La izquierda, a la cabeza de la lucha contra las invasiones

Siempre, con los pueblos

Una potencia imperialista pretende imponer su dominio a sangre y fuego contra un pueblo que, lejos de bajar la cabeza, da un ejemplo de resistencia y de lucha frente a la invasión. Ante un hecho así, los revolucionarios siempre hemos tomado partido, claramente, en un bando: denunciando al agresor y apoyando, cerradamente, al pueblo y pais agredido.

Rusia ha invadido Ucrania. Una gran potencia imperial pretende imponer por la fuerza su dominio sobre un país soberano. Mientras, el pueblo ucraniano da un ejemplo de resistencia y de lucha frente a la invasión.

Como hoy sucede, muchos pueblos hemos enfrentado una invasión, y nos hemos rebelado sin aceptar resignadamente un futuro de esclavitud.

En este reportaje histórico ofrecemos algunos de los ejemplos -se pueden mencionar muchos más- de cómo la izquierda, los progresistas y demócratas, siempre han tenido claro qué posición adoptar: la denuncia de la potencia invasora y el apoyo cerrado al pueblo que lucha por su independencia

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1936-1939: España

“¡No pasarán!”

“¡Fuera el invasor de nuestra patria!”. Bajo esta consigna, el PCE convoca el 2 de mayo de 1938 un masivo mitin en Valencia. 1808 y 1938 unidos por un mismo hilo. Josep Renau, referencia del arte antifascista, elabora un cartel con un contundente lema: “1808 – 1936. De nuevo por nuestra independencia”.

 Desde el principio de la guerra, la lucha contra el fascismo iba unida a la defensa de la soberanía e independencia nacional frente al dominio de las grandes potencias.

Pasionaria clama contra “los militares traidores y sus oligárquicos aliados”, que “se han vendido con armas y bagajes a potencias fascistas extranjeras que solo desean colonizar el país y repartirse ávidamente nuestro territorio”. Llamando a “todo el pueblo en pie para impedir que nuestra patria sea hollada por la pezuña sangrienta de los rapaces extranjeros”.

Cartel de la guerra nacional revolucionaria sobre las heroicas brigadas internacionales que se pusieron al servicio de la lucha contra el fascismo en España

A mediados de enero de 1937, el Comité Central del PCE afirma que “la lucha se ha transformado en una guerra por la independencia de España (…) todo lo que hay de sano y progresivo en nuestro país está luchando para defenderse de una agresión cobarde perpetrada a mansalva por españoles traidores a su patria y contra las fuerzas invasoras del fascismo alemán, italiano y portugués, que sueñan con convertir a España en un pueblo de esclavos”.

Ese mismo año, 1937, los combativos círculos de la CNT agrupados bajo la organización “Los amigos de Durruti” denuncian que “la política española ha sido el feudo de las potencias extranjeras” y defienden que “la clase trabajadora ha de conseguir la independencia de España”.

El hispanista francés Pierre Villar -que luchó en la resistencia contra los nazis- constata cómo de 1936 a 1939 “la intervención italo-alemana se hizo odiosa en toda la zona republicana, como atentado simultáneo a la libertad y a la patria (…) Los clarividentes contaron con un nuevo patriotismo, ligado a las aspiraciones populares y carente de hostilidad a la personalidad de las regiones”.

Ante la lucha del pueblo español van a enfrentarse dos posiciones antagónicas.

Hitler y Mussolini serán el apoyo que permitirá a Franco obtener la victoria. Pero no estarán solos. Las llamadas “potencias democráticas” -Inglaterra, Francia, EEUU…- crean en agosto de 1936 el Comité de No Intervención. Igualando a través de la bandera de la neutralidad a “los dos bandos”, el gobierno democrático y el fascismo. Esta falsa equidistancia encubrirá no ya la permisividad ante la ayuda germana e italiana o la dejación de funciones en respaldo a la República, sino la abierta intervención en apoyo al régimen franquista.

