El Tribunal Supremo anula cláusulas de hipotecas por abusivas

Son usureros y además abusan

Esta semana la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha ordenado la anulación de varias cláusulas que aparecí­an en los contratos de hipotecas, préstamos y tarjetas de crédito que tení­an que firmar los clientes del Banco Santander, BBVA, Bankinter y Caja Madrid. El citado Tribunal estima que las condiciones impuestas son abusivas y desproporcionadas. Estas prácticas abusivas son la punta del iceberg del descomunal saqueo perpetrado por la banca y las cajas durante la época de las vacas gordas y que se agudiza ahora con la intención de descargar el pago de su crisis sobre nosotros.

Porque lo que se ha acetado es sólo una parte del recurso que interpuso la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) contra la decisión tomada en 2005 por la Audiencia Provincial de Madrid dando validez a tales abusos anulados ahora por el Supremo. Cláusulas que imponían, por ejemplo, en relación con las hipotecas la prohibición de arrendar las fincas hipotecadas; que imponían al cliente la renuncia a ser informado en el caso de que su hipoteca o préstamo fuera cedida a otra entidad; que permitía, en el caso del Banco Santander, cobrar deudas de clientes de otras cuentas de las que fueran titulares aunque esa titularidad fuera compartida. Porque todas ellas, como la sentencia tiene que reconocer, suponen una renuncia o limitación de los derechos del consumidor y tienen un carácter abusivo incuestionable. Lo que en lenguaje llano se llama prácticas usureras. Como evidente es que sólo un usurero puede descargar, cuando se produce un robo o uso fraudulento de las tarjetas de crédito, los perjuicios acarreados sobre el usuario. Porque estos bancos y cajas se auto eximían de cualquier responsabilidad a pesar de disponer de suficiente tecnología para detectar utilizaciones indebidas antes incluso que el propio usuario se enterara. Hay que ampliar estas denuncias y hay que acabar con todas las prácticas usureras y abusivas que la banca y las cajas vienen desarrollando durante años y que ahora con la crisis tratan de aumentar a nuestra costa.

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