Italia vive su tercer gobierno en dos años

Todos los caminos de Roma llevan al FMI

Quien se alegró de la defenestración de Berlusconi, porque ello «acabarí­a con los gobiernos corruptos», estará dándose cabezazos contra la pared. Después de Berlusconi vino Mario Monti, al que ningún elector habí­a votado, y cuyo único mérito era estar en nómina de Goldman Sachs, o sea de la gran burguesí­a norteamericana. Ahora, Italia vive un nuevo cambio de gobierno. El tercero en tan solo dos años. Pero lo que nunca cambia, por mucho que mude el gobierno, es que los destinos de Italia los siguen decidiendo el FMI y Merkel.

Matteo Renzi es el nuevo primer ministro de Italia, en sustitución de Enrico Letta. Ambos militan en el Partido Democrático, emblema de la izquierda socialdemócrata italiana. «El PIB italiano actual es inferior al de hace 10 años. Es el resultado de la intervención exterior»

Pero los dos mantienen una alianza estratégica con el Nuevo Centroderecha de Angelino Alfano, el ex delfín de Silvio Berlusconi, que controlará tres ministerios del nuevo gobierno.

Pero lo más importante es que el ministerio de Economía italiano volverá a estar a cargo del FMI.

El nuevo ministro, Pier Carlo Padoan, fue director ejecutivo para Italia del FMI. Sustituye al banquero Fabrizio Saccomanni, de 71 años, quien hasta el día antes de su nombramiento había dirigido el Banco de Italia. Y antes ocupaba ese cargo Mario Monti, ascendido también a primer ministro sin haber ganado nunca unas elecciones, pero que había sido director europeo de la Comisión Trilateral, think thank global de los Rockefeller, y asesor de The Coca Cola Company y Goldman Sachs.

La diputada del Movimiento 5 Estrellas, María Edera, nos confesó en una entrevista hace ya varios meses que “el pueblo italiano ha sido subyugado”.

El PIB italiano actual es inferior al de hace 10 años. Es el resultado de la intervención exterior, sobre todo de EEUU, pero también recientemente de Alemania.

Durante la Guerra Fría, EEUU organizó un auténtico “para Estado” bajo la dirección de la CIA, conocido como “Red Gladio”, para impedir que el PCI prosoviético ganara las elecciones.

Llegaron a asesinar al candidato de la democracia cristiana, Aldo Moro, que defendía un pacto con los comunistas.

Posteriormente encumbraron a Berlusconi, y cuando el magnate intentó pensar por su cuenta… lo despidieron acusándole de la misma corrupción que antes ellos le permitían.

El problema de Italia no es Berlusconi o la “inestabilidad política”, sino la intervención norteamericana y alemana, que han degradado a la potencia que antes aparecía orgullosa en las reuniones del G-8.

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