Al otro lado, va a levantarse en todo el planeta una oleada de solidaridad y apoyo hacia la lucha del pueblo español. Se crean comités de apoyo a la República en todo el mundo. Uno de ellos en Hollywood, encabezado por Chaplin, Errol Flyn, Bette Davis, John Ford…

No es una solidaridad etérea. En los círculos más revolucionarios del planeta se promueve el reclutamiento para luchar en España contra el fascismo. Se traducirá en la llegada a España de las Brigadas Internacionales, en las que combatirán hasta 60.000 combatientes de 50 países diferentes.

Pasionaria llamada en 1936 a “la defensa de la patria” frente a “potencias fascistas extranjeras que solo desean colonizar el país”

El escritor norteamericano Arthur Miller, al recibir el Premio Príncipe de Asturias, recordaba el enorme impacto de esta movilización global con epicentro en nuestro país: “Acababa de cumplir veinte años cuando estalló la Guerra Civil (…) No hubo ningún otro acontecimiento tan trascendental para mi generación en nuestra formación de la conciencia del mundo (…) La palabra España en los años treinta era explosiva, el emblema esencial no sólo de la resistencia contra un retroceso obligado a un feudalismo eclesiástico mundial, sino también contra el dominio de la sinrazón y la muerte de la mente”.

Hoy, casi un siglo después, sigue siendo una referencia global de lucha: los milicianos ucranianos que luchan contra la invasión rusa saludan a la televisión española levantando el puño y gritando “¡No pasarán!”.

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1808 – 1814: España

Y el emperador fue destronado

La España Revolucionaria, de Karl Marx

En 1808, una rebelión popular sacude España, rebelándose contra la invasión y ocupación francesa. Napoleón, el emperador hasta entonces invicto, recordará en sus últimos días a “la maldita guerra de España” como una de las causas principales de su derrota.

Una visión deforme y sesgada nos identifica la lucha por la independencia de España con la reacción, y al invasor con la modernidad. No es verdad.

La Francia napoleónica era una potencia invasora cuyo único propósito era sojuzgar y dominar el país. Lo confesará Napoleón: “Es preciso que España sea francesa, para Francia he conquistado España, con su sangre, con sus brazos, con su oro (…) Míos son los derechos de conquista, España debe ser francesa”.

Y lo más avanzado del país, quienes de verdad representaban el espíritu de la Revolución Francesa y luchaban por colocar a España en la modernidad, no eran los “afrancesados” que se plegaron al invasor, sino los patriotas que en Cádiz alumbraron la Constitución más progresista del continente.

La izquierda del mundo supo cual era su bando. En la “España revolucionaria”, Marx respaldará “el gran movimiento nacional que acompañó a la expulsión de los Bonaparte”, y alabará “las muestras de vitalidad de un pueblo al que se creía moribundo”. Rescatando “el hecho frecuentemente negado de la existencia de aspiraciones revolucionarias en la época de la primera insurrección española”.

Marx tomó posición por el pueblo y el país invadido, admirando su lucha, y denunció a la potencia invasora.

En la “España revolucionaria”, Marx respaldará “el gran movimiento nacional que acompañó a la expulsión de los Bonaparte”

Desde la misma posición que Marx, lo más avanzado de la izquierda española volverá la mirada, de 1936 a 1939, a 1808. Pasionaria llamaba a “la defensa de la Patria”, recordando “las páginas gloriosas de Gerona, de Bailén y de Madrid”, y empujando a todos a “como en 1808, llevar a cabo la heroica gesta de la liberación nacional”. El diario anarquista CNT afirmaba en mayo de 1937 que “en esta fecha simbólica del Dos de Mayo nos encontramos como ciento treinta años atrás, empeñados en una lucha a muerte contra los invasores extranjeros, defendiendo a mordiscos nuestra libertad de hombres y la independencia del suelo que pisamos. Contra nosotros se concilian las furias de las dictaduras europeas, de los salteadores de pueblos”. Y la UGT celebraba el 2 de mayo llamando a “una Segunda Guerra de la Independencia”.

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1941-1976: Vietnam

Y el pueblo derrotó tres veces al imperio

En abril de 1975, la imagen de los últimos representantes de EEUU huyendo de Vietnam en un helicóptero desde la terraza de la embajada norteamericana, mostró al mundo la magnitud de su derrota.

