Estamos ante el genocidio más cruento de este siglo. En apenas un mes de bombardeos israelíes, han muerto más civiles en la Franja de Gaza (11.180 víctimas mortales, de ellos unos 4.609 niños) que en un año y ocho meses de guerra en Ucrania (9.900 civiles). Causando además 24.000 heridos, 1,5 millones de desplazados (70% de la población) y un número indeterminado, de miles, de personas atrapadas bajo los escombros
Han dejado sin agua potable, ni alimentos, ni electricidad, ni combustible a dos millones de personas. Han bombardeado con saña, una y otra vez, y a menudo con fósforo blanco, barrios residenciales y campos de refugiados, hospitales y escuelas, plazas y mercados, convoyes de refugiados y caravanas de ambulancias, plantas potabilizadoras, iglesias, mezquitas y refugios de la UNRWA. Han destruido 32.000 edificios, la mitad de las viviendas de Gaza, y dañado 200.000, la práctica totalidad.
Según la ONG Euro-Med Human Rights Monitor, Israel ha lanzado sobre la Franja 25.000 toneladas de explosivos, el doble de la potencia que tuvieron las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
Son crímenes de lesa humanidad. Por miles y miles. A cada hora, de noche y de día. Cometidos a la luz del día, con miles de pruebas gráficas que los documentan y los atestiguan. Perpetrados con el manto de impunidad que les confiere la protección política, diplomática y militar de la superpotencia norteamericana, y con la anuencia de gran parte de los gobiernos europeos y occidentales.
Un genocidio ante los ojos del mundo. Un holocausto ante el que no se puede ser indiferente, equidistante o neutral.
Israel comienza la invasión terrestre
Una carnicería entre escombros y ruinas
Tras tres semanas de intensos bombardeos en los que la artillería y la aviación han atacado todo tipo de edificios civiles y han causado miles de víctimas mortales, el Tsahal ha invadido por tierra la Franja de Gaza.
Desde el 3 de noviembre, los tanques israelíes han irrumpido desde varios puntos en la Franja. Desde el norte, se reportaron los primeros enfrentamientos en las afueras de Beit Hanoun. Por el este, dividieron el territorio palestino en dos. Varios días después, los escuadrones israelís cortaron la carretera Salah al-Din, la arteria principal de la Franja que atraviesa la zona de norte a sur.
Las tropas israelíes han cercado casi por completo la capital, Gaza, donde hay alrededor de un millón de personas atrapadas en situación crítica. Hasta ahora las tropas israelíes no se han encontrado con una gran resistencia más allá de las acciones de guerrilla, pero todo indica que se va producir un recrudecimiento de la violencia a una escala inaudita, con cientos de miles de civiles atrapados en el fuego.
Foto: Penetración terrestre de la fuerzas israelíes en la Franja de Gaza (El Confidencial)
Un genocidio ante los ojos del mundo. Un holocausto ante el que no se puede ser indiferente, equidistante o neutral.
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Israel bombardea centros hospitalarios y escuelas de la ONU
Escuelas y hospitales, sí. ¡Escuelas y hospitales!
Hace unas semanas, un impacto en el hospital Al Shifa causó al menos 500 muertos y desató una furiosa batalla por el relato: Israel dijo que el causante de la masacre había sido un proyectil desviado de Hamás, otros dijeron que se trataba de un ataque aéreo del Tsahal y la verdad de lo sucedido quedó sepultada por la vorágine de los acontecimientos.
Esa polémica carece de interés. Porque -antes y después del ataque al hospital Al Shifa- Israel ha seguido atacando centros sanitarios y hospitales, así como escuelas y refugios de la UNRWA, la misión de la ONU en Gaza, donde se intentan proteger, hacinados, miles de niños, mujeres y ancianos. Delante de las cámaras, los misiles de Netanyahu han masacrado caravanas de ambulancias delante del mismo hospital. Y en esta ocasión, los portavoces israelíes no han intentado negarlo. ¿Para qué?
