Unir a todo el pueblo frente a nuestros enemigos comunes

El atentado ha puesto ante nuestros ojos, una vez más, que la unidad solidaria de todo el pueblo es el camino para hacer frente a los enemigos comunes de catalanes, vascos y gallegos; asturianos, valencianos y canarios; madrileños, andaluces o castellanos…

Defender la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España es revolucionario, porque se corresponde con los intereses de todos y se enfrenta a quienes pretenden imponer sus proyectos de dominio y explotación o servir a oscuros intereses.

La clase obrera catalana, andaluza, vasca, madrileña…, o inmigrante somos la misma gente y tenemos los mismos intereses. Y la unidad es nuestra mejor arma para hacerles frente.

Hoy, ante esta cuestión, una buena parte de la izquierda está gravemente confundida, empeñada en identificar la defensa de la unidad de España y del pueblo con las banderas de la derecha, y en acoger como progresistas o revolucionarias los argumentos identitarios de los que quieren levantar nuevas fronteras, dividiendo y enfrentando a una parte del pueblo de las nacionalidades con las demás nacionalidades y regiones. «La izquierda catalana tenemos, en estos momentos decisivos, que ponernos a la cabeza de esta lucha por la unidad»

Esa confusión es fruto de décadas de subversión de los principios y tradiciones de la izquierda. Porque si bien es cierto que los progresistas, republicanos, socialistas, comunistas o anarquistas siempre hemos defendido la diversidad, el autogobierno, la incalculable riqueza cultural y lingüística de España, o el derecho a la autodeterminación… siempre lo hemos hecho desde la más firme defensa de la unidad, como base imprescindible para poder hacer frente a los enemigos del pueblo.

Los que nos dividen y enfrentan le hacen el mejor servicio a todos ellos. Y especialmente a quienes en los últimos años -los grandes centros de poder mundiales, la banca y los monopolios- han descargado el peso de ls crisis imponiéndonos ajustes draconianos y el saqueo de nuestras rentas y salarios. Castigando con igual dureza en Cádiz que en Bilbao, en Murcia que en Coruña, en Hospitalet que en Vallecas. A todos nos imponen la misma degradación de las condiciones de vida y trabajo, el mismo futuro de explotación y opresión. ¿Cómo no va a ser la defensa de la unidad del pueblo la premisa más vital para acabar con su tiranía?

La defensa de la unidad de una España plural y democrática es patrimonio popular, del pensamiento progresista, desde Galdós a Joaquín Costa, Lorca, Miguel Hernández, Miró o Picasso, incluyendo los más avanzado de las nacionalidades como Castelao, Margall, Espriu, Celaya o Chillida. Es un valor de la de la izquierda revolucionaria. Y no de la derecha.

Bandera que los comunistas, desde el PCE de José Díaz y Pasionaria y el PSUC de Joan Comorera a los comunistas de UCE levantamos porque no concebimos la lucha por la libertad y los intereses de la clase obrera y el pueblo trabajador sin fortalecer la unidad frente a quienes nos quieren divididos para dominarnos y explotarnos más y mejor.«Defender la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones es revolucionario, frente a quienes pretenden imponer sus proyectos de dominio y explotación o servir a oscuros intereses»

En palabras de José Díaz, el histórico dirigente del Partido Comunista de España y del Frente Popular: “Hay una bandera que está en manos de nuestros enemigos y que es preciso arrebatarles de las manos: la de que votando por ellos se vota por España… La cuestión de las nacionalidades (de catalanes, vascos o gallegos) está unida indisolublemente a la cuestión general de toda España”

La izquierda catalana, socialistas, anarquistas, comunistas, republicanos, progresistas y librepensadores tenemos, en estos momentos decisivos, que ponernos a la cabeza de esta lucha por la unidad.

Detrás de los nacionalismos excluyentes se mueven los intereses de las grandes potencias decididos a romper los Estados, construir muros o mantener abiertas las heridas de la segregación para imponer sus intereses.

El muro que Puigdemont quiere construir entre Cataluña y el resto de España, dividiendo al pueblo trabajador sirve a los mismos intereses que los muros de Trump.

Por eso hoy ¡defender la libre unidad del pueblo de las nacionalidades de España es revolucionario!

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