Salud

Tabaco, salud y negocio

No falta quien acuse de hipocresí­a a unas compañí­as cuyo fin es el lucro, y lo consiguen aunque sea a costa de enfermar y reparar a sus clientes (negocio redondo en este caso). Y tiene razón. Pero no hay que olvidar que el estado juega el mismo papel en los supuestos estados sociales europeos, teóricamente menos salvajes que los anglosajones, como el nuestro. El estado tiene el tabaco como fuente de financiación y, a la vez, como enemigo del gasto sanitario. Una hipocresí­a que encierra miles de vidas y horas de salud perdidas en sus manos.

Las comañías de seguros privadas suelen negar la cobertura a fumadores o les cobran primas más elevadas. Mientras tanto, tienen invertidos miles de millones de dolares en empresas cuyas subsidiarias producen tabaco. En el otro lado de la moneda, en la sanidad pública, en diferentes servicios se prioriza a los no fumadores para acceder a determinados tratamientos por delante de los fumadores. ¿Qué diferencia hay?Según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), el tabaco generó en 2008 un sobrecoste sanitario y social de 433 euros por ciudadano, lo que supuso un coste total de 16.474 millones de euros. Mientras, el Estado no deja de incrementar la recaudación de impuestos sobre el Tabaco, a pesar de pretender limitar su consumo. En los últimos tres años, desde que entró en vigor la Ley Antitabaco, a pesar de que la compra de paquetes de tabaco ha caído en 180 millones de unidades, la cantidad de impuestos que cobra el estado ha crecido un 22%. ¿Acaso se han ido las multinacionales tabaqueras de nuestro país? no. Para ellas y para el estado los fumadores son todavía una fuente de ingresos considerable. Nada menos que 9.266 millones de euros el año pasado para las arcas del estado.Las compañías de seguros médicos de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido tienen invertidos alrededor de 4.400 millones de dólares en acciones de empresas que producen tabaco. Las aseguradoras, que dominan el panorama sanitario en los páises anglosajones pueden llegar a cobrar pólizas un 300% más altas a los fumadores, argumentando su mayor riesgo a enfermar. Aunque se trata de un negocio legal, se levantó un escándalo en 1995 tras el que la Asociación Médica de EEUU instó a todo el mundo sanitario (aseguradoras, médicos, hospitales, autoridades sanitarias, etc.) a "deshacerse de sus participaciones en el negocio del tabaco". Sin embargo, el negocio continúa hoy.De acuerdo con los cálculos de la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren en el mundo 5,4 millones de personas a consecuencia del tabaco. El comportamiento de las aseguradoras deja claro que "su máxima prioridad es hacer dinero, no salvaguardar el bienestar de las personas". Ahora, los mismo que desde el estado advierten que fumar provoca cáncer, hace no tanto subvencionaban a agricultores de tabaco, otorgaban concesiones de estancos o gestionaban monopolios para su producción y distribución. Estamos hoy padeciendo los males que ellos mismos contribuyeron a gestar. Obviamente, para los que piensan que el fumador debería pagarse sus propias necesidades sanitarias, está claro que es un argumento usado para justificar la privatización de la sanidad. ¿Por qué nadie saca la cuenta a la vez de lo que el estado se ahorra en la muerte prematura de millones de personas que se nos van fruto de las enfermedades derivadas del tabaco?.

Deja una respuesta