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Tras 147 días de huelga ininterrumpida, los trabajadores de Tubacex han ganado la batalla a la multinacional. Tras dos sentencias que anulan el ERE contra 129 trabajadores, la empresa deberá reponer a los trabajadores en las mismas condiciones con las que contaban antes de llevarse a cabo los despidos.
Desde el sindicato ELA subrayan que las dos sentencias -la que afecta a Tubacex Tubos Inoxidables y la que lo hace sobre Acelarava- demuestran que la empresa actuó fraudulentamente». Los autos demuestran que Tubacex «infló las pérdidas para llevar a cabo los despidos, cuestión de extrema gravedad que vamos a analizar al detalle por si la empresa incurre en algún otro tipo de responsabilidad».
«Esta victoria no se habría podido conseguir sin luchar. Sin la huelga, no tendríamos las sentencias», dicen los trabajadores. Los obreros de ambas plantas -Llodio y Amurrio- no solo mantuvieron la huelga casi cinco meses, sino que acamparon a la puerta de las factorías, realizando piquetes por turnos. Recibieron la solidaridad de hosteleros, comercios y particulares de la comarca, y también de los trabajadores de otras empresas de la zona, que hicieron recolectas de dinero para recaudar fondos en una kutxa solidaria, minimizando así el impacto económico sobre las familias de los huelguistas. Así lo contaba a De Verdad a principios de junio Maite Martínez, trabajadora de Tubacex
«Son sentencias muy valiosas para nosotros, estamos contentos, satisfechos y es un motivo de alivio. Se nos tachaba de locos, pero no tiene que colar eso de poder aprovechar la pandemia para realizar ERE», dice Eduardo Ibernia, presidente del comité de empresa de Tubacex.
La victoria de los obreros de Tubacex ha recibido las felicitaciones de la propia vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. También han manifestado su apoyo miembros de Podemos, Izquierda Unida, Más País, EH Bildu o Recortes Cero. Sin embargo, desde el Gobierno vasco el silencio es absoluto, algo que según han indicado los trabajadores no es algo «que sorprenda» puesto que «no han contado con su apoyo en ningún momento».
Los trabajadores agradecen las felicitaciones, pero piden ir más allá. «Ahora más que nunca porque esta sentencia viene a decir todo eso, no se puede despedir tan alegremente como lo permite la reforma laboral. De una vez por todas exigimos la derogación de esa reforma laboral y que el despido no esté al alcance de la mano del empresario tal y como está ahora», recuerda Ibernia.