Giro en el caso ‘Juana Rivas’, la madre coraje de Maracena (Granada). La Fiscalía italiana acusa al exmarido de Rivas por violencia física y vejaciones a sus hijos. Gabriel, el hijo mayor de edad de la granadina, declara contra su padre y relata su infierno y el de su hermano, aún menor y bajo la custodia del maltratador.
El gobierno español, su aparato diplomático y todas las instituciones judiciales y de España y de Italia deben ponerse inmediatamente en tensión para proteger al hijo menor de Juana y entregarlo cautelarmente a su madre. Ni un minuto más de injusticia patriarcal.
Toda España recuerda el caso de Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) que fue condenada a prisión por ocultar durante casi un mes a sus hijos. Juana siempre afirmó que lo hizo para proteger a los niños de Francesco Arcuri, que ya en 2009 había sido condenado por violencia de género. Desde aquella condena, Juana Rivas había vuelto a denunciar, en varias ocasiones, a su expareja italiana por malos tratos, al encontrar moratones en el cuerpo de sus hijos cuando ella tenía fines de semana con los menores y por el relato que los niños hacían sobre ello. Jamás ninguna de esas denuncias fue investigada por la Justicia, ni por la española ni por la italiana.
La (in) justicia patriarcal fue implacable con ella, arrancándole a sus hijos, dando la custodia al padre, que se los llevó a Italia, y encerrando a Juana Rivas en prisión por secuestro
Ahora la Fiscalía italiana ha decidido procesar a Arcuri por un presunto delito de malos tratos a los niños, uno de los cuales, el pequeño, Daniel, de 10 años, vive actualmente aún él. El mayor Gabriel, que ya tiene 18 años y vive con Juana en Maracena desde 2022, ha remitido una carta al Ministerio Público italiano advirtiendo del riesgo en el que se encuentra su hermano. “Conozco a mi padre y sé que no es capaz de controlar su impulsividad y su ira. Mi hermano está en gran peligro”, dice el escrito facilitado por los abogados de Rivas.
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Un kafkiano viacrucis judicial
Las primeras denuncias interpuestas por Juana Rivas contra Francesco Arcuri datan de febrero de 2019, pero fueron archivadas. Se solicitó la revocación del fiscal y en mayo de 2022 se volvió a reabrir la investigación.
Desde 2022. Dada la gravedad de las acusaciones de maltrato de la denuncia de Rivas, apoyados en informes médicos, y tratándose de menores. ¿Cómo es posible que se haya tardado más de dos años en actuar?
Los hechos de la denuncia son espeluznantes, y retratan una criminal negligencia patriarcal por parte de la Justicia italiana y española.
De acuerdo con la Fiscalía de Cagliari, Arcuri sería el presunto autor de un delito de maltrato en el ámbito familiar, y de lesiones con secuelas físicas o psicológicas. Por “haber maltratado a sus hijos menores, sometiéndolos habitualmente a violencia física, vejaciones, injurias y amenazas, generando en ellos graves estados de ansiedad y temor por su seguridad”, un hecho “agravado por afectar a menores”.
En el escrito, facilitado por los representantes de Rivas, describe una sucesión de conductas violentas como “golpes en la cabeza, bofetadas”, empujones “contra la pared, o tirándoles con fuerza al suelo, estrangulando su cuello con las manos hasta impedir la respiración”. Agresiones verbales: “Les insultaba diciéndoles que eran gusanos asquerosos como su madre, que no valían nada, les llamaba hijos de puta”. Castigos: “Como encerrarlos durante horas en una habitación sin comida y obligarlos a dormir en el suelo”, o amenazas y acosos como impedir “que hablaran con su madre por teléfono y comportándose de manera violenta y ofensiva cuando pedían hablar con su madre”.
Esas conductas, continúa el escrito de la Fiscalía, se tradujeron en un “trauma contusivo en la muñeca derecha”, causada a Gabriel, “esquimosis” y “moraduras” en las piernas, rodillas, tibia o espalda, provocándole “leve lumbalgia y podalgia izquierda”, todas contrastadas con informes médicos.
También en Italia sigue pendiente la repetición del juicio ordenada por el Tribunal Supremo de ese país el pasado mes de abril, en el que atendía el recurso de casación presentado por Rivas contra el Tribunal de Apelación de Cagliari que, en marzo de 2023, denegó la custodia del hijo pequeño a su madre.