Un pueblo que aparentemente debía haber sido aplastado por el enorme poder de una superpotencia hasta entonces invicta, se alzaba con la victoria.

Y era la tercera vez que lo hacía.

Guerrilleras del Vietcong

En 1941 se fundaba el Viet Minh, la “Liga por la independencia de Vietnam”, una amplia alianza entre el partido comunista y numerosos grupos patrióticos. Combatieron la invasión japonesa, obligando al imperialismo nipón a capitular en 1945.

Pero Francia pretendía mantener tras la guerra su dominio colonial sobre Indochina. La rebelión de los vietnamitas abre una guerra que se prolonga desde 1946 a 1954… Y París, la histórica gran potencia del sudeste asiático, es derrotada y debe abandonar el país.

A pesar de estas dos victorias, contra dos de las más poderosas potencias globales, Vietnam no puede ser todavía independiente. Queda por enfrentar el mayor obstáculo. Para mantener su dominio sobre un área clave del planeta, EEUU va a desplegar todo su potencial de destrucción: arrojará siete millones de toneladas de bombas sobre Indochina, el triple de la suma total durante toda la Segunda Guerra Mundial, destruirá el 70% de la infraestructura industrial del país, provocará 5,7 millones de muertos…

El apoyo a la lucha del pueblo vietnamita recorrerá todo el planeta

Pero la superpotencia será también derrotada. Se mostrará a los ojos del mundo que todo su enorme poder nada puede hacer contra un pueblo que lucha por su independencia.

Movilización contra la guerra de Vietnam

El mundo va a tener muy claro a quien apoyar. El apoyo a la lucha del pueblo vietnamita, y la denuncia del imperio de las barras y estrellas, va a recorrer todo el planeta.

En todos los países del Tercer Mundo se hace suya la causa de Vietnam, para conquistar tras la descolonización una independencia real, no sometida a nuevas formas de dominio.

Y el apoyo al pueblo vietnamita crece también en los países de capitalismo desarrollado. El “Movimiento 22 de marzo”, uno de los centros rectores del mayo del 68 francés, se funda a raíz de la protesta contra la detención de estudiantes miembros de un comité de solidaridad con Vietnam. Y en los mismos EEUU va a surgir un gigantesco movimiento contra la guerra, que moviliza a millones de personas, que exige la retirada norteamericana de Vietnam.

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1931 – 1945: China

Una marea contra la invasión japonesa

En los años treinta del pasado siglo sobre Asia se cierne una amenaza de enorme magnitud: las ambiciones expansionistas del militarismo nipón. Convertida en una gran potencia imperial, armada hasta los dientes, Japón pretende convertir a todo el continente en su colonia.

Y la pieza de “caza mayor” para Tokio era China.

Norman Bethune (izq), médico y revolucionario canadiense, participando en la lucha del pueblo chino contra la invasión japonesa.

En septiembre de 1931 el ejército japonés invade Machuria, uno de los grandes centros industriales del país, en el noroeste de China. Creará el estado títere de Manchukuo, colocando al frente, como marioneta de Tokio, al último emperador chino, Pu Yi.

Inmediatamente, el Partido Comunista de China (PCCh) llama “a todo el país a movilizarse contra el imperialismo invasor”. Y en 1932 el Consejo Ejecutivo del Soviet de Obreros y Campesinos de Kiangsi, cuyo presidente era Mao Tsé-tung, declaraba la guerra al Japón.

En julio de 1937, Japón lanza una ofensiva global contra China. Su proyecto es ocupar la capital, el norte y el este del país, las zonas más desarrolladas, transformando China en una colonia nipona.

La brutalidad y criminalidad de los japoneses es incluso mayor que la de los nazis. Provocarán 23,2 millones de muertos en China, de ellos la mayoría (17,5 millones) civiles. Provocarán masacres de dimensiones desconocidas, como la de Nanking, donde las tropas niponas asesinaron durante varios días a 300.000 civiles desarmados.