Estos son sólo algunos de los últimos ataques a escuelas y hospitales perpetrados por el ejército israelí
– El 3 de noviembre, un ataque israelí contra un convoy de ambulancias frente al hospital de Al Shifa, el mayor hospital de Gaza abarrotado de pacientes y refugio de miles de desplazados, a la hora en la que estaba previsto que una caravana de ambulancias partiera con heridos hacia el sur de la Franja de Gaza, causaba una nueva masacre, con 13 muertos y 26 heridos.
– El mismo día, se registraron nuevos ataques contra el hospital Al Quds, aunque no hay informes sobre el número de víctimas. Hasta 14.000 desplazados, la mayoría mujeres y niños se refugian en este centro hospitalario.
– El 4 de noviembre, Israel atacaba el hospital infantil Al Nasr y una escuela de la ONU (Al Fakhoura) en el norte de la Franja de Gaza, causando al menos 17 muertos y más de 70 heridos. En ambas instituciones se refugiaban miles de civiles desplazados por la guerra.
– El mismo día Israel atacaba el hospital Al Wafa, y han bombardeado celdas solares de edificios residenciales y del Instituto Al Amal para Huérfanos
Israel ha seguido atacando centros sanitarios y hospitales, así como escuelas y refugios de la UNRWA, la misión de la ONU en Gaza, donde se intentan proteger, hacinados, miles de niños, mujeres y ancianos.
«La ocupación israelí ha atacado deliberadamente 105 instituciones de salud y ha dejado fuera de servicio 16 hospitales y 32 centros de atención primaria», asegura el Ministerio de Sanidad de Gaza, precisando que 150 empleados sanitarios han muerto y 27 ambulancias han sido destruidas en estos ataques. La OMS avisa de que casi la mitad de los hospitales de Gaza están inoperativos por los bombardeos y la falta de suministro.
La UNRWA informa que un total de 48 de sus edificios, muchos de ellos escuelas abarrotadas, que dan asistencia a un millón y medio de refugiados, han sido objeto de ataques israelíes desde el 7 de octubre. Además, otras 230 escuelas han sido alcanzadas por los bombardeos. En los ataques han muerto ya cerca de 90 trabajadores de la ONU, muchos de ellos junto a sus familias.
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Medio centenar de periodistas asesinados por Israel en Gaza
Las masacres… mejor sin testigos
Ya son cerca de medio centenar los periodistas asesinados por ataques de Israel en Gaza, y serán muchos más. No están cayendo por bombardeos indiscriminados, sino por ataques selectivos, premeditados y planeados por el ejército israelí, contra ellos y sus familias.
El reportero y la presentadora palestina rompieron a llorar en directo, al conocer la muerte (el asesinato) de un compañero. «Hacía media hora que había acabado su conexión, y que lo había dejado en su casa». Decía desconsolado su compañero. «No hay protección internacional ni lugar seguro», exclamaba mientras se quita el casco y el chaleco identificativos de prensa. «Es sólo cuestión de tiempo que nos maten a todos».
Israel no solo está exterminando a los periodistas en Gaza, sino que asesina a sus familias para castigarles por documentar sus crímenes de lesa humanidad.
Se refería al asesinato del corresponsal de la televisión palestina, Mohamed Abu Hatab y de once miembros de su familia, víctimas de un ataque israelí a su domicilio en Khan Yunis.
No son muertes accidentales, no son víctimas colaterales. No ellos ni sus familias. La investigación de Reporteros sin Fronteras ha concluido que Israel mató intencionadamente al periodista Issam Abdallah en el sur de Líbano. «El lugar donde se encontraban los periodistas, en Alma al-Shaab, fue blanco explícito no de uno, sino de dos ataques. Fue un ataque dirigido al lugar donde se encontraban los periodistas», explica Jonathan Dagher, el responsable de Oriente Medio en RSF.
Israel no solo está exterminando a los periodistas en Gaza, sino que asesina a sus familias para castigarles por documentar sus crímenes de lesa humanidad.