El movimiento de los no alineados surge de los paí­ses descolonizados

El movimiento de los no Alineados

Los objetivos primarios de los paí­ses no alineados se enfocaron en el apoyo a la autodeterminación, la independencia nacional, la soberaní­a e integridad territorial de los Estados

A la derrota del fascismo en 1945 sucedió el hundimiento de los imerios coloniales y la independencia de extensos paí­ses en Asia y África. India, Egipto, Indonesia, Vietnam y otras naciones a los largo de la década de los años cincuenta se liberan de la dominación colonial que Londres y Parí­s ya no están en condiciones de mantener.Pocos años después, en Bandung, en la Indonesia de Sukarno, tuvo lugar en 1955 la conferencia que reunió a veintinueve paí­ses y que estableció los principios de una posición polí­tica que se distanciaba de las dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS.Después, se incorporarí­an al movimiento diecisiete paí­ses más: es la época de Nasser en Egipto, Nehru en la India, Sukarno y Tito. Así­, en 1961, en Belgrado, nace formalmente el Movimiento de Paí­ses no alineados.En ese momento, el único paí­s americano presente entre los no alineados era Cuba, cuya triunfante revolución habí­a encendido todas las alarmas en Washington.El nacimiento de ese nuevo frente polí­tico del Tercer Mundo, que miraba con justa desconfianza a las viejas potencias coloniales (Gran Bretaña, Francia, Holanda) pero también a las dos superpotencias, conoció dificultades y matanzas: baste recordar el golpe de Estado auspiciado por Washington en la Indonesia de Sukarno, en 1965, golpe militar que organizó la matanza de un millón de miembros del Partido Comunista Indonesio (el más fuerte de la época, tras el soviético y el chino), que instaurarí­a la feroz dictadura de Suharto y que inaugura la más sanguinaria persecución polí­tica en el mundo tras la Segunda Guerra Mundial.la Conferencia Preparatoria para la Cumbre de Belgrado (El Cairo, 1961), demuestran que el Movimiento no fue concebido para desempeñar un papel pasivo en la polí­tica internacional, sino para formular sus propias posiciones de manera independiente, reflejando los intereses y condiciones de sus integrantes, como paí­ses militarmente débiles y económicamente subdesarrollados.Así­, los objetivos primarios de los paí­ses no alineados se enfocaron en el apoyo a la autodeterminación, la independencia nacional, la soberaní­a e integridad territorial de los Estados; la oposición al apartheid; la no adherencia a pactos multilaterales militares y la independencia de los paí­ses no alineados de las influencias y rivalidades de las grandes potencias o bloques.la lucha contra el imperialismo en todas sus formas y manifestaciones; la lucha contra el colonialismo, el neocolonialismo, el racismo, la ocupación y la dominación extranjeras; el desarme; la no interferencia en los asuntos internos de los Estados y la coexistencia pacifica entre todas las naciones; el rechazo al uso o amenaza de uso de la fuerza en las relaciones internacionales; el fortalecimiento de las Naciones Unidas; la democratización de las relaciones internacionales; el desarrollo socioeconómico y la reestructuración del sistema económico internacional; así­ como la cooperación internacional sobre bases de igualdad. En las décadas del 70 y el 80 del siglo pasado, desempeñó un papel fundamental en la lucha por el establecimiento de un nuevo orden económico internacional que permitiera a todos los pueblos del mundo disfrutar de sus riquezas y recursos naturales, y que ofreciera una plataforma amplia para un cambio fundamental en las relaciones económicas internacionales y la plena emancipación económica de los paí­ses del Sur.La desaparición de la Unión Soviética y el triunfo provisional de un poder global dirigido por Estados Unidos y caracterizado por un capitalismo depredador que parecí­a no tener rivales, dejó sin nervio al Movimiento de Paí­ses no alineados, pero la nueva situación con el empantanamiento de EE UU en Irak, el papel de los paí­ses emergentes como actores principales en el contexto mundial, determinan una multipolaridad, que deja una situación de oportunidades para los pueblos del mundo, para poder trazar caminos independientes. Rescatando en las relaciones entre paí­ses los principios que guiaron a los no alineados en la lucha contra el imperialismo.

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