Se va el Caimán o el golpe de Estado posmoderno

Esta semana hemos asistido a una de ellas: la defenestración de Berlusconi y su sustitución por un hombre de confianza de Bruselas y Washington, Mario Monti.

Tan reciente como el fin de semana pasado, Berlusconi alias «el Caimán» aun se permitía tomarse a broma en la cumbre del G20 las advertencias para que aplicara de forma inmediata las medidas de ajuste que se le exigen a Italia, un país con un déficit presupuestario bajo, el 3%, pero con una deuda pública de 2 billones de euros, superior a su PIB anual, lo que exige un mínimo de 200.00 millones al año solo para refinanciarla. Lo despidieron con cariñosas sonrisas y palmaditas en la espalda, como al viejo colega al que se despide para siempre.Bastó que el Miércoles el italiano Draghi dejara de comprar bonos italianos en el mercado secundario para que el diferencial con el bono alemán se disparara a los 575 puntos básicos. Con bastante menos habían sido rescatadas Grecia, Irlanda y Portugal. Las bolsas europeas cayeron entre 4 y 6 puntos y la consiguiente riada política que se desató en Roma ese mismo día se llevó río abajo al Caimán. Limpiamente, sin ruido de sables, como fulminado por un rayo. Podría decirse, de una manera elegante, posmoderna.

En esas horas febriles, Giorgio Napolitano, Presidente de la República, llamó a Mario Monti alias «el hombre de los Mercados». El alias no es exagerado: doctorado por Yale, dos veces comisario en Bruselas, director europeo de la Comisión Trilateral, miembro de la directiva del Grupo Bildeberg, presidente del think-tank Brueghel, asesor de Goldman Sachs y Coca Cola Company…, un verdadero hombre de confianza, «uno de los nuestros».

El Jueves Napolitano lo invistió aprisa y corriendo senador vitalicio, trámite previo a su presentación parlamentaria como jefe de Gobierno. Bossi, el jefe de la Liga Norte, imprescindible para la mayoría parlamentaria del PDL del Caimán, pidió a este que se apartara a un lado. Las fuerzas de izquierda, con el Partido Democrático a la cabeza, dieron la bienvenida con entusiasmo a la solución Monti y entre todos cocinaron aprisa y corriendo un vergonzoso weekend parlamentario en el que ambas cámaras han aprobado ¡en apenas unas horas! los presupuestos para 2012 con las medidas de ajuste incorporadas, facilitando así que Berlusconi presentara la dimisión el Sábado a última hora, dejando vía libre a Napolitano para que llame el Domingo a Monti y le encargue formar el Gobierno de técnicos que le exigen a Italia par llevar adelante las medidas de ajuste aprobadas.

El bochornoso papel asignado a la representación electa de los italianos es hacer de claque de ese Gobierno, pero ya veremos lo que dura el espectáculo. Italia es un país muy complicado.La Banda de FránkfurtTodo golpe de Estado necesita un Estado Mayor y este se constituyó en Fránkfurt, parece ser que en el proceso de sustitución de Trichet por Draghi al frente de Banco Central Europeo el pasado 1 de Noviembre.

«Una especie de Directorio está ya imponiendo sus virreyes» Dirigido por Frau Merkel con la colaboración, estelar como siempre, de Monsieur Sarkozy, incorpora, para salvar la apariencia institucional a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde; el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; el Comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y el presidente del BCE, Mario Draghi.

Esta es la banda que ha tomado finalmente en sus manos la imposición de los planes de ajuste a los Estados el sur y la elección de Monti y Papademos es cosa suya. Que intenten mantener el paripé institucional con la colaboración de las cámaras y partidos locales no deja de ser un sarcasmo añadido: en realidad son esas cámaras y esos partidos los que han claudicado ante el diktat de Fránkfurt, aceptando dar una envoltura legal e institucional a lo que no es más que una intervención pura y dura de los poderes nucleares de la Unión Europea, un golpe de mano en toda regla.«El euro ha terminado por convertirse en una férrea cadena» La profundidad de la actual crisis nos está descubriendo cosas inéditas, como la constitución de un verdadero gobierno europeo de facto, de una especie de Directorio que está ya imponiendo sus virreyes a los países más débiles de la zona euro, con el pretexto de salvarlos de sus propios líderes, elegidos pero incompetentes e ineficaces, y con el objetivo supremo de salvar el euro. Y lo que es más tremendo, estamos viendo como las fuerzas parlamentarias de esos países, prácticamente en bloque, acuden a colaborar y aceptan la solución impuesta. Todo sea porque no nos echen del Club.La enseñanza de la crisis griega e italiana es más que evidente: diez años después de su implantación el euro ha terminado por convertirse en una férrea cadena atada alrededor del cuello de los pequeños y medianos países europeos, que permite a los países dominantes del Club arrebatarles a través de ella los últimos restos de su autonomía, convirtiéndolos de hecho en provincias gobernadas por virreyes cipayos como Monti o Papademos. Ahora sí, el Club va en serio.

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