Cargando...Hace apenas unos meses la NASA reavivó las especulaciones de que podría haber vida en Marte debido a una nueva prueba de la existencia de agua. Ahora investigadores han detectado emanaciones del gas metano en la atmósfera de Marte coincidiendo con los meses más calientes, que sólo permiten dos hipótesis: o bien son restos de una actividad volcánica desconocida o bien proceden de microorganismos que lo liberan desde capas subterráneas.
Aunque la resencia de metano en Marte se detectó por primera vez en el 2003, un trabajo publicado recientemente en Science ha precisado las estimaciones en cuanto a cantidad y vinculación a determinadas temperaturas. El trabajo se ha efectuado desde la Tierra con la ayuda de telescopios equipados con espectrómetros infrarrojos de alta resolución. El funcionamiento de un espectrómetro es como el de un prisma que descompone la luz en sus diferentes colores. Los gases dejan “huellas“ características que permiten su identificación. Según los autores del trabajo, encabezados por Michael Mumma y el argentino Gerónimo Villanueva, se ha podido controlar el 90% de la superficie del planeta. El metano, cuya molécula consiste en un átomo de carbono unido a cuatro de hidrógeno, es el principal componente del gas natural en la Tierra y también interviene en otros procesos geológicos como el de la oxidación del hierro. Por otra parte, muchos organismos vivos en el planeta emiten el gas durante el proceso de digestión de nutrientes. De hecho en nuestro planeta los sistemas vivos son los responsables de la producción de más del 90% del metano atmosférico. Los autores del trabajo parten de que actualmente no tienen herramientas para determinar si el origen es biológico o geológico. En caso de que hubiese vida en Marte, se tendría que encontrar bastante debajo de la superficie de tal forma que existiese agua en estado líquido. Agua líquida es necesaria para cualquier forma de vida conocida al igual que una fuente de energía y carbono. Un método para esclarecerlo será la medida de isótopos. Éstos son elementos que difieren en la cantidad de neutrones en el núcleo, lo que hace que tengan propiedades químicas ligeramente diferentes. Los organismos vivos prefieren los isótopos un poco más ligeros. El metano y el hidrógeno de Marte tendrián que tener ciertas proporciones características de sus respectivos isótopos, si la vida es el responsable de la producción del metano. Será el reto de futuras misiones marciales.