Reportaje histórico

Un paí­s castrado desde Nasser

Tras sujetar al recién creado Estado de Israel a su órbita y llegar a una serie de acuerdos con distintos jeques tribales de la pení­nsula arábiga a los que eleva a la categorí­a de dinastí­as reales, EEUU se convierte en el gendarme de Oriente Medio. Sin embargo, controlar a las colonias de las viejas potencias imperialistas (Egipto, Irak, Siria, Lí­bano, Jordania…) no le resultará tan fácil.

Afectado por una aguda crisis a todos los niveles: la corrupción, la inoperancia de la Constitución, el control absoluto del país por parte de los británicos y los franceses, la miseria de la población, el desprestigio de la figura del rey, un ejército convulso por la derrota frente a Israel en la guerra de 1948,… en Egipto empieza a formarse una fuerte corriente anticolonialista cuyo epicentro está en una sociedad militar clandestina llamada Movimiento de Oficiales Libres. En 1952 estos oficiales patriotas del ejercito egipcio con Nasser al frente se levantan contra el corrupto régimen del rey Faruk, proclaman la República y obligan a las tropas británicas a salir del Canal de Suez. Tras una dura pugna en el seno del gobierno con el general Muhammad Naguib –partidario de una alianza con EEUU– las tesis de Nasser sobre una vía árabe e independiente hacia el socialismo se imponen en el nuevo régimen. «La revolución de Nasser señala el despertar definitivo del mundo árabe y el África negra» Cuatro años después, Nasser toma una medida revolucionaria que va a sacudir todo el orden mundial: la nacionalización del Canal de Suez. Construido en la segunda mitad del siglo XIX y controlado por capitales ingleses, el Canal de Suez era vital para los intereses del vasto imperio británico, convirtiéndose en la principal ruta hacia sus colonias en la India, Ceilán, Birmania y China donde controlaban el 80% del comercio exterior. Cuando se construyó, el corrupto gobierno de Egipto cedió libremente a los ingleses el terreno, las canteras, las conducciones de agua potable, y la mano de obra, miles de fellahs, campesinos, fueron reclutados por la fuerza desde todos los lugares de Egipto para trabajar en el canal.La IIª Guerra Mundial había puesto de manifiesto la excepcional importancia estratégica del Canal, no sólo como vía de tráfico comercial, sino de control militar. Relevancia que se volvía más acusada a medida que se iba conociendo el océano de petróleo escondido en el subsuelo de Oriente Medio. En 1956, Egipto pide un crédito al Banco Mundial. Este se lo niega si no es a cambio de conceder la construcción de la gran presa de Assuan en el Nilo a compañías extranjeras. Como respuesta, Nasser nacionaliza el Canal de Suez, que pasa a manos egipcias. Francia y el Reino Unido, en una acción conjunta, invaden militarmente la zona del canal, desencadenando la Guerra del Sinaí. Aprovechando las aguas revueltas, Israel despliega sus tropas y ocupa la península del Sinaí.Una oleada de agitación antiimperialista y de apoyo a Nasser sacude todo el mundo árabe. EEUU y la URSS deciden tomar cartas en el asunto y ordenan la inmediata retirada de las tropas franco-británicas. El tiempo de las viejas potencias coloniales ha terminado y en su lugar, dos superpotencias hegemonistas se disponen a disputarse el dominio mundial. Maniobrando política y diplomáticamente con extrsordinaria habilidad en esta nueva situación, Nasser no sólo consigue retener el Canal de Suez para Egipto, sino que se convierte en el nuevo referente de un socialismo panarabista de carácter popular e independiente que se extiende rápidamente por Irak, Siria, Libia,…Al mismo tiempo, Nasser, junto con Sukarno de Indonesia, Nehru de la India, Tito de Yugoslavia y Chu En Lai de China crean en la Conferencia de Bandung, Indonesia, el Movimiento de Países no Alineados, un amplísimo frente de los países del Tercer Mundo frente a USA y la URSS. Nasser se convierte en el líder indiscutible del mundo árabe. Su revolución señala el despertar definitivo del mundo árabe y el África negra.

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