Trump tiene negra a la aceituna andaluza

El 5 de julio centenares de agricultores se concentraron durante dos horas ante el Consulado de EEUU en Sevilla, en protesta contra los fuertes aranceles (del 35%) impuestos por Donald Trump a la aceituna negra española.

Convocados por Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), asistieron multitud de agricultores, empresas y organizaciones del sector, como Asemesa (Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa). La concentración tuvo un tono de indignación pero manteniendo el sentido del humor andaluz, cantando canciones dedicadas a la aceituna y a Donald Trump. Se leyó un manifiesto pidiendo el fin de las medidas proteccionistas y luego se hizo entrega en papel al cónsul norteamericano.

Los aranceles estadounidenses contra la aceituna negra fueron aplicados por primera vez el 20 de noviembre de 2017, siendo el primer producto español en sufrir un gravamen por orden del actual presidente norteamericano.

España es el primer productor y exportador de aceituna negra en el mundo. Y EEUU es uno de sus principales mercados. El 36% de las exportaciones de aceituna son para este país.

En el primer trimestre de 2018, las exportaciones de aceitunas negras hacia EEUU bajaron un 42%. En concreto, las principales empresas de venta de aceitunas (situadas en Sevilla, Córdoba y Málaga) han visto cómo sus ventas han bajado de 6’9 millones de kilos a 4 millones de kilos. Lo que ha supuesto pérdidas económicas de entre 6 y 7 millones de euros.

Sin embargo, con el nuevo arancel fijado, las pérdidas que se prevén son mucho mayores. Según el manifiesto que se leyó en la concentración, de continuar con estas barreras comerciales se pondrían en riesgo más de 2 millones de jornales y 8.000 puestos de trabajo directos. Según el secretario general de Asemesa, Antonio de Mora, el sector se juega pérdidas de hasta 700 millones de dólares en una década.

La verdad tras el America first

La excusa por la cual Donald Trump impone el arancel a la aceituna es que se trata de un producto subvencionado por la Unión Europea a través de la PAC (Política Agrícola Común). Lo cual preocupa a los productores de aceite y vino por recibir subvención de la misma fuente. De nada sirve que los productos agrícolas norteamericanos también estén subvencionados (por la ayuda llamada Farm Bill), el Gobierno estadounidense sigue adelante.

Lo que hay detrás de este arancel no es una vuelta imposible al proteccionismo del siglo XIX. Al contrario, es un mensaje a toda la Unión Europea. El primer arancel ha sido a un producto con subvención europea, lo cual es signo de que nadie en la UE está a salvo. De hecho, así ha sido, como ha demostrado la imposición de aranceles a la UE, México y Canadá al acero y al aluminio.

A diferencia de con China, a quien EEUU ve como un rival estratégico, lo que busca Washington en Europa es degradarla políticamente para hacerla todavía más sumisa a sus mandatos. Y la imposición de aranceles unidireccional es una de las formas con la que lleva a cabo esta degradación.

Pero tampoco podemos descartar la posibilidad de que ahora se trate también de un latigazo de advertencia al nuevo Gobierno en España. El nuevo arancel se aprobó diez días escasos tras la moción de censura que puso de presidente a Pedro Sánchez. Y Andalucía es uno de los principales graneros de votos del PSOE. Una vez descartado un tratado de libre comercio con toda la UE -el enterrado TTIP- Trump busca establecer tratados comerciales bilaterales país por país, imponiendo así unas condiciones mucho más tiránicas para los intereses norteamericanos. ¿Es la aceituna negra andaluza el primer rehén de esta negociación?

2 comentarios sobre “Trump tiene negra a la aceituna andaluza”

  • España debería recobrar su soberanía de producción y de exportación, hecho impensable sin la recuperación de la propiedad sustantiva sobre empresas ahora apropiadas por Capital exterior. Cuando podamos salir al mundo con libertad, emancipándonos de la UE, nos dará igual si el mercado estadounidense se nos resiste.

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