

Un programa frente a los recortes en educación

A pesar de los intentos por ningunearla, el éxito histórico de la Huelga General de la Enseñanza del pasado 22-M ha demostrado en los hechos que sí­ se puede generar un frente asambleario y unitario que lleve adelante una auténtica reforma nacional,democrática, cientí­fica y popular del sistema educativo contra las pretensiones de transformarlo en un negocio rentable para los grandes fondos de inversión.

Pero, ¿en qué se debe basar ese programa mínimo?

Primero, contra los recortes: ¡redistribución de la riqueza! Para invertir ocho mil euros al año por alumno y recuperación del dinero recortado a los sueldos. El sistema educativo tiene que abogar por fuentes de financiación e inversión nacionales, basadas en la redistribución de la riqueza existente. Ya es un clamor popular que “es mentira, sí hay dinero, se lo dan a los banqueros”. A la vez, redistribución salarial. Hay que auditar los sueldos de los altos cargos para que en el sistema educativo nadie cobre menos de mil y nadie más de tres o cuatro mil. «Todavía estamos muy por debajo de la media europea de inversión en educación… ¿qué educación nos están preparando?»

Segundo, contra la elitización: auditoría de las necesidades nacionales y sociales para crear profesionales trabajadores y altamente formados. El fracaso escolar corre paralelo a la degradación del país, al paro por falta de un proyecto de creación de riqueza y empleo. Que la universidad sea un motor de estudio y propuestas sobre qué sectores deben ser objeto de inversión, incluidos los sectores de valor social (médicos, profesores…) y, por tanto de qué cantidad de cuadros tiene que formar anualmente el sistema educativo, con qué contenido y calidad (planes de estudio integrales y científicos) y nivel de exigencia (cultura del esfuerzo). Que el sistema educativo pueda medir si está o no colmando estas necesidades..Tercero, frente a la privatización: más democracia para ganar en autonomía. Fortalecer los órganos que garantizan que la toma de decisiones está en manos de las asociaciones de profesionales, de estudiantes y de padres. Prevenir el monopolio del poder en unas pocas manos (directores, rectores…) puesto que es la clave para reformar el modelo de gestión para introducir a los representantes (políticos o corporativos) de grandes monopolios en los órganos de decisión.

Necesitamos una Educación que se proponga algo más que superar el fracaso escolar, porque con este banderín de enganche se nos va a expropiar el sistema educativo para entregarlo a empresas y grandes fondos de inversión tal como está ocurriendo en EEUU.

Un sistema educativo orientado a crear riqueza y empleo para el país, enraizado en las vanguardias del arte, de la literatura, de la ciencia… y que cree las condiciones salariales y de inversión necesarias para ello. Esos son los ejes que habrá que seguir concretando, pero que sirven como punto de partida para un cada vez más imprescindible

Frente de Unidad, antes de que “las ratas” lo roan a base de rencillas y sectarismos nada inocentes.

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