Aumenta la violencia callejera en Irlanda del Norte

Ulster: dividir al pueblo

Los recientes ataques de los grupos disidentes del IRA han roto la relativa calma surgida del acuerdo de paz, si bien los polí­ticos de ambas partes han dicho que no dejarán que los ataques frenen el proceso de paz.

El Ulster ha registrado graves eisodios de violencia callejera. A lo largo de este lunes, grupos de violentos en la capital norirlandesa robaron coches y prendieron fuego a algunos de ellos. El ataque, altamente coordinado, cortó carreteras, interrumpió el tráfico y ocasionó numerosas alertas de seguridad.Un representante del Sinn Fein, el principal partido nacionalista irlandés, sugirió que los altercados eran obra de grupos nacionalistas disidentes que pretenden poner fin por la fuerza al control británico de la provincia.»Me gustarí­a que el portavoz de aquellos que están tras estos avisos dé un paso adelante y explique cómo esto va a conseguir de algún modo una Irlanda unida», dijo la parlamentaria Caral Ni Chuilin.»La serie de amenazas de bomba y robos… han causado una grave molestia a la gente que iba a casa del trabajo o trataba de seguir su vida cotidiana», añadió.Según la Policí­a, carreteras de todo Belfast fueron cortadas y algunas zonas fueron evacuadas después de que al menos siete vehí­culos, entre ellos un camión y una furgoneta de reparto, fuesen abandonados en diferentes zonas de la ciudad.Las fuentes policiales no aclararon quién está tras los disturbios, que se han reavivado este mes tras los violentos ataques a las fuerzas de seguridad. Dos soldados británicos fueron tiroteados a las puertas del cuartel y un agente fue asesinado dos dí­as después.El Sinn Fein es el aliado polí­tico del IRA, que dejó la lucha armada contra Reino Unido tras firmar un acuerdo de paz en 1998 con los grupos partidarios de mantener la unión con Gran Bretaña.Los recientes ataques de los grupos disidentes del IRA han roto la relativa calma surgida del acuerdo de paz, si bien los polí­ticos de ambas partes han dicho que no dejarán que los ataques frenen el proceso de paz.Según la policí­a, los grupos disidentes tienen unos 300 miembros y carecen de un amplio apoyo en la comunidad proirlandesa.Peter Robinson, primer ministro de la asamblea de Irlanda del Norte, ha dicho: «Pedirí­a calma y moderación a todo el mundo. Déjennos trabajar con la policí­a para que esos asesinos comparezcan ante la justicia y acaben entre rejas».Aunque el sector unionista se mostraba contenido a raí­z de los últimos ataques, tampoco ha ocultado su aprensión ante la cuidadosa mesura de los dirigentes del Sinn Fein a la hora de expresar su condena del terrorismo. Adams utilizó la expresión «acciones contraproducentes», pero nunca ha llegado a pronunciar la palabra «asesinato». La lucha por el control de la comunidad republicana en Irlanda del Norte sigue abierta. El Sin Fein detenta el liderazgo, pero varios grupos tratan de atraer a antiguos simpatizantes del IRA, desencantados con el abandono de la lucha armada.El asesinato de dos soldados británicos, el peor atentado sufrido en Irlanda del Norte en años, otorga una nueva y amenazante dimensión a los disidentes. Es la primera vez que una de estas bandas minoritarias, pero armadas, logra asesinar a miembros del Ejército británico.En una situación de crisis económica y de convulsiones y protestas sociales, donde las condiciones de vida del pueblo se deterioran cada vez más, una de las estrategias seguidas por los aparatos de estado y las oligarquí­as ha sido sacar flote movimientos terroristas o atentados. Que tiene distintas funciones, cambiar el centro de atención y tener la excusa perfecta para tener mayor control policial en las calle y sobretodo dividir al pueblo.

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