Francia y Alemania en el G-20

¿Se reactiva el eje Franco-Alemán?

Sarkozy ha visto reflejado en el documento final de la cumbre el compromiso de elaborar una lista de paraí­sos fiscales, uno de los objetivos en los que hizo frente común desde el principio con la canciller alemana, Angela Merkel.

El residente francés, Nicolas Sarkozy, se mostró hoy «verdaderamente feliz» del resultado de la cumbre del G-20 celebrada en Londres y destacó que era «emotivo» ver a paí­ses tan diferentes como China, India, Africa del Sur, Arabia Saudí­, Alemania, Francia o Estados Unidos ponerse de acuerdo sobre «medidas tan precisas» para hacer frente a la crisis.»Se ha ido más allá de lo que podí­a imaginarse», admitió el mandatario galo que, en ví­speras de la reunión, habí­a amenazado con levantarse de la silla si no se adoptaban propuestas concretas para regular el sistema financiero internacional y restaurar la confianza.Sarkozy ha visto reflejado en el documento final de la cumbre el compromiso de elaborar una lista de paraí­sos fiscales, uno de los objetivos en los que hizo frente común desde el principio con la canciller alemana, Angela Merkel.En este sentido, se felicitó del buen funcionamiento del eje franco-alemán pero tuvo también palabras de elogio para la «honestidad intelectual» del anfitrión del evento, el primer ministro británico, Gordon Brown, que primó el interés del G20 a la «tradición» anglosajona.Obama proponí­a un mayor estí­mulo público a la economí­a, una idea que apoya el primer ministro británico, Gordon Brown. Sin embargo, Francia y Alemania dicen que «hablan con una sola voz» en su posición de resistencia a estas medidas. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, apostó, como su homologa alemana, Angela Merkel, por la regulación de los fondos de alto riesgo y el control de las retribuciones de los ejecutivos.Querí­an dejar clara su posición minutos antes del arranque oficial de la segunda cumbre mundial contra la crisis. Y vaya si lo hicieron. «Alemania y Francia hablaremos con una sola voz», advirtió Sarkozy ante los periodistas. «Y decimos que sin una nueva regulación financiera, no habrá confianza, y sin confianza, no habrá recuperación. Es para nosotros un objetivo mayor, no negociable».Francia y Alemania establecieron, trabajar juntos o abandonar la reunión en caso de que no se produzcan compromisos «concretos» en materia de regulación. «Debemos ponernos de acuerdo hoy, no en los próximos años, si no ponemos unos estándares mí­nimos, nos vamos a casa», avanzó ya desde Londres la canciller alemana, Angela Merkel.La conferencia de prensa conjunta de Merkel y Sarkozy fue el colofón de una catarata de declaraciones desde el eje franco-alemán, con un único objetivo: dar una vuelta de tuerca más al documento en el que se plasmarán los resultados de la cumbre para incluir reglas más ambiciosas y detalladas sobre las zonas más opacas del sistema financiero. Porque lo que también quisieron transmitir es que los textos que se manejaban hasta ayer eran insuficientes -Merkel subrayó que circulaban borradores diferentes- y que no habí­a que dar por hecho el acuerdo. «Son los polí­ticos los que negocian, no los técnicos».Sarkozy expuso los resultados de la cumbre de manera deslabazada, pero aún así­ no pudo ocultar su satisfacción por haber logrado que el texto firmado por los asistentes a la reunión certifique que «el tiempo del secreto bancario ha pasado». «Se ha pasado página», ilustró el francés.Aunque reconoció que Alemania y Francia hubieran querido «ir más allá», destacó que se ha reflejado «el principio» y que los reparos puestos por China tení­an más que ver con un problema «técnico» que con el cuestionamiento de la medida.El problema estriba en que algunos miembros del G20, entre ellos China, no son miembros del Fondo Global y no se les puede pedir respetar sus reglas cuando todaví­a no pertenecen a este foro, por lo que se ha decidido un plazo adicional hasta su ingreso.Serán ahora los ministros de Economí­a los que definan una serie de sanciones contra las plazas financieras «no cooperativas», aunque algunas están ya previstas en la declaración. Además, se ha optado por que sea la OCDE quien publique hoy mismo la lista de paraí­sos fiscales y el G20 se limite a «tomar nota» de este listado.La consecuencia de los movimientos polí­ticos y diplomáticos generados en torno a la cumbre del G-20. Es la posible reactivación del eje franco-alemán como motor europeo tras su ruptura con la llegada de Merkel y Sarkozy al poder.Reactivación, que podrí­a venir acompañada de un impulso de uno de los viejos proyectos del eje: la creación de un Tesoro Único Europeo, con capacidad de emitir deuda e impulsar al Euro como competidor del dólar, proyecto que algunos analistas describen tendrí­a el beneplácito y la colaboración de China.Los paí­ses europeos proponen equiparar los beneficios y los riesgos. Es porque desde el ángulo económico europeo, sostienen que ellos han soportado más riesgos, en tanto que EEUU, por la posición especial de su moneda y su capacidad de innovación monetaria, obtiene beneficios desorbitados y descarga a ajenos los riesgos que le competen. Es por ello que Europa destaca que en un contexto de la globalización monetaria es necesario ejercer un control sistemático sobre las innovaciones financieras.La otra vertiente de el resucitado entendimiento Paris-Berlí­n es respecto a su frente interno que para algunos analistas es el que más pesa, los dos gobiernos según se va profundizando la crisis han caí­do en una espiral de inestabilidad social y caí­da de popularidad sobre todo el caso de Merkel con unas elecciones a la vuelta de la esquina.Si estos sí­ntomas de reactivación del entente Franco-Alemán, continúan produciéndose obligarí­a a ponerse en alerta a los demás paí­ses Europeos.

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