En un artículo intitulado «Los aplausos y los silencios», difundido el día 2 en los medios locales, Castro se refirió a la declaración de Clinton referida a la posible reanudación de conversaciones bilaterales sobre migración y el envío directo de correo.
Las declaraciones de la jefa de la dilomacia estadounidense se produjeron en El Salvador durante una reunión ministerial sobre comercio global que coincidió con la toma de posesión del nuevo presidente salvadoreño, Mauricio Funes, la víspera. Clinton agregó que «habrá un diálogo abierto tan pronto como haya cambios sobre derechos humanos y movimientos hacia la democracia en Cuba». Fidel Castro calificó la declaración de «exabrupto nada diplomático» y se preguntó si era necesario lanzar esa «humillante y prepotente» advertencia. «Cuál es la ‘democracia’ y los ‘derechos humanos’ que Estados Unidos defiende?», cuestionó también Castro, de 82 años. Dentro de la OEA «nunca se vio tanta rebeldía» de los países latinoamericanos como la vivida en la sesión de la víspera, aseguró el miércoles el ex presidente Fidel Castro.En sus «Reflexiones», que periódicamente difunde la prensa cubana, Castro se dedicó a analizar las intervenciones de varios presidentes durante la reunión de la Organización de los Estados Americanos, OEA, el martes en San Pedro Sula, Honduras.»Al resistir las agresiones del imperio más poderoso que haya existido jamás, nuestro pueblo luchó por los demás pueblos hermanos de este continente. La OEA fue cómplice de todos los crímenes cometidos contra Cuba», expresó Castro en su artículo con relación a las presiones impuestas por Washington para que la isla cambie de sistema.Los representantes de los países del continente se pasaron la mayor parte de su primera sesión el martes discutiendo sobre qué hacer con Cuba, suspendida del organismo en 1962 y que ahora varios miembros quieren reincorporar pese a la negativa estadounidense.Al hacer referencia a la ceremonia de investidura de Funes, apuntó que el nuevo presidente salvadoreño desató «un ensordecedor aplauso y gritos de júbilo» al anunciar que su país y Cuba retomarán sus relaciones diplomáticas, interrumpidas hace casi 50 años. Castro enfatizó que, sin embargo, muy pocos aplaudieron a Estados Unidos cuando fue citado por Funes. «En determinadas circunstancias, no sólo las palabras hablan por sí mismas, sino también los aplausos y los silencios», concluyó Castro.»Cuba no es enemiga de la paz, ni reacia al intercambio o la cooperación entre países de diferentes sistemas políticos, pero ha sido y será intransigente en la defensa de sus principios», agregó.