Televisión

Si Gabilondo tiene una corazonada…

Las campanas de boda que anunciábamos hace unas semanas empiezan a sonar con fuerza. Una insólita conexión simultánea unió ayer a sus dos comunicadores estrella: Andreu Buenafuente -uno de los más importantes accionistas de la cadena de Mediapro- e Iñaki Gabilondo -histórico «abanderado» ideológico de Prisa-. El motivo parece ser que era simbolizar una especie de hermanamiento en directo, con el que manifestar ante la audiencia su enamoramiento, firmar la paz tras los conflictos entre ambos grupos, y anunciar su fusión casi inmediata. Eso si, todo envuelto de piropos, alabanzas y loas hasta la saciedad, en un pintoresco tono de cordialidad postiza.

“Para mi que va a haber algo”, era la frase más reetida por ambos presentadores entre risitas y un mal fingido halo de misterio. Buenafuente realizaba su programa en directo como cada noche, cuando después de introducir un par de chistes sobre la dichosa fusión, sorprendió a todo el mundo dando paso a Iñaki Gabilondo, que esperaba en su plató de Noticias Cuatro, aún después de haber finalizado su programa dos horas antes. Quizá los responsables juzgaron que había que conservar en su “gurú” este aspecto de seriedad y credibilidad, y así “institucionalizar su discurso”. Esta manifestación, que evidencia lo avanzado de las negociaciones para la fusión –Gabilondo afirmo que al final de esta semana se sabría “algo”-, coincide que una nueva noticia relacionada con el asunto. El diario Expansión publicaba esta semana que Prisa y Mediapro contemplan resolver su enfrenamiento por los derechos de explotación del fútbol televisado con un acuerdo para crear un holding que integre parte de sus intereses audiovisuales. Según el diario, los dos grupos de comunicación intentan cerrar un pacto con Santander, La Caixa y Caja Madrid, grupo de entidades al que podría sumarse BBVA, para financiar el proceso. Es decir, una jugada redonda, que no sólo resuelve su conflicto de intereses, sino que también resuelve la contradicción surgida en el seno del gobierno socialista, lo que justifica la intervención de los más fuertes grupos financieros en la operación.Si Prisa ha sido el aliado histórico del PSOE durante las últimas décadas, Mediapro se había convertido en la apuesta personal de Zapatero, cuyo intercambio de favores con su dirigente, Jaime Roures, había hecho estallar la caja de los truenos, tanto entre grupos mediáticos como entre el seno del Partido Socialista. Las recientes leyes sobre fusiones y publicidad, vienen a ser la jugada perfecta del Gobierno para resolver esta contradicción, implicando a la parte más importante de la oligarquía financiera, y convirtiéndolo así en una cuestión de estado.Toda esta operación política necesitaba a la postre una imagen agradable para los espectadores, y el acaramelado diálogo entre Buenafuente y Gabilondo era el escaparate perfectos, Sus comunicadores con más credibilidad, y al mismo tiempo con más poder dentro de los entramados de sus respectivas empresas. Pues que vivan los novios.

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