De Kosovo a Afganistán

O la subordinación al Imperio

El presidente Zapatero busca la entrevista-foto con Obama con la misma ansiedad que Aznar buscó con Bush la abominable foto de Las Azores. No es lo mismo, ni Obama es Bush ni Zapatero Aznar, pero plantean el mismo problema de fondo. ¿Cuál es y debe ser la relación de España con la superpotencia? ¿Cuál es el grado de autonomí­a de nuestro paí­s respecto al Imperio? ¿En qué ha quedado el paso de autonomí­a que supuso la retirada de Irak bajo el ministro Bono? ¿O lo que hay de fondo es la continuidad de una polí­tica de subordinación transatlántica a una polí­tica imperialista?

Lo ocurrido con el anuncio or la ministra de Defensa, Carme Chacón, de la retirada de las tropas de Kosovo y la carrera por acudir a dar explicaciones a Washington y comprometer la ampliación de la presencia militar española en Afganistán, sólo confirman la subordinación. El Zapatero del “no a la guerra” y “nos vamos de Irak” ha hecho suya la nueva estrategia de Estados Unidos bajo la Administración Obama. Así lo declaraba el secretario de presidencia, Bernardino León, enviado del presidente Zapatero a Washington tras su entrevista con el consejero de Seguridad de Barack Obama, James Jones, para dar explicaciones por la retirada de Kososvo. Al fin y al cabo para el Imperio la retirada de Kosovo es “un asunto menor” si a cambio España se implica aún más en el auténtico punto nodular de su estrategia militar: mantener el control de Afganistán. Para lo que la administración Obama no sólo ha anunciado el envío de más tropas, otros 17.000 soldados, sino la exigencia de más implicación militar a la OTAN y los “aliados”. Esta es la estrategia que el gobierno de Zapatero comparte con Obama. Y los hechos lo demuestran. El gobierno negocia directamente con EEUU el envío de un batallón más y efectivos de la Guardia Civil; se pretende hacer coincidiendo con la celebración de las elecciones presidenciales afganas en Agosto, lo que serviría de coartada a Zapatero para presentar el envío de más tropas como “una aportación a la estabilidad democrática” de Afganistán. Aunque en los hechos no será más que la respuesta a la llamada de Obama para incrementar los efectivos para las operaciones militares. Al mismo tiempo se anuncia el envío de medio centenar de guardias civiles como parte del componente policial de la misión ISAF de la OTAN, donde ya hay un pequeño grupo de guardias junto con carabinieri italianos y gendarmes franceses, para formar una “policía militarizada” (Obama envía 4.000 instructores militares) para los territorios ocupados a los talibanes. Volviendo al principio, el problema no es la “sintonía entre presidentes”, de Zapatero a Obama, sino si nuestro país mantiene un política de subordinación a Washington, independientemente de quien mande en la Casa Blanca, o aumenta cada vez más su capacidad de decisión independiente y autónoma en un mundo cambiante, multipolar y emergente. Lo que no será mientras bajo las fotos presidenciales siga habiendo, como también ahora, más implicación en las guerras del Imperio.

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