SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

¿Tiene recambio el Partido Popular para Rajoy?

¿Hay recambio a la vista dentro del centroderecha para un Mariano Rajoy en sus horas más bajas? ¿Qué horizonte de futuro se presenta para el principal partido político de la derecha española después de que su extesorero y hombre de confianza del propio Rajoy haya salpicado de supuestos desechos políticos a toda una generación de líderes políticos que va desde Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja o Federico Trillo hasta la propia María Dolores de Cospedal?

Un escenario en el que el PP se vea obligado a cambiar el as de la baraja es todavía un futurible demasiado hipotético. Rajoy tiene tiempo suficiente hasta la próxima cita electoral para remontar un caso Bárcenas cuyos efectos colaterales no controla, pero, sobre todo, de momento, tiene el poder que le otorga la mayoría absoluta en un país en el que las divisiones internas dentro de los grupos parlamentarios no forman parte de nuestro ADN político. Rajoy tiene, sí, a un opositor de hierro como es el propio José María Aznar, pero, de momento, no se otean fisuras en el cierre de filas de los suyos, los únicos que le pueden hacer caer. Y si Felipe González aguantó el chaparrón político y mediático en los años finales de su mandato en los que los escándalos más le asediaban, Rajoy no parece dispuesto a comportarse de otra manera.

Ese flanco lo tiene cubierto. Al menos, hasta pasadas las próximas elecciones locales y autonómicas de 2014, que se prevén ya como una maquinaria destroza-mayorías-absolutas que dejará un panorama político en el que quien sobreviva y aguante el tipo dentro del PP tendrá más bazas que nunca para disputarle el liderazgo.

Pese a todo, lo cierto es que la deriva judicial del caso Bárcenas, que ya ha salpicado también de forma colateral al presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, puede sumir a Rajoy en un atolladero político y causarle un desgaste personal que podría forzarle a pensar en el relevo. El hecho de que el juez Pablo Ruz haya pedido a la fiscalía que le informe si deber citar al presidente, a la número dos del PP, Cospedal, y al exministro Rodrigo Rato es una prueba más de esa soga en torno al cuello que cada vez aprieta más al líder de los populares. En esa tesitura, esta es la situación aproximada en la que se encuentra el centroderecha.

Soraya Sáenz de Santamaría

En la última semana, los ojos de muchos, dentro y fuera del grupo parlamentario, se han vuelto hacia ella. Fiel a Rajoy hasta los tuétanos, la vicepresidenta tiene a su favor tres cosas. Primero, por su juventud, y por representar a una nueva generación de líderes políticos que no tuvo cargos de responsabilidad en la era Aznar, no tiene mácula del ‘pecado original’ de Bárcenas.

Segundo, no ha recibido supuestos sobresueldos ni ha cobrado en negro. Y, tercero, sigue siendo la miembro del Gobierno con mejor puntuación ciudadana (3,06 sobre 10 en el barómetro del CIS de mayo) y, lo que es más importante, controla al Gobierno y al grupo parlamentario a través de lo que se ha denominado ‘el clan de los sorayos’. Se trata de un grupo de dirigentes y cargos intermedios que van desde Álvaro Nadal en la Oficina Económica de Moncloa hasta el portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso.

En contra tiene, sin embargo, un poderoso impedimento. Ajena a la estructura interna del PP, carece del control orgánico que sí tiene su eterna rival, María Dolores de Cospedal.

“Soraya es la mano derecha de Rajoy. Si Rajoy se hunde, que no lo deseo, Soraya se va con él. Ella no tiene un perfil propio ni demasiado pasado político”, explican fuentes parlamentarias del grupo ‘popular’. Sea como fuere, ella, como número dos del Gobierno y como parlamentaria del Congreso, es la mejor situada si el recambio de Rajoy se tuviera que producir por una marcha inesperada del mismo antes de las elecciones generales. Escenario improbable, de momento.

María Dolores de Cospedal

La número dos del PP parece irremisiblemente quemada por el caso Bárcenas, en el que se ha convertido en el objeto de las principales iras del extesorero del Partido Popular. El famoso recibí de los 200.000 euros correspondiente al año 2007 entregado por Bárcenas a Ruz y firmado por el gerente del PP de Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas Cañada, amenaza con convertirse en la prueba de un supuesto delito electoral. El documento fue ocultado por el partido tanto al Tribunal de Cuentas como a la Sindicatura de Cuentas de la región, lo que contradice, de momento, la versión esgrimida por Cospedal el pasado lunes en rueda de prensa.

Según el extesorero, esos 200.000 corresponden a una comisión ilegal cobrada por el exalcalde de Toledo, el popular José Manuel Molina, a cambio de una contrata en la ciudad para Sufi. Cospedal ya era entonces presidenta regional del partido y si este documento le hace flaco favor, menos le ha ayudado aquello de la “indemnización en diferido” que acompañará, por muchos años, al recuerdo de esta dirigente conservadora.

“Cospedal no podrá optar a la sucesión porque se va a quemar por completo en este caso como secretaria general”, añaden en medios del PP. “Además, tiene una pieza de carga sobre ella como es el recibí y, por lo tanto, es la que más comprometida está en lo que dicen los supuestos papeles de Bárcenas y la más débil”.

