Santiago Casal

Nuestra historia a través de los libros

Una invitación a la lectura

El mes de abril es el mes de la celebración y la reivindicación del libro. Se conmemora la desaparición de Cervantes y de Shakespeare en 1616, un 22 y 23 de abril respectivamente.

Parece un buen momento, para reivindicar la literatura e invitar a la lectura.

Y, en concreto, la literatura en español como un vehículo para recordar y reivindicar una parte de lo que somos, de dónde venimos y tomar conciencia de que cada libro, actual, clásico o tradicional, atesora una tradición centenaria de nuestra propia historia y nuestra cultura.

¿Por qué la reivindicación del español, y su literatura, como lengua materna?

De entre las más de 6000 lenguas que se hablan en el mundo, el español es la segunda por número de hablantes nativos y la tercera por número total de hablantes. Podemos usarlo con casi 600 millones de personas, cerca de un 8% de la población del planeta. Y esto no es una cuestión menor porque, como decía Octavio Paz, esos 600 millones de personas “viven, trabajan, aman, piensan, rezan, cantan, sufren, bailan, sueñan y mueren en español. Hablar una lengua es participar en una cultura, vivir dentro, con o contra, pero siempre en ella”.

Hay que tener en cuenta que, a diferencia de otros idiomas, en España podemos leer textos milenarios prácticamente en la lengua en que fueron escritos. Este hecho, otorga al español una particularidad prácticamente única que ha generado una conciencia de pertenencia a un historia ancestral.

Preguntado sobre esto, Antonio Machado afirmaba que: “Escribir para el pueblo –decía mi maestro– ¡qué más quisiera yo! Deseoso de escribir para el pueblo, aprendí de él cuanto pude, mucho menos –claro está– de lo que él sabe. (…) Mi respuesta era la de un español consciente de su hispanidad, que sabe, que necesita saber cómo en España casi todo lo grande es obra del pueblo o para el pueblo, cómo en España lo esencialmente aristocrático, en cierto modo, es lo popular”. (Revista “Hora de España”, 1937)

Cuando Ramón Sijé facilitó a Miguel Hernández el acceso a su biblioteca lo hizo con una idea muy clara: “tienes que leer para poder escribir”. Y vaya si lo hizo.

“La literatura española, de alguna manera recoge una tradición, una voz que viaja de “abajo a arriba”, que nuestros autores, lejos de despreciarla o renegar de ella, la reivindican”

Por tanto, no podemos decir que nuestros autores realmente busquen la originalidad –a diferencia de como hemos observado en otras tradiciones– sino, muy al contrario, han buscado en la herencia y la tradición sus referencias principales. Y esto afecta desde Lope, Quevedo o Cervantes hasta García Lorca, Miguel Hernández, Manuel y Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez o Vicente Aleixandre.

Podemos encontrar a Garcilaso o a Cervantes en la poesía de Pedro Salinas; asomarnos al abismo con el “Romancero Gitano” de Lorca –que había leído a Walt Whitman– o ver a Lorca en José Hierro; el sainete valenciano recoge una tradición de poemas burlescos, eróticos y profundamente subversivos que encontramos en abundancia en el Siglo de Oro,… y así sucesivamente.

La importancia de la tradición en lo moderno

La literatura española, de alguna manera, recoge una tradición, una voz que viaja de “abajo a arriba”, que nuestros autores, lejos de despreciarla o renegar de ella, la reivindican, la dignifican y la celebran y que cristaliza en un texto de una composición muy original. Dámaso Alonso, en su “Cancionero y Romancero español” (Salvat, 1969) sostiene que la importancia del Siglo de Oro reside, principalmente, en haber vuelto la mirada a la tradición como fuente principal; “Lope, en esto, como en tantas otras cosas, bisagra o vínculo de unión entre la España vieja y la España nueva, usa ese tesoro en su teatro, lo glosa, lo retoca y algunas veces, creemos, lo imita”.

“Dámaso Alonso: la elegancia más neta de nuestra literatura se encuentre en unos cuantos giros de la poesía popular”

Ya con anterioridad, Menéndez Pidal, indagando en nuestros orígenes, intuía que “la antigua epopeya española se distingue de las otras por tener un campo de inspiración más moderno que todas”.

En este sentido, el propio Dámaso Alonso concluyó que “Para bien o para mal, en vetas nobles o en vetas chabacanas somos en cualquier periodo de nuestra historia moderna la nación más democrática, en cuanto que aquí hemos estado siempre –en parte, pero precisamente en la parte más profunda– profundamente regidos por el pueblo. Y entonces, claro, no nos extraña que la elegancia más neta de nuestra literatura se encuentre en unos cuantos giros de la poesía popular” (Revista “Hora de España”, 1936).

Regalar y regalarse libros

Cualquier momento del año es bueno para reivindicar la lectura, pero en este mes de abril (segundo año de pandemia), haya o no ferias de libro, parece un momento especial para reivindicarla, para ponerse al día en las ediciones más actuales, en las últimas novedades o para volver la mirada a los clásicos de nuestra literatura.

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