EPA: uno de cada cinco trabajadores está en paro

Sin manos, sin pies… sin dientes

Estrellada, «sin dientes», en estado de shock, así­ es como está a punto de quedar la economí­a española cabalgada por Zapatero después de que hayamos conocido los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, superados ya los 4,1 millones de parados.

Como en el chiste de Jaimito, Zaatero ha hecho todo tipo de malabarismos con las medidas “para salir de la crisis”, superando siempre el más difícil todavía. “Sin manos”, ha negado la crisis para ganar tiempo y elecciones, ha malgastando las reservas del Estado con medidas improvisadas y subvenciones indiscriminadas como los “cheques bebé” o los 400 euros del IRPF. “Sin pies”, improvisó un Fondo de Inversión Local que ha despilfarrado varios miles de millones de euros levantando aceras, y creando empleo precario y temporal que se esfumará en los próximos meses.Todo para mantener narcotizados a los sectores populares y callados a los sindicatos, mientras ponía los recursos del Estado al servicio de la Banca, a la que ha entregado 340.000 millones de euros en planes de rescate; de los monopolios como las eléctricas, otros 20.000 millones de euros por el “déficit eléctrico”; y de las castas políticas autonómicas a las que ha entregado 11.000 millones de euros para que sigan practicando el despilfarro.La EPA nos devuelve a la realidad. Uno de cada cinco trabajadores está en paro. En los últimos 12 meses se han destruido 1,75 millones de empleos netos. Hay ya más de 4,13 millones de parados y una tasa del 18%, camino del 20%. Y dos sectores especialmente afectados: el de las familias con todos sus miembros en paro, que se ha doblado en el último año pasando de 564.400 a 1,12 millones, de ellos medio millón no tiene ninguna entrada; y el de los jóvenes, en un año 704.200 trabajadores jóvenes entre 20 y 29 años se han quedado sin empleo.Otro dato especialmente significativo de la EPA es la destrucción de empleo en la industria que ha entrado en picado. De los 126.800 empleos netos que se destruyeron de abril a junio, 100.800 han sido empleos industriales, un empleo mucho más cualitativo y difícil de reponer que el de la construcción o los servicios. Un dato estremecedor que por sí mismo denuncia la política de Zapatero, con un Plan E que sigue alimentado el empleo precario en la construcción pero que no hace nada para impulsar la reconversión y el desarrollo industrial, imprescindible para un verdadero cambio de modelo de crecimiento basado en la economía productiva y la independencia (energética y financiera especialmente) y no en la especulación y el sobreendeudamiento del país.Han tenido que pasar muchos meses, y un agravamiento insoportable de las consecuencias de la crisis para las clases populares, para que empecemos a oír las primeras tímidas críticas al gobierno de Zapatero de quienes vienen actuando como sus compañeros de viaje desde que llegó a la Moncloa. Los dirigentes de las grandes centrales sindicales, UGT y CCOO, y la izquierda “rojiverde” y nacionalista han callado y dejado hacer al Zapatero que jugaba al “sin manos, sin pies…” y sólo ahora, cuando estamos al borde del “…sin dientes”, se atreven a criticar el Plan E de Zapatero que poco menos que aplaudían hace apenas seis meses.Fernández Toxo, el líder de Comisiones, dice ahora que: “Hemos planteado críticas al Plan E… es un proyecto de corto alcance, no sólo porque los recursos sean limitados y tengan un horizonte de utilización temporal, sino porque debería insertarse su utilización en un proyecto un tanto más global, más allá de levantar pavimentos, aceras y rotondas en las ciudades”. Y los dirigentes de Izquierda Unida critican, por fin, “la temporalidad y precariedad del Fondo de Inversión Local”. Han tardado en darse cuenta, pero siguen sin proponer una alternativa global y de conjunto. Y, sobre todo, sin disposición a movilizar al país para imponer una salida a la crisis favorable a los intereses de la mayoría de la población.Un país camino de los cinco millones de parados, con el crédito cortado para pymes y familias, endeudado hasta la médula, es un país al borde del shock.Un país sometido a una crisis sin precedentes y con un modelo de crecimiento (basado en el hiper endeudamiento exterior y la sobre explotación inmobiliaria) en quiebra, es un país que necesita una alternativa ¡de verdad! contra la crisis. Que apueste por cortar el despilfarro, llevar a cabo un plan de ahorro nacional y dedicar los recursos desviados al rescate de la banca a la inversión en la economía productiva, en I+D+i y en la financiación de las pymes (responsables del 80% del empleo).Un país al que la oligarquía tiene sometido a un auténtica ofensiva para seguir disponiendo de los recursos públicos e imponer una salida a la crisis favorable a sus intereses (que entre otras cosas significa una subida de impuestos para pagar los planes de rescate), es un país que necesita una movilización popular capaz de sacudir a la clase política y obligar a dar un giro a la política económica y social.

Deja una respuesta