Algunos consideran que, precisamente, por ser la rival número uno de Bárcenas y quien cortó su relación con el PP está fortalecida en todo este mar revuelto. Sin embargo, internamente, aún duele aquella frase por la que afirmó que cada palo debía aguantar su vela en un intento por marcar distancias con las prácticas de sus predecesores. “Fue una frase muy desgraciada. Como portavoz metió la pata y fue un ejemplo de insolidaridad que a un número dos del partido no se le puede permitir”, añaden. “Cospedal se ha encargado de controlar cierto poder territorial, pero no cae bien a nadie”, añade otra fuente cercana al grupo parlamentario.

Alberto Núñez Feijóo

De los barones, es el único que tiene oportunidades. Aunque también tiene sus lastres. El más famoso, la foto de sus vacaciones con el narco Marcial Dorado a mediados de los años noventa cuando a este ya se le investigaba por narcotráfico y contrabandista y, sobre todo, cuando Feijóo ya ocupaba destacados puestos en la administración sanitaria autonómica, primero, y estatal, después.

Feijóo podría ser un buen candidato, pero tiene algunas dificultades menores como esas famosas fotos. Se ha equivocado en ese empeño que tenemos a veces los servidores públicos en decir que fueron un error de juventud. De error nada. En todo caso, debería haber reconocido que no fue prudente. A veces quedamos atrapados en nuestras palabras”, explican las citadas fuentes del grupo parlamentario.

A favor de Feijóo juega su origen gallego, al igual que Rajoy, y el hecho de ser uno de los primeros barones en los que confió el presidente del PP para la construcción del nuevo partido tras la era Aznar. En contra, sin embargo, tiene también lo que le pueda pasar en las autonómicas. “Las elecciones locales y autonómicas de mayo de 2014 serán un verdadero ‘matahombres’ y ‘matamujeres’, un rubicón”, opinan en el partido. Quien supere esa prueba y logre sortear las pinzas de la oposición y revalidar su Gobierno estará en clara línea de salida.

“Feijóo trata de moverse con cierto criterio y proyectarse a nivel nacional, pero lo tiene muy difícil con el problema de las autonómicas. Tiene que pasar primero esa prueba. A día de hoy se puede presumir que ganará, pero en el futuro está por ver qué pasa”, explican.

Alberto Ruiz-Gallardón

El ministro de Justicia parce haber quemado también sus bazas para suceder a Rajoy. Muchos en el partido lo ven en el origen de buena parte de los problemas que rodean a la formación. Y sea cierto o no, ha perdido puntos entre sus compañeros. “Gallardón ha vuelto a sus peores momentos como dirigente que va por libre”, explican. “Ahora aparece como el menos fiable del Gobierno. Está fuera de la sucesión, aunque si Rajoy se termina yendo por este proceso habrá que ver dónde acaba Gallardón como dirigente”.

“Todos le acusan de buscar, con los brazos caídos, que al PP le vaya mal para que a él le vaya bien. No ha hecho lo suficiente para cambiar a los fiscales que puso Mariano Fernández Bermejo, tal y como se quejaba Bárcenas y como nos quejábamos muchos dentro del PP”.

Otra prueba de que el exalcalde de Madrid anda en horas bajas es que, según publicó esta semana el diario El Mundo, un abogado que acudió a visitar a Bárcenas en nombre del PP -siempre según el relato del extesorero, algo que ha sido negado por el propio partido- le habría ofrecido, entre otras cosas, la caída de Gallardón como ministro a cambio de su silencio. Otras voces del PP consideran, sin embargo, que cuenta con el principal aval y apoyo de José María Aznar.

Luisa Fernanda Rudi

En un panorama que se avista como absolutamente desolador para el futuro de la derecha, un nombre que pasa inadvertido coge fuerza, sin embargo, como posible opción de futuro. Se trata de la actual presidenta de la Diputación General de Aragón, María Luisa Fernanda Rudi, expresidenta del Congreso de los Diputados y presidenta del PP de Aragón. Algunos ven en ella a la Thatcher española y, de hecho, uno de los principales banqueros de este país la señalaba esta misma semana, en conversación off the record con este diario, como una dirigente a seguir con mucho ojo.

“Rudi es una Thatcher de nuestro partido. Es como Feijóo, pero en mujer. Se habla poco de ella pero nunca en contra, tiene una formación básica en Economía y es seria y rígida”, analizan las citadas fuentes. “Goza además de autoridad personal y, por ejemplo, en los Comités Ejecutivos siempre dice la verdad pero no al modo que lo hace Esperanza Aguirre. Es una dirigente de consenso e impecable, en el sentido de que tiene una presunción total de honradez y no está salpicada de ningún modo por Bárcenas”, explican.

“Si supera con éxito el test de las locales y revalida el Ayuntamiento frente al PSOE y la Chunta y otros partidos será una triunfadora. Es severa, decidida, conservadora y odia la frivolidad”.

Otros nombres de la esfera popular apenas tienen oportunidades. Arancha Quiroga “tendrá un buen nombre, pero nada más” y el resto de los barones, salvo José Antonio Monago, algo populista, están de salida. Rajoy parece dispuesto a perseverar frente a la tormenta Bárcenas contra viento y marea. Lo peor de todo es que en la baraja de recambios no hay muchas opciones.

Deja una respuesta