Israel se lucrará de la reconstrucción de Gaza

Suministros de tu verdugo

El negocio de la construcción en Israel tiene divisiones verdaderamente siniestras. Y no me refiero a las que amplí­an sin cesar los asentamientos judí­os en Cisjordania, anegando el ya atomizado archipiélago palestino en aquel territorio ocupado. No, hablo de las compañí­as que monopolizaran el lucrativo negocio de la reconstrucción… de Gaza. Después de que su ejército haya desatado hace menos de cuatro meses una orgí­a de fuego y destrucción en la franja, serán ahora las compañí­as israelí­es las que reciban pingües resultados financieros por volver a levantar lo que las bombas devastaron.

El férreo bloqueo al que sigue ahora mismo sometida la ruinosa franja se remonta al gole de Hamás, que en junio de 2006 expulsaron a tiros de Gaza a las fuerzas leales a la Autoridad Nacional Palestina. Entonces Israel –contando con el apoyo cómplice de Egipto- impuso una barrera infranqueable sobre el norte y este de la franja, así como de toda su costa. Nada puede entra ni salir de Gaza por su superficie sin que el Tsahal lo intercepte.El asunto de los túneles que cruzan la frontera con Egipto, en las cercanías de Rafah, hacia el desierto del Sinaí, fue uno de los principales caballos de batalla de Israel en su criminal ofensiva militar de enero. Pero por los túneles los habitantes de Gaza no sólo se aprovisionaban de armas y explosivos -que luego acababan en rudimentarios cohetes caseros lanzados contra una población del sur de Israel-, sino de mercancías básicas para su supervivencia: desde materiales de construcción hasta material quirúrgico, antibióticos y medicinas. Israel de momento mantiene el bloqueo sobre la franja, pero diversas compañías de eses país se frotan las manos ante la expectativa de negocio que significará la venta de materiales de construcción –con los fondos de ayuda internacional- y la supervisión de los contratos para reconstruir lo que bombardearon sus tanques. Cuando las tropas israelíes arrasaron la franja, no sólo segaron la vida de 1400 palestinos y produjeron miles de heridos, sino que redujeron a cenizas cualquier cosa sobre la que se pudiera desarrollar una actividad económica: destruyeron las rudimentarias fábricas o los paupérrimos comercios, y hasta mataron al famélico ganado que encontraron y arrasaron los campos de cultivo. Gaza no sólo sangró, sino que fue condenada a pasar más hamber y miseria aún que antes de la guerra.

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