Si sube la audiencia

Series del otro lado del espejo

Las series españolas viven desde hace años, y en aumento, una época de oro: grandes profesionales de la ficción, jóvenes equipos de guionistas, el uso de recursos de éxito en la tradición televisiva norteamericana y nuestro propio sello, series de época. Pese a todo, los recortes mandan y los telones caen.

Como ya hemos dicho en estas páginas, no se puede entender el actual panorama televisivo español sin partir de la gran olla común que es televisión española. Durante décadas todo el entramado mediático en España se ha construido sobre la base de una gran trasvase de fondos de las arcas públicas a los entes privados. A través de las productoras privadas, la externalización progresiva de los contenidos, en la mayoría de las ocasiones injustificados, y la desaparición de la publicidad en TVE, las principales cadenas privadas de televisión han construido la actual parrilla de televisión. Por hablar de trasvases, algunos de los mejores profesionales que dirigen actualmente la ficción en las cadenas privadas provienen de la escuela de TVE. Sin embargo los recortes de 200 millones de euros, sumados a la sangría que está suponiendo con el tiempo la desaparición de la publicidad y el impago de las cuotas correspondientes por parte de las privadas, están obligando al cierre de series de incuestionable éxito, como son Águila Roja o Cuéntame. Éstas, sumadas a Amar en tiempos revueltos, son, sin duda las series de mayor éxito, solo en liza con Aquí no hay quien viva o Aída, y en la lista histórica junto a Médico de Familia o Farmacia de Guardia. Es indudable que detrás de los éxitos están, en la mayoría de los casos, profesionales formados en el ente público o en las cadenas autonómicas. Como es el caso de Sonia Martínez, responsable de series como Hispania, El Internado, Física y Química, Los Hombres de Paco, Doctor Mateo, El Secreto de Puente Viejo, Los Protegidos, Gran Hotel o El Barco en Antena 3, o Los Serrano, Aída, Hospital Central, El Comisario, Motivos Personales y Yo soy Bea, con Telecinco. De la misma manera que David Martínez y López Puig son responsables de la actual cantera de series de TVE.El mundo de las series de ficción en España ha ido evolucionando con los años, aprendiendo a gestionar algunos de los más exitosos formatos televisivos exportados de EEUU, como el género fantástico, el policíaco o de misterio, hasta cuajar en una auténtica enciclopedia de nuestra historia, pasada por el filtro de la ficción. De la misma manera que la emulación mecánica ha sido un fracaso, como es el caso de Cheers, las series de género pegadas al terreno y a la huella fresca de nuestra historia han sido un éxito, aún con contradictorios resultados, como es el caso de Toledo. Tierra de Lobos, Hispania, Gran Reserva, República, Tres días de Abril, Isabel, El asesinato de Carrero Blanco, o incluso La alquería blanca, como ejemplo en las televisiones autonómicas, son la muestra de que las puertas de la historia, que durante mucho tiempo habían estado cerradas, son el camino al incremento de audiencias, el otro lado del espejo.Mientras todo este capital creativo no sea gestionado en base a un panorama televisivo realmente competitivo y no basado en la mayor concentración monopolista – fusión de Antena 3 y La Sexta, Cuatro y Telecinco -, y en el expolio de las arcas públicas, es imposible aspirar a desarrollar un proyecto que pueda competir internacionalmente – las series españolas ya son demandadas en otros países – apoyándose en su principal plataforma de referencia, el mundo hispano.

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