Luis J. de la Torre

Un año sin Aute

Luis Eduardo Aute, uno de los artistas más polifacéticos de las últimas décadas, fue un verdadero amigo de estas publicaciones.

El 4 de abril se editó el single coral “Pasaba por aquí”, anticipo de un disco tributo de Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Rozalén, Silvio Rodríguez, Estopa, Xoél López… a la memoria de Luis Eduardo Aute, fallecido hace un año. La Banda de Irún “Santalla” dedica su próximo trabajo al cantautor. Aute tuvo una relación especial con el movimiento “Recortes Cero”, del que firmó varios manifiestos exigiendo la redistribución de la riqueza, con el Ateneo Madrid XXI, y con esta revista, desde sus orígenes.

El año 2001 el Ateneo Madrid  XXI celebró una tertulia con Luis Eduardo Aute.

Este Ateneo forma parte de una red, presente en distintas ciudades de España, que surgió como un proyecto de difusión, encuentro y debate de lo más avanzado del arte, la cultura y la ciencia para ponerlo al alcance de la mayoría, y orientado contra el pensamiento único.  Por sus debates han pasado personalidades como el director Vicente Aranda, el pintor Antonio López, el cocinero Ferrán Adriá, el dramaturgo Albert Boadella y un largo etcétera. Los ateneos  fueron también la matriz de la que surgió esta revista.

Por aquella época, estos ateneos tenían una actividad trepidante. Cada semana se celebraba una o dos tertulias, tanto en Madrid como en otras ciudades, como Barcelona, Valencia, Bilbao… con personalidades destacadas.

El día que se celebró la tertulia de Aute, la sala que albergaba el acto estaba a rebosar de público. Se creó una cierta controversia, al intentar vincular, por una parte de la audiencia, las canciones escritas por el invitado con un supuesto contenido político. Cogiendo como ejemplo el tema “Al alba”, compuesto a raíz de los últimos fusilamientos de Franco. Aute se empeñó en definirla como una canción de amor. Expresó que él componía por razones terapéuticas. Una manera de gestionar emociones. Algunas veces, de carácter colectivo.

Aute apoyó la revista “Foros” desde el principio.

Después de las tertulias solíamos tener una cena con el invitado, que nos permitía profundizar en asuntos, que por tiempo, no se pudieron abordar durante el acto. Cuando los asistentes se enteraron que Aute se quedaba a cenar, se produjo un aluvión inesperado de comensales. Nos congregamos en torno a una mesa más de treinta personas, desbordando las previsiones de los organizadores.  En “petit comité”, Auté expresó que seguía muy de cerca la actividad de Unificación Comunista de España. Era consciente de quiénes eran los artífices de este proyecto. Nos comentó que se consideraba comunista y antisoviético. Que de joven militó en el  Partido Comunista (marxista-leninista), PC(m-l).  Que con el auge de la canción protesta, mientras muchos de sus colegas cantaban sobre la clase obrera,  él, que procedía de una familia acomodada, por honestidad, se dedicaba a denunciar la hipocresía y los vicios de su clase de origen. Expresó su alegría al ver crecer a Unificación Comunista de España e impulsar proyectos como éste. De la multitud de partidos marxistas-leninistas que surgieron en su juventud, los últimos años del fascismo, sólo quedaba UCE, y eso le inspiraba admiración. Quedó encantado con el debate. La proximidad con el público y la profundidad del contenido.

Los otros Aute.

Aunque es considerado un cantautor de referencia, Aute era un artista multidisciplinar. Expresaba su sensibilidad por los más diversos canales. Cine, escultura, poesía, pintura, dibujo. Facetas menos conocidas por el gran público, pero en las que es igualmente reconocido.

Para el segundo número de la revista “Foros XXI”, semanas después del debate en el Ateneo, le contactamos para hacerle una entrevista, por teléfono, sobre el cortometraje de animación “Un perro llamado Dolor”, que acababa de estrenar. Partiendo de 4.000 dibujos propios, se trataba de una sucesión de siete historias protagonizadas por Velázquez, Goya, Picasso, Dalí, Julio Romero de Torres, Diego Rivera y Frida Kahlo. En todas ellas, la mirada de un perro era testigo de la relación entre el pintor y su modelo, y de las historias que subyacían tras esta.  

Además de cantautor fue pintor, poeta, director de cine…

En cuanto le llamamos, nos atendió. Nos habló del proceso creativo. Del deseo y la muerte, como elementos implícitos en la película, de la elección de las historias y los personajes; del título, inspirado en el perro de Frida Kahlo; de las dificultades para exhibir la película, pues aunque tuviera la firma de Aute, son numerosas las trabas a las que se enfrenta la proyección de un corto de animación en España.

No era una entrevista de promoción.  Era un artista que compartía con sus amigos su última creación. Y un regalo generoso a una revista cultural que acababa de nacer.

Arte completo.

Después de un “Un perro llamado Dolor”, Aute unirá el dibujo, el cine y su música en dos arriesgados cortos de animación que desarrollará en los últimos años de su vida.

En el 2012, monta “El niño y el basilisco.” Con una base de 300 dibujos y  su propia canción “El niño y el mar” como banda sonora e hilo que hilvana la acción.

El corto parte de la recreación de una foto de espaldas que le hizo su padre cuando era niño, sentado en el malecón de Manila mirando al mar.

Aute nació y pasó su infancia en Filipinas, donde su padre, de origen catalán, era un directivo de  la Compañía de Tabacos de Filipinas.

En las pupilas del Aute niño se refleja el Aute mayor, asomado a la vejez. Bajo la vista del niño aparece la imagen de Manila devastada por los bombardeos norteamericanos en 1945 durante la segunda guerra mundial. En el horizonte se alza un monolito. La escultura se transforma en un monstruo, pronto aparecerá rodeado de otros monstruos. La guerra destierra de la inocencia los ojos del niño.

En palabras de Aute: “Nacimos y crecimos en una postguerra. Y parece que siempre vivamos en periodo de entreguerras.” Con la gente preparándose para cualquier ataque inesperado del que deberá sobrevivir. El corto, con Aute sexagenario, está elaborado mientras vivimos los efectos de la crisis del 2008.

En sus últimos años Aute fusiona música, dibujo y cine

En el 2015, Aute rueda  “Vincent y el Giraluna”. Un legado vital para las nuevas generaciones de artistas y un acto de generosidad. La banda sonora de la película la conforman versiones de sus temas interpretados por jóvenes cantautores: Depedro, Rozalén, Xoél López, Solea  Morente.

El protagonista de su relato es el girasol pintado por Van Gogh. En un campo de girasoles, el girasol de Van Gogh, movido por la curiosidad decide mantenerse abierto al caer la noche, mientras el resto de girasoles se cierran. Al nacer el día, este se cerrará y se convertirá en un giralunas. Es el raro del campo. Refleja el valor de actuar a contracorriente. De descubrir una realidad nueva, haciendo lo contrario del resto. Una noche Vincent Van Gogh, paseando por el campo, se encontrará al giraluna.  Lo reconocerá como la planta que protagonizó su cuadro.

Son muchas las aportaciones que Aute ha hecho a la cultura, en una trayectoria marcada por la coherencia y la integridad. Al margen de las modas y las exigencias del mercado.  Pero para esta revista, la más importante, tal vez, sea habernos encontrado; y la conexión, que desde un principio, tuvimos.

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