En China se levantará un gigantesco movimiento de lucha contra la invasión japonesa. Bajo la dirección del PCCh se crea un Frente Único Nacional Antijaponés, que une incluso al anticomunista Kuomintang. Se crean consejos antijaponeses en multitud de aldeas, un cuerpo de guerrillas que aglutinará a 2,5 millones de campesinos…

La lucha del pueblo chino contra la invasión japonesa se convierte en una referencia revolucionaria global

El mundo va a tomar una posición radical por la lucha de liberación de China y contra la invasión japonesa. Y a la cabeza del apoyo al pueblo chino estará la izquierda más revolucionaria.

“La estrella roja sobre China”, libro escrito por el norteamericano Edgard Snow a raíz de entrevistas a los máximos dirigentes del PCCh, se convierte en algo más que un éxito de ventas en todo el mundo. El autor muestra su apoyo a “la larga lucha para llevar a cabo la revolución social más profunda en los tres milenios de historia de China”. Y las simpatías por la revolución china llegan hasta el último rincón del planeta.

Muchos, como el prestigioso médico y revolucionario canadiense Norman Bethune, acudirán a China para unirse a la lucha de su pueblo.

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1939-1945: Europa

Partisanos contra la ocupación nazi

Ante la invasión rusa, se ha hecho viral a través de las redes sociales, como un emblema de resistencia, una versión en ucraniano del “Bella Ciao”, el himno de los partisanos italianos, antifascistas, buena parte de ellos comunistas, que lucharon durante la Segunda Guerra Mundial contra la ocupación nazi.

El «Bella Ciao» es uno de los himnos antifascistas más populares del planeta, y viene de los partisanos comunistas italianos luchando contra las tropas de Mussolini y de Hitler

En su voluntad de enfrentarse a la invasión rusa, el pueblo ucraniano recurre a las referencias, revolucionarias, de la lucha popular en Europa.

Entonces, ante la ocupación nazi, los pueblos europeos tomamos la misma decisión que hoy toma Ucrania: no capitular, luchar por defender la libertad y la independencia.

Y a la cabeza de la resistencia antinazi estaba, como no podía ser de otra manera, la izquierda, los revolucionarios.

En Grecia el Ejército Popular de Liberación Nacional (ELAS), impulsado por el partido comunista, con más de 50.000 miembros, que se enfrentó a la invasión y ocupación del país por la Alemania nazi y la Italia mussoliniana. 

En Italia, un movimiento partisano creado tras la invasión y ocupación del país por la Alemania nazi en septiembre de 1943. Que llegó a abarcar hasta 300.000 miembros, incluyendo 35.000 mujeres partisanas. Donde junto al núcleo de las Brigadas Garibaldi, creadas por el partido comunista italiano, se encontraban brigadas socialistas y de otras fuerzas democráticas.

Una versión del “Bella Ciao” se ha convertido en himno de la resistencia ucraniana

En Yugoslavia un gigantesco movimiento de resistencia antinazi, bajo la dirección comunista, compuesto por el Ejército Popular de Liberación y los Destacamentos Partisanos, con casi un millón de miembros, capaz de derrotar a los nazis y liberar el país.

La resistencia contra la invasión y ocupación nazi va a extenderse por todos los países del continente. Y ganó. La Alemania nazi, cuyo poder militar parecía imbatible en 1940, fue derrotada.

Conviene tener memoria histórica. Tener clara la posición que históricamente ha adoptado la izquierda, y todos los movimientos progresistas, ante un pueblo que lucha por su libertad e independencia frente a la invasión de una gran potencia que pretende dominarlos.

3 comentarios sobre “Siempre, con los pueblos”

  • Vaya, no sabía que Errol Flyn estuvo en los comités de ayuda a la República. Yo que toda la vida creí que era filonazi. Debe de ser propaganda del gobierno norteamericano. Y Ford era de derechas y míralo. Qué grande era Hollywood antes de la caza de brujas

  • Muy bueno el repaso histórico. A mí me ha recordado a un cartelito que vi ayer, en la marquesina de un bus, que decía «yo ayudo a Ucrania» dando el teléfono y la dirección, para recogida de alimentos. No sé si esta buena persona es de derechas o de izquierdas, pero es eso, una muy buena persona y progresista. Izquierdas y derechas, todas unidas contra Putin. Por cierto, que el cartelito estaba medio roto, supongo que por algún pro-imperialista

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