«Los acontecimientos previstos y encadenados no pronostican bienestar para el Gobierno. Huelga general, presupuestos generales del Estado, primarias en Madrid y elecciones catalanas. Un auténtico calvario al que se enfrenta Zapatero, con dos novedades.»
Primera, una división notable en el Consejo de Ministros, en el que Elena Salgado es cuestionada -aún en silencio- or un número importante de sus componentes. Y segunda: Tomás Gómez ganará o perderá, pero se ha constituido en una referencia importante porque ha sido el primer minibarón socialista que ha plantado cara al presidente. ¿Quién puede negar que tiene morbo darle un revolcón al indiscutido Zapatero con una papeleta secreta en la que se pueden acumular quejas antiguas sin necesidad de dar la cara? (EL PERIÓDICO) EL ECONOMISTA.- Niño Becerra comenta que parece que está mal visto ser pesimista en un momento en el que se nos dice que las cosas van a ir mejorando, porque en el pasado también se cometieron excesos que fueron superados. Y, en este contexto se deja de decir lo que se debe decir. Y lo que se debe decir, en palabras del catedrático es que "ya nos hallamos en una crisis sistémica muy semejante a la Gran Depresión, que lo vivido entre el 2007 y mediados del 2010 ha sido una fase de precrisis en la que se han ido poniendo de manifiesto los problemas que ahora nos han estallado en la cara, que lo que se ha estado haciendo en estos tres años ha sido ir aplicando las fórmulas de un manual agotado: el manual que, al agotarse, nos ha llevado a esta crisis". ABC.- LA tensión en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado entre el Gobierno y el PNV no ha esperado siquiera a septiembre para hacerse visible, y el intercambio mutuo de mensajes revela el estado de necesidad en que se halla José Luis Rodríguez Zapatero y la posición de fuerza que han adoptado los nacionalistas vascos. Las incipientes tomas de contacto en las negociaciones pronto serán un auténtico proceso opaco plagado de cesiones inconfesables porque en nada favorece a Zapatero su cultivada imagen de dadivoso oportunista, y menos aún cuando lo que está en juego es su supervivencia en la legislatura. Opinión. El Periódico Un otoño de cariz incendiario Carlos Carnicero Otoño es época proclive a cambios bruscos, revoluciones y protestas. Las del 2010 no son menores. Estamos hablando del Gobierno, pero también de la sociedad civil, agotada por una crisis a la que nadie le echa una gota razonable de optimismo y una desafección creciente de la ciudadanía hacia la política. Los acontecimientos previstos y encadenados no pronostican bienestar para el Gobierno. Huelga general, presupuestos generales del Estado, primarias en Madrid y elecciones catalanas. Un auténtico calvario al que se enfrenta Zapatero, con dos novedades. Primera, una división notable en el Consejo de Ministros, en el que Elena Salgado es cuestionada -aún en silencio- por un número importante de sus componentes, entre ellos la vicepresidenta primera y Trinidad Jiménez, cuya previsible salida del Gobierno algunos interpretan que será para alejarla de la cercanía y complicidad con el presidente. Las sensibilidades socialdemócratas más vinculadas a las esencias del PSOE observan cómo el equipo económico ha tomado el mando a la derecha del presidente. Y segunda: Tomás Gómez ganará o perderá, pero se ha constituido en una referencia importante porque ha sido el primer minibarón socialista que ha plantado cara al presidente. ¿Quién puede negar que tiene morbo darle un revolcón al indiscutido Zapatero con una papeleta secreta en la que se pueden acumular quejas antiguas sin necesidad de dar la cara? En los presupuestos, el Gobierno está entregado al PNV e indirectamente al PP vasco, que torpedeará los acuerdos de ampliación del autogobierno regateando su apoyo a Patxi López. Operación de alto riesgo con tensiones internas entre socialistas vascos y Madrid, en una inversión contradictoria del modelo de confrontación con el PSC, que se prepara para perder en Catalunya. La huelga general ni siquiera es ya lo más grave o preocupante en un horizonte en el que, en el peor de los casos, habría que convocar elecciones generales por la imposibilidad práctica de prorrogar los presupuestos. Si Zapatero de verdad tiene suerte, tiene una oportunidad única de demostrarlo. EL PERIÓDICO. 31-8-2010 Opinión. El Economista “Nos hallamos en una crisis sistémica que va a durar 10 años” "El próximo año va ser el primero en que la crisis va a sentirse con toda su virulencia tras comenzar a manifestarse a mediados del presente año. La economía, la mundial, está hoy igual que ayer: tiene agotada su capacidad de endeudamiento, una capacidad productiva muy superior a la capacidad de consumo media, y sigue desperdiciando recursos igual que los desperdiciaba", critica el catedrático de la universidad Ramón Llull, que señala que a pesar de todo la gente sigue queriendo creer que el milagro es posible. Santiago Niño Becerra señala en su último artículo publicado que uno siempre escucha lo que quiere oír. "Estamos en unos momentos en los que se quiere oír que el milagro es aún posible, existen auténticas ansias de oír cosas como ésa, y esas ansias vienen dadas por el hecho de que se necesita que las cosas sigan, al menos, como están yendo ahora: a trancas y a barrancas, pero ello permite seguir creyendo que el milagro aún es posible", apunta. El catedrático de estructura económica de la Universidad Ramón Llull asegura que eso fue precisamente lo que hizo el presidente de la Fed, Ben Bernanke, en su último discurso. "De entrada dijo que el 2011 iba a ser el año de la mejoría. ¿Recuerdan que ese año iba a ser el 2010?, ¿y que todas las previsiones hechas por la inmensa mayoría de instituciones antes de julio apuntaban a una ralentización el próximo año?", ironiza. Bernanke también dijo que hará lo que haga falta para evitar una deflación, lo que indica "que piensa que la posibilidad existe, pero fíjense en los retorcimientos de conceptos: hará lo que haga falta si se pusiese de manifiesto que las cosas van a peor y si los costes de hacer lo que estuviese indicado hacer fueran menores que el no hacer nada", recalca Niño Becerra. Una gran crisis sistémica Según el reputado economista, "la única diferencia entre ayer y hoy son las inyecciones que se le han administrado al modelo en forma de planes E, eso se sabe, pero ahora se necesita creer en otra cosa, en que el milagro es aún posible. ¿Las palabras del Míster Bernanke?, pienso que son el reconocimiento de que el manual ya ha dado de si todo lo que de si podía dar, por lo que si las cosas se ponen peor ya dará igual lo que se haga; y por eso se hará". Niño Becerra comenta que parece que está mal visto ser pesimista en un momento en el que se nos dice que las cosas van a ir mejorando, porque en el pasado también se cometieron excesos que fueron superados. Y, en este contexto se deja de decir lo que se debe decir. Y lo que se debe decir, en palabras del catedrático es que "ya nos hallamos en una crisis sistémica muy semejante a la Gran Depresión, que lo vivido entre el 2007 y mediados del 2010 ha sido una fase de precrisis en la que se han ido poniendo de manifiesto los problemas que ahora nos han estallado en la cara, que lo que se ha estado haciendo en estos tres años ha sido ir aplicando las fórmulas de un manual agotado: el manual que, al agotarse, nos ha llevado a esta crisis". ¿Diez años más de oscuridad? Pero lo más preocupante es la cifra que da de cuanta crisis nos queda por delante: "los diez años que va a durar esta crisis empiezan a contar ahora: como en el 29. El 2011, precisamente, será un año estructuralmente muy semejante a 1930", augura. Niño Becerra opina que, a partir de ahora, lo que se debería decir a la población es "que lo que se ha hecho ha sido inútil: prolongar una situación inevitable, negar el cáncer que ya lleva tiempo corroyendo la economía mundial, que lo que viene va a ser muy duro, y pienso que hay que decirlo para que la población se conciencie, para que empiecen a tomarse medidas de crisis, para que técnicos con mentalidad no comprometida tomen la palabra y muchos políticos pasen a un segundo plano", sentencia el economista. EL ECONOMISTA. 30-8-2010 Editorial. ABC La legislatura, en manos del PNV LA tensión en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado entre el Gobierno y el PNV no ha esperado siquiera a septiembre para hacerse visible, y el intercambio mutuo de mensajes revela el estado de necesidad en que se halla José Luis Rodríguez Zapatero y la posición de fuerza que han adoptado los nacionalistas vascos. Las incipientes tomas de contacto en las negociaciones pronto serán un auténtico proceso opaco plagado de cesiones inconfesables porque en nada favorece a Zapatero su cultivada imagen de dadivoso oportunista, y menos aún cuando lo que está en juego es su supervivencia en la legislatura. En cualquier caso, los guiños entre ambos son un síntoma de que no todo está perdido para Zapatero, a quien una hipotética prórroga de los Presupuestos obligaría a convocar elecciones. Ahora, Zapatero no se recata en buscar al PNV como «socio preferente», y los nacionalistas se saben «los únicos socios posibles», por lo que ya han advertido de que no van a «dejar pasar la ocasión». Representando su papel de oposición en el País Vasco para pasar al cobro las facturas pendientes, el PNV recurrirá en Madrid al chantaje político si es preciso y sacará tajada de la debilidad del Zapatero más expuesto desde que llegara a La Moncloa. «Más autogobierno» exige el PNV y «más autogobierno» está dispuesto a conceder Zapatero. La garantía del control presupuestario de las Diputaciones vascas se da por descontada. Cuestión distinta es qué garantías podrá dar Zapatero desde su inestable posición para afrontar una hipotética reforma del Estatuto de autonomía vasca, y con qué grado de credibilidad podrá acoger el PNV sus promesas. Los compromisos adquiridos en su día por el jefe del Ejecutivo con el líder de CiU a cuenta del Estatuto catalán se saldaron hace ya meses con la lapidaria afirmación de Artur Mas de que «Zapatero no es de fiar». Y precisamente el PNV nunca ha portado la ingenuidad por bandera. Por ello, la principal incógnita de esta negociación no es saber qué nuevas competencias está dispuesto Zapatero a transferir al País Vasco, sino qué garantías de «poder político» es capaz de ofrecer al PNV a medio plazo. No es descabellada la hipótesis de que ese «poder político» sólo puede pasar por la desactivación de la alianza entre socialistas y populares en el País Vasco en primer término, y por el desalojo de Patxi López de Ajuria Enea en última instancia. No son casuales, pues, ni los recientes dardos de López a Zapatero a cuenta de la debilidad del PSOE, ni la advertencia lanzada por Josu Erkoreka para que el Gobierno vasco «no interfiera» en su negociación con Zapatero. El jefe del Ejecutivo equiparó ayer en China el tamaño de «Miguelín», el enorme muñeco que se exhibe en el pabellón español de la Expo de Shanghái, con el tamaño que adquirirá la economía española. Pero eso ya no dependerá de Zapatero, sino del PNV. ABC. 31-8-2010