Se agudiza la brecha entre ricos y pobres

Un abismo de clase

El informe, con los datos hasta 2008, pone de manifiesto que la creciente desigualdad no es fruto de la crisis -ésta sólo ha acelerado esta distancia- sino que se ha disparado en los años de bonanza y crecimiento económico. Es decir, los inmensos beneficios no sólo no se han distribuido de forma más equitativa, sino todo lo contrario, en vez de una redistribución de la riqueza creada hemos asistido a la acumulación de ésta en unas pocas manos, mientras se empobrecí­a la mayorí­a de la población.

Hasta tal grado es sangrante el abismo social que se abre entre la minoría que se apropian de la mayor parte de la riqueza y el resto de la población que el informe habla de una tendencia “políticamente explosiva”.El informe de la OCDE, “Estamos divididos. Por qué la desigualdad sigue creciendo”, refleja cómo la brecha no sólo ha crecido en los países con más desigualdades, sino también en los tradicionalmente más “igualitarios”, Suecia, Dinamarca o Alemania. Evidenciando a los gurús del capitalismo al poner de manifiesto que la bonanza económica no se traslada “naturalmente” al conjunto de las clases trabajadoras; sino como ya decía Marx, “el desarrollo natural” del capitalismo sólo puede conducir a un incremento del abismo social.La OCDE destaca en su informe que ha sido precisamente en los años de crecimiento económico cuando se ha producido el aumento de la desigualdad. Sí, pero no debido, sobre todo, “a la creciente diferencia entre los salarios” como dice la OCDE, sino al intercambio desigual entre el capital y el trabajo asalariado.La base del abismo socialEl capital tiende a apropiarse de una proporción cada vez mayor de la riqueza social generada por el trabajo y, por lo tanto, a reducir la proporción de riqueza social que recibe el trabajador. El trabajo asalariado no sólo produce mercancías, también un valor añadido que produce/incrementa capital; pero mientras el trabajador sólo recibe un salario equivalente a los “medios de vida” que consume para seguir existiendo, el capital se revaloriza y crece al apropiarse de la mayor parte de la riqueza social generada por el trabajo, la plusvalía. «En los años de crecimiento económico se ha producido el aumento de la desigualdad» Esta es la base del creciente abismo social: en los momentos de rápida expansión del capital, aunque aumente el valor nominal de los salarios, más se acrecientan los beneficios del capital, la plusvalía, y más se ahonda el abismo social, al reducirse la proporción de la riqueza que llega al trabajador frente a la que se apropia el capitalista.Así, en España, frente a los que nos han intentado vender durante los años de las “vacas gordas” los diferentes gobiernos del PSOE y PP, en vez de redistribución lo que ha habido ha sido un auténtico trasvase de las rentas salariales hacia las rentas del capital y, en consecuencia, un proceso de concentración y monopolización de la riqueza.España el sangrante abismo de claseLos diferentes informes de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, demuestran que en los salarios perdieron entre 2000 y 2007 –con gobiernos de Aznar y Zapatero, un 3,4%, la misma proporción en la que aumentó la ganancia del capital. En los últimos 30 años, en plena época de crecimiento, las rentas salariales han perdido un 19% de su participación en la nueva riqueza creada, a favor de la ganancia empresarial. «El 10% de las familias españolas concentran el 70% de la riqueza financiera» Si tenemos en cuenta que cada punto del PIB significa unos 10.000 millones de euros, resulta que hoy los salarios tendrían que ser 190.000 millones de euros más cada año se se mantuviera la misma proporción de participación de la riqueza que en los años 70.A día de hoy, el informe de la OCDE hasta 2008, completado con los datos del Banco de España de 2010, ya en plena crisis, nos dan la auténtica dimensión del abismo social en España. El 10% de las familias españolas concentran, ahí es nada, el 70% de la riqueza financiera disponible.Pero es más, sólo el 1% de los más ricos posee casi la mitad de la riqueza que concentra ese 10%. A su vez ese 1% controla las entidades financieras, las sociedades de inversión, fondos y empresas que disponen de más de dos tercios de la riqueza financiera total del país. Es este 1% el que llega a cobrar rentas (entre sueldos, fondos de pensiones, reparto de beneficios…) varios miles de veces superiores a los salarios de millones de españoles “ni mileurirstas”. Esta es la auténtica dimensión del abismo social en España, un abismo de clase entre una ínfima minoría de ultraprivilegiados y una inmensa mayoría de la población sometida al saqueo y la extorsión.Acabar con este abismo social con un programa de redistribución de la riqueza se ha convertido en una de las reivindicaciones fundamentales para salir de la crisis en beneficio de la mayoría.

Deja una respuesta