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Su factura, gracias: cada español paga 721 euros al año en intereses de la deuda pública

Con la deuda pública lo mismo que con el resto de las ‘cosas’ públicas: que es de todos. Y se paga entre todos. Por eso, cuando crece, como ha ocurrido una vez más en el primer trimestre de 2016, conviene no verlo como algo ajeno, ya que toca al bolsillo. Al bolsillo de todos -ver ví­deo que encabeza la información-.

Con la deuda pública lo mismo que con el resto de las ‘cosas’ públicas: que es de todos. Y se paga entre todos. Por eso, cuando crece, como ha ocurrido una vez más en el primer trimestre de 2016, conviene no verlo como algo ajeno, ya que toca al bolsillo. Al bolsillo de todos -ver vídeo que encabeza la información-.

Esta semana, el Banco de España ha comunicado que en marzo la deuda pública engordó en 14.031 millones de euros y que en los tres primeros meses del año lo ha hecho en 23.175 millones de euros. Estos incrementos desembocan en que el conjunto de la deuda pública española alcanza ya los 1,095 billones de euros, una cifra relevante porque, como ya pasó en el primer trimestre de 2015, desemboca en que la deuda pública supera la riqueza que es capaz de generar la economía española en un año (PIB). No se veían registros así desde comienzos del siglo XX.

El Gobierno, sin embargo, matiza que se trata de un dato puntual. «La ratio se irá suavizando conforme avance el año, como suele ocurrir todos los años», aseguró la secretaria general del Tesoro Público, Rosa Sánchez-Yebra, este miércoles en un congreso organizado por la APD en Bilbao. Los pronósticos del Ejecutivo contemplan que a final de 2016 la deuda equivaldrá al 99,1% del PIB. En 2007, se encontraba por debajo del 40%.

Más allá de las dudas sobre su sostenibilidad, que en realidad depende de la confianza y la credibilidad que genere un país para que los inversores renueven o refinancien esa deuda, resulta conviene recordar que trae aparejada una importante ‘mochila’: la de los intereses que hay que pagar por ella. Y esta factura no ha dejado de crecer durante los últimos años. En 2007, España pagó 14.539 millones de euros en intereses de la deuda pública en términos del caja, según los datos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE). En 2015, esa factura alcanzó los 31.750 millones de euros y para 2016 está previsto que aumente hasta los 33.490 millones de euros, según recogen los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

De este modo, los intereses, que antes de la crisis equivalían al 1,3% del PIB, ahora suponen cerca de un 3%. Y eso que, según los cálculos del Tesoro Público, en los últimos años el descenso de los costes financieros, auspiciado fundamentalmente por las medidas del Banco Central Europeo (BCE), ha permitido abaratar la factura de los intereses en 21.000 millones de euros.

O lo que es lo mismo, a cada español le corresponden 721 euros en intereses. Porque se pagan con cargo a los presupuestos y cada euro dedicado a satisfacer los intereses no puede ir a otros servicios públicos. Y no son pocos. Este año, los intereses consumirán 9,5 de cada 100 euros de los gastos consolidados de los PGE. Restringiendo el punto de mira a los gastos no financieros, los intereses se comen 21,3 de cada 100 euros.

La deuda y sus intereses, por tanto, devoran buena parte de la tarta presupuestaria. Y así seguirá siendo mientras persista el déficit público, porque la deuda cabalga sobre todo a lomos del déficit. En el fondo, la deuda no es más que el dinero que las administraciones públicas piden prestado en los mercados financieros para financiar el déficit en vez de pedírselo, a través de más impuestos, a los ciudadanos. Pero eso no implica que los ciudadanos no la paguen, ya que una parte de sus impuestos tiene como destino pagar los intereses de esa deuda. Hacienda somos todos. Y la deuda pública, también.

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