Zapatero saca la ley de economí­a sostenible y reduce fondos a I+D+i

¿Sostenible para quién?

Hay unos 60.000 cientí­ficos en toda España que llevan a cabo proyectos de investigación del Plan Nacional de I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) que se elevan a una cantidad en torno a los 10.000. Plan que es el instrumento competitivo clave para la ciencia española de excelencia. El Gobierno va a reducir el presupuesto para investigación mientras está aprobando una ley que llama de economí­a sostenible. Zapatero sigue practicando su método «mcguffin». Nos cuenta una trama mientras desarrolla otra. Dice una cosa y hace otra. Se saca una ley de economí­a sostenible mientras reduce los fondos para I+D+i. ¿Sostenible para quién? Sólo hay dinero público para dar beneficios a los grandes bancos y los monopolios, para rescatar a las cajas, y para financiar a las castas. «¡Qué inventen otros!».

Como ha declarado la Comisión Sectorial de I+D de la Conferencia de Rectores de las Universidades Esañolas (CRUE): “En estos momentos de crisis estimamos que, junto al mantenimiento de las políticas de cohesión social, es imprescindible la apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación y, por ello, no nos parece oportuna la disminución de fondos que se plantea tanto en los Presupuestos Generales del Estado como en los de la mayoría de las comunidades autónomas”. Pero es que la política económica del gobierno de Zapatero tiene un rumbo muy claro mientras nos distrae con trucos de trilero. Su objetivo ha sido saquear los recursos presentes y futuros de España para ponerlos a disposición de los 10 mayores grupos financieros y monopolistas del país, lo que les va a permitir, ¡en plena crisis!, obtener en 2009 unos beneficios de más de 37.000 millones de euros, es decir, un 120% de lo que el gobierno dedica a los más de 4.200.000 de parados. ¿Economía sostenible para quién?La auténtica base para el cambio hacia un modelo económico competitivo, que es urgente y necesario en España, exige la potenciación de un sector universitario de investigación y desarrollo que esté vinculado a las necesidades sociales para lograr innovaciones tecnológicas que reviertan en nuestro tejido productivo nacional y que acabe con la dependencia española del extranjero, posibilitando el fortalecimiento de los sectores económicos con mayor valor añadido. Sólo hace falta la voluntad